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¿De qué se ocupa la secretaría de nuestra Iglesia? ¿Qué hace el secretario general? Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra secretario se define de la siguiente manera: «Persona que se encarga de las labores administrativas de un organismo, institución o corporación y desempeña las funciones de extender actas, dar fe de los acuerdos y custodiar los documentos de esa entidad».

Por otro lado, la enciclopedia libre que todos y todas conocemos como «Wikipedia», en relación con el término de secretario o secretaria, menciona que «es la persona que ejerce como asistente de dirección o administrativo, encargada de supervisar los asuntos, sobre todo aquello que requiera confidencialidad (es decir, lo secreto), de personas de cierto poder, como monarcas, papas, presidentes, directores, etc.».

Ahora bien, ¿es solamente esto lo que la iglesia necesita de esta responsabilidad? ¿Podríamos vivir satisfechos cuando se cumpliesen estrictamente estas tareas? O, además de todo esto, ¿hay una labor mucho más trascendental e intencionada?

La importancia del servicio

Siento la responsabilidad de responder con contenido real y eficiente a esta segunda pregunta. Creo que lo que Dios busca no es solamente personas capacitadas para realizar las tareas propias de la secretaría, sino seres humanos que estén dispuestos a servirle con el objetivo de compartir las bondades y los beneficios de vivir por y para Jesús. Cualquier trabajo, dentro de la gran organización de nuestra iglesia, que no tenga como principal y suprema meta el dar a conocer a Jesús e involucrarse en el proceso de aceptación de todo ser humano del Hijo de Dios como salvador y consolador, habrá perdido el foco para el cual fue creado.

Rabindranath Tagore dice: «Dormía y soñaba que la vida era alegría, desperté y vi que la vida era servicio, serví y vi que el servicio era alegría». Tenemos grandes retos en nuestro departamento, pero todos deben ser trabajados con un espíritu alegre y de servicio abnegado porque, entre otras cosas, para eso nos creó Dios, para ser felices sirviendo y ayudando a aquellos que están a nuestro alrededor.

Retos y desafíos del depto. de secretaría

Me gustaría destacar algunos de los retos y desafíos que tendremos que enfrentar en estos próximos años desde el departamento de secretaría:

1. Implementar y facilitar el trabajo de las secretarías de iglesia ofreciendo formación en ACMS.
2. Mantener la base de datos de miembros actualizada aplicando un trabajo redentor en la gestión.
3. Alinearnos con paso pausado, pero firme con la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD)
4. Elaboración de un programa de desarrollo y reciclaje de la labor de la secretaría en la iglesia local.
5. Actualizar el registro laboral interno de los trabajadores y trabajadoras de la UAE.
6. Ofrecer apoyo a las instituciones e iglesias en relación con el conocimiento de su historia pasada a través del Archivo Histórico.

Oramos y esperamos que con humildad, esfuerzo y determinación podamos trabajar para alcanzar estos objetivos, todo ello sin perder de vista la verdadera meta a la cual Dios nos ha llamado: darle a conocer a él y a su hijo al que envió para salvarnos (Juan 17: 3).

Queremos servir siempre siguiendo el método de Jesús y en eso pondremos toda nuestra energía.

«El salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía sus necesidades, se ganaba su corazón. Entonces les decía ¡Seguidme!» (Elena G. White, Servicio Cristiano, p. 149.4)

Autor: Josué Reta, secretario general de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España. 

Revista Adventista de España