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¿Puede el espíritu dejar el cuerpo? Pablo dice en 2 Corintios 12:2 y 3 que no estaba seguro de que él haya ido al tercer cielo ” en el cuerpo” o “fuera del cuerpo”. ¿Estará sugiriendo que su “espíritu” puede dejar el cuerpo y visitar otros lugares?

Es útil, al contestar esta pregunta, tomar en consideración la enseñanza bíblica sobre la naturaleza humana. La idea de que los seres humanos están formados por dos entidades, un alma/espíritu más un cuerpo físico, que pueden existir separadas la una de la otra (usualmente llamada dualismo), es ajena al pensamiento bíblico. Alguna excepción a esta enseñanza debería estar claramente fundada sobre el análisis contextual y lingüístico del pasaje en cuestión.

Pablo escribió: “Conozco a un hombre… que… fue arrebatado hasta el tercer cielo…(si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe). Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso” (2 Cor. 12:2-4).

¿Puede el espíritu dejar el cuerpo?

Consideraciones contextuales

El tema en este pasaje es claramente introducido en el versículo 1, a saber, visiones y revelaciones. Él conoce a un hombre (Pablo mismo) que fue arrebatado al cielo. Lo notable es que no fue su espíritu el que fue arrebatado al paraíso, sino el hombre mismo. No hay dualismo en el texto, y nosotros no deberíamos introducirlo en el pasaje a menos que haya buenas razones. ¿Puede el espíritu dejar el cuerpo? Pablo está declarando, simplemente, que no tiene un claro entendimiento de la naturaleza de su experiencia sobrenatural.

Fuera de/aparte del cuerpo

Este lenguaje ha conducido a algunos a concluir que Pablo creía que el espíritu puede dejar el cuerpo por un período de tiempo. La primera frase, “en el cuerpo”, no es problemática, puesto que simplemente significa que él no estaba seguro de que durante su visión o revelación haya sido corporalmente tomado o arrebatado al cielo, es decir, si él estuvo de hecho allí. La otra opción que presenta es que él pudo haber estado allí, no en su actual cuerpo físico, sino fuera/aparte del cuerpo.

Nosotros no deberíamos introducir en la discusión el término “espíritu”, porque Pablo no lo usa aquí. La frase “fuera del cuerpo” es empleada solamente una vez más por Pablo en 1 Corintios 6:18, en el contexto de su discusión sobre la naturaleza de la fornicación: “Cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. Ciertamente, Pablo no está diciendo que los pecados son cometidos por una entidad incorpórea que reside dentro del cuerpo. El cuerpo está siempre involucrado en nuestros pecados. El argumento de Pablo es que hay pecados en los cuales el cuerpo no está involucrado en la transgresión en la misma medida que lo está en el caso de la fornicación.

“Fuera del cuerpo” no significa sin el cuerpo, sino una condición en la cual el cuerpo no está involucrado como en otros casos.

Pudo haber tenido una visión

Pablo está diciendo en 2 Corintios 12 que él no está seguro de que durante su experiencia sobrenatural haya sido tomado físicamente al cielo o haya tenido una experiencia espiritual o una visión, durante la cual el cuerpo no estuvo involucrado como debería haberlo estado si él hubiese sido arrebatado físicamente al paraíso. La misma idea está expresada en el versículo 3, donde en lugar de “fuera del cuerpo” Pablo escribió “aparte del cuerpo”. Su experiencia pudo no haber estado conectada a una traslación física al cielo; él pudo haber tenido sólo, como experiencia, una visión.

Antecedentes bíblicos

Nuestra comprensión del pasaje está confirmada por el examen del ministerio de otros profetas, quienes tuvieron experiencias similares a la de Pablo. Felipe bautizó a un Etíope, y entonces “el Espíritu del Señor arrebató a Felipe, y el eunuco no lo vio más” (Hech. 8:39). Claramente, el Espíritu puede transportar físicamente a un profeta a otro lugar. Algunas veces el profeta fue tomado o arrebatado en visión a un lugar específico al recibir una revelación de Dios. Ezequiel dice que el Espíritu, “en visiones de Dios”, “me llevó… a Jerusalén”(Eze. 8:3). Él no fue físicamente allí, sino solamente en visión (ver Eze. 11:24). Pablo declara que no tiene la certeza de que esto fuera lo que le sucedió a él. Por lo tanto, la respuesta a su pregunta es “no”.

Autor: Ángel Manuel Rodríguez, teólogo adventista del séptimo día, fue director del Instituto de Investigación Bíblica antes de su retiro. Sus intereses especiales de investigación incluyen el Antiguo Testamento, el Santuario y la Expiación, y la Teología del Antiguo Testamento.
Imagen: Photo by Matheus Farias on Unsplash

Revista Adventista de España