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Ser vegetariano es difícil para quienes nos gusta la carne. Sin embargo, el gusto puede educarse, si así lo decidimos. 

¿Carne de grillo?

Existe una nueva moda alimentaria de comer insectos. Repugnante para algunos, parece que la moda será un éxito. Por lo menos, es una de las alternativas para quienes todavía insisten en consumir carnes en general.

¿Por qué? Con el aumento de la población mundial, las carnes aumentarán de precio y se convertirán en un alimento exclusivo. Pronto, la producción de carne, tanto de vaca, pescado y pollo, no será suficiente para alimentar a los nuevos habitantes del planeta. De esta forma, quedan pocas opciones. Una de ellas en la proteína vegetal, de soja o de frijoles; otra opción serían las nueces y, finalmente, las algas marinas.

Pero la dueña de una hacienda francesa, Leticia Giroud apuesta por el aumento en la producción de insectos y, confirma su apuesta con una hacienda de insectos en España. La señora Giroud cría grillos, hormigas y orugas de escarabajo. El mercado europeo aún no se ha abierto a este tipo de comida, quizás solo esté abierto en Francia, pero la carne de insecto promete ser una solución al problema de la alimentación, ya que es rica en proteínas y tiene un sabor delicioso.

Giroud cuenta que las orugas, bien condimentadas con sal, tienen un gusto parecido a las papas fritas. Para aquellos a los que les da impresión comer el insecto en su forma original, con piernas, alas y todo eso, hay una solución: insecto en polvo. Se deshidrata el grillo o la hormiga y se produce un polvo que puede mezclarse con muchos alimentos, en panes, pasteles y prácticamente en todo.

Vegetariano o insectívoro

Está bien, voy a detenerme aquí. El punto es el siguiente: si usted no es vegetariano, el futuro le dictará las opciones. O se hace vegetariano, porque la carne será muy cara, o se hace insectívoro, porque la proteína de los insectos será más accesible y «barata».

Tal vez sea una exageración por mi parte, pero, ¿cuántas personas sienten verdadera repulsión por la soja y las proteínas vegetales hechas de productos vegetales? Y la soja y el tofu también pueden convertirse en harina y mezclarse en cualquier otro alimento para enriquecerlo. «Pero esto es comida para la creación, no para humanos», dirían algunos amigos míos.

La carne se ha convertido en un problema, tanto por su contaminación como por su riqueza en grasas saturadas y exceso de proteínas, lo que trae aparejados graves problemas. Afecta a los riñones, y aumenta el riesgo de cáncer y diabetes. Las carnes rojas están directamente relacionadas con estas enfermedades.

No comemos insectos porque nos parecen repugnantes, pero comemos carnes que se nos antojan deliciosas, ¿verdad?. Yo invitaría al lector a visitar un gallinero, una granja bobina, o pasar un día en familia en un matadero. Eso sería suficiente para que algunos miembros de su familia, por lo menos los niños, rechacen el consumo animal. Al fin y al cabo… ¿Por qué insectos no, pero cadáveres de animales si? ¿Por qué lo primero nos asquea y lo segundo nos parece deseable?

Mataderos y carne

Recuerdo que una vez hice una investigación entre los inmigrantes portugueses en California sobre el cigarrillo. Uno de los participantes me dijo que no creía que el cigarrillo produjera cáncer. Y me preguntó si yo sabía lo que producía el cáncer. Como estábamos en un ambiente amistoso, decidí continuar con la conversación y le pregunté su opinión sobre el cáncer. Él me dijo que trabajaba en un matadero y que muchas veces mataban animales que tenían tumores y se los llevaba a las carnicerías y se los comercializaba como si fuera carne sana. Él no sabía que no tenía que convencerme de eso, pero esa fue una buena ilustración de lo que ocurre en algunos mataderos.

He prometido que no hablaría mal de la carne, porque eso solo causa una reacción y las personas dejan de leer mis artículos y no cambiarían su dieta. Sin embargo, al ver las perspectivas de futuro y de asistir a conferencias sobre las personas del movimiento verde (Green movement), quienes promueven una dieta vegetariana para salvar al planeta, he cambiado de idea. El tema de la carne no debe ser el principal tema en nuestras charlas, pero tampoco debería ser totalmente olvidado.

Proteína de «segunda mano»

No hay duda de que la alimentación animal es un problema en términos de equilibrio del planeta, ya que requiere más energía, más agua y más fertilizantes para producir una cierta cantidad de proteína. Una producción diez veces menos eficiente que producir proteína vegetal. Sería más o menos así: si una hamburguesa de soja, con 100 gramos de proteína, necesita una unidad de energía, agua y fertilizante; una hamburguesa normal necesita diez unidades de energía, agua y fertilizante para el mismo resultado de proteína. Esto es lógico porque el animal tiene que consumir la soja, el maíz y el alimento balanceado vegetal, para producir la proteína para nuestro consumo. De este modo, esa proteína es de «segunda mano» y su producción es más cara.

El problema del gusto

Al final, el argumento es siempre el gusto. Dejar de comer un filete o un churrasco no es tan fácil. Dejar de comer hamburguesas es mucho sacrificio. «Comer es parte de la vida y es un placer que no deberíamos evitar» -dirían muchos-. Pero el gusto es relativo, porque nadie come carne sin condimentar. Por eso los vegetales y alimentos vegetarianos pueden imitar el gusto de la carne si ese es el problema.

Otro argumento, mucho mejor, es el cambio en los gustos. Por ejemplo, cuando nací y crecí, en la ciudad de Porto Alegre no existían los Mac Donald’s, Burger King, KFC, Pizza Hut o cualquier otra cadena de comidas como estas. Cuando llegaron, mi patrón de gustos se modificó y comenzaron a gustarme las comidas que allí se ofrecían.

Tengo que confesar que yo era el campeón en el consumo de carne entre mis amigos. Pero cambié y me hice vegetariano, por razones de salud, porque leí los libros de Elena de White, porque me convencí de que no quería participar de la matanza de animales. En fin, por razones espirituales y de salud, decidí cambiar. Y mi gusto cambió. Cambió tanto que hoy ya no me atrae el olor de un churrasco y, a veces, hasta me parece desagradable. Mi experiencia es un ejemplo que demuestra que nuestros gustos y apetitos pueden cambiar.

Cuando nos mudamos de un país a otro, muchas veces aprendemos sobre otros tipos de comidas y recetas, y comenzamos a comer cosas que nunca antes consideramos comer. Así que el argumento del gusto no es un buen argumento

Finalmente, mi consejo es que piense seriamente en cambiar su alimentación y adopte más alimentos vegetales y menos alimentos de origen animal. Ser vegetariano es una buena idea, por su salud y por la del planeta.

Autor: Hildemar Santos, médico y docente de la Faculdad de Salud Pública en la Universidad de Loma Linda, Estados Unidos.
Imagen: Foto de Farhad Ibrahimzade en Unsplash

 

PUBLICACIÓN ORIGINAL: Carne de grillo

Revista Adventista de España