En la actualidad, es muy común que compartamos mucha información y fotos sobre nuestra vida en las redes sociales. Pero, además, también brindamos opiniones y pensamientos, y a veces lo hacemos sin pensar demasiado en las consecuencias. Sin embargo, es importante tener cuidado con lo que decimos y compartimos en Internet. En concreto, hay cuatro errores que debes evitar al expresarte en tus redes sociales.
Primer error: Expresar algo sin haber reflexionado sobre ello
Es importante que, antes de publicar o comentar, te tomes un momento para pensar sobre lo que estás diciendo y cómo podría afectar a otros (incluso aunque esa no sea tu primera intención). Considera que lo que dirás podría dar lugar a malentendidos o suposiciones. Puede ser tentador compartir una opinión polémica o reaccionar rápidamente a algo que nos molesta, pero es mejor tomarse un tiempo para reflexionar. Ya lo dice Proverbios 13:3: «Los que controlan su lengua tendrán una larga vida; el abrir la boca puede arruinarlo todo».
Segundo error: No verificar la veracidad de la información
Siempre asegúrate de que la información sea verdadera. No compartas noticias o rumores que te llegaron por un grupo de WhatsApp, o que viste en el muro de Facebook o en Instagram, sin verificar que sean auténticos. La difusión de información falsa o engañosa crece rápidamente hasta convertirse en una gran bola de nieve que, al final, causa muchos problemas. Ten en cuenta el consejo de Efesios 4:25: «Desechen la mentira, hablen la verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros».
Tercer error: Descuidar tu privacidad
Ten cuidado cuando compartes información personal en Internet. Examina lo que estás compartiendo y considera cómo podría ser utilizado por otras personas. También ten en cuenta que, una vez publicado, lo que subes a la web es de dominio «público», aunque luego lo borres. No compartas datos o fotos confidenciales, sensibles, de finanzas o de actividades comerciales (ni tuyas ni de otros). Sobre todo, ¡no compartas tu ubicación! Aprende del sabio consejo que se encuentra en Proverbios 27:12: «El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón sigue adelante a ciegas y sufre las consecuencias».
Cuarto error: Ser irrespetuoso al hablar con otras personas (o de ellas)
Si no tienes algo bueno para decir, no lo digas. Muchos empiezan a discutir en público y, a raíz de esto, se tratan de forma negativa o desagradable. Si tienes algo que solucionar con otra persona, las indirectas o las discusiones públicas no son la forma correcta de hacerlo. Trata el asunto en privado.
Sigue los pasos que nos dejó Jesús en Mateo 18:15 al 17: «Si tu hermano peca contra ti, ve y muéstrale su falta entre tú y él solo. Si te oye, habrás ganado a tu hermano. Si no te oye, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. En caso de que no les oiga a ellos, dilo a la iglesia. Y si no oye a la iglesia, tenlo por gentil y publicano». También recuerda lo que dice Mateo 7:12: «Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas».
En conclusión, es importante tomar un tiempo para reflexionar sobre cómo podrían ser interpretadas nuestras palabras, verificar la veracidad de la información antes de compartirla, proteger nuestra privacidad y ser respetuosos con los demás al hablar con ellos y de ellos. Con esto en mente, ve un paso más allá y reflexiona: ¿estás cometiendo alguno de los errores que vimos? En caso de hacerlo, ¿qué paso práctico puedes dar hoy para cambiar esa realidad?
Autor: Brian Chalá, pastor adventista y reconocido influencer en redes sociales. Trabaja como pastor en la Red Nuevo Tiempo de Comunicación, en Brasil.
Imagen: Shutterstock
Publicación original: ¡¿Para qué dije eso?!