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egoísmo mayordomíaEl egoísmo es una conducta esperable en los primeros años de vida, pero a medida que el niño crece los adultos debemos favorecer el altruismo y la mayordomía cristiana, esa es una estrategia que Dios pensó para combatirlo.

No es difícil pensar una definición de egoísmo. Pareciera que es uno de los valores negativos más comunes en nuestros días. Valores negativos que no hacen distinción de edad, sexo o raza. El egoísmo es «la actitud de quien manifiesta un excesivo amor por sí mismo, y que solamente se ocupa de aquello que es para su propio interés y beneficio, sin atender ni reparar en las necesidades del resto».

En los niños, esta actitud es esperable porque en los primeros años de vida, el desarrollo cognitivo no está lo suficientemente desarrollado para permitirles «ponerse en el lugar del otro» y ser consientes de las intenciones y sentimientos, tanto propios como ajenos. Entre los cinco y seis años, ya hay una mayor capacidad de controlar los impulsos y el niño es más consciente de las normas morales; es decir, «de lo que está bien y de lo que está mal». Ese parámetro moral es enseñado por los adultos de confianza y por las reglas que la sociedad trasmite (familia, escuela, iglesia, medios, comunidad, etc.).

Para los padres cristianos, la Ley de Dios y sus principios son los mejores parámetros para enseñar, ya que no están restringidos a una opinión personal ni a la cultura del momento.

Combatiendo el egoísmo

Al pensar en antídotos contra el egoísmo, debemos pensar en los valores fundamentales a ser desarrollados para lograr un crecimiento saludable del niño, como por ejemplo la gratitud, el contentamiento, la generosidad, el dominio propio, entre otros. Difícilmente el niño los desarrolla «por casualidad» o por interés propio; por el contrario, se necesitan padres y adultos que tengan en mente la importancia de enseñar no solo con la palabra, sino también con el ejemplo, lo que significan esos valores.

Ese aprendizaje puede llegar en cualquier momento de la vida, sin embargo, la realidad muestra que, si son aprendidos durante los primeros años de vida, serán afianzados a lo largo de ella y estaremos asentando las bases para una vida de fidelidad a Dios. Lo cual se traduce en realización plena.

Estos extremos egoísmo-altruismo, claramente representan los polos del gran conflicto espiritual en el que estamos inmersos: satanás-Dios. Así como satanás busca incansablemente que la persona se centre en sí misma, buscando complacer sus propios deseos y necesidades, sin pensar en el «otro», Dios dio a su propio hijo, para ocupar nuestro lugar en la cruz (Juan 3: 16) ¿Qué mayor ejemplo de altruísmo que ese?

El plan de Dios: la mayordomía cristiana

La muerte de Jesús nos da garantía de salvación y ese es el mayor regalo que Dios pone a nuestra disposición. Aun así, también coloca en nuestras manos otros regalos y nos convierte en mayordomos para cuidar de la gestión de esos regalos.

Uno de los pilares de la Mayordomía Cristiana, es la administración de los recursos materiales. Si bien es uno de los más conocidos, no es el único. Por medio de un correcto uso de las bendiciones materiales que Dios nos da, aprendemos a dejar de lado nuestro espíritu egoísta, poniendo a Dios en primer lugar.

¿Pero cómo incluimos a los niños en este plan divino? ¿Será que es una responsabilidad del mundo adulto? Elena de White en el libro El hogar cristiano” dice lo siguiente: “Enseñad a los niños a diezmar y a traer ofrendas. El Señor no solo reclama el diezmo como suyo, sino que dice cómo debe ser reservado para Él.” (pág. 353 – traducción del libro en portugués Fundamentos do Lar Cristão) El plan trazado por Dios con relación al diezmo también incluye a los niños, y como padres debemos fomentar dicha práctica para que ellos también sean alcanzados por las bendiciones de Dios.

El problema es que a veces como adultos no tenemos claridad sobre el diezmo y las ofrendas y esto dificulta que llevemos a la práctica estrategias para vivenciar la mayordomía cristiana. ¿Qué tal dar un breve repaso sobre este pilar?

¿Qué es el diezmo?

Es el 10% de las entradas o ingresos que cada cristiano devuelve al Señor conforme a la orden bíblica «Traed todos los diezmos al alfolí…»(Malaquías. 3: 10)

¿Para qué se usa el diezmo?

Los diezmos son administrados, distribuidos y utilizados en el logro de la gran comisión, objetivo y razón de ser de la Iglesia: “La predicación del Evangelio y la terminación de la obra del Señor en esta tierra”. En otras palabras, el diezmo solo debe usarse para la obra del ministerio evangélico, enseñanza de la Biblia, actividad misionera, materiales de evangelismo y gastos administrativos de la organización evangélica.

En primer lugar, adorar a Dios. Esto combate el egoísmo, ya que las prioridades son reordenadas. El diezmo es una prueba de nuestra lealtad y nos recuerda nuestra entrega total al señorío de Cristo. Esto debe quedar claro cuando enseñamos a diezmar a los niños.

¿Qué son las ofrendas?

Es un acto de adoración y gratitud en reconocimiento a las bendiciones ya recibidas. Es un acto de liberalidad ofrecida en el altar del Señor. Constituyen la segunda fuente de recursos con que cuenta la Iglesia y está destinada a ser aplicada también a la predicación del Evangelio, pero cubriendo gastos o financiando proyectos que no son sostenidos con el diezmo.

¿Cómo debe ser la ofrenda?

  • Individual y voluntaria
  • Regular y planificada
  • Proporcional
  • Como acto de adoración y gratitud

Ideas para enseñar mayordomía a los niños

Puede utilizar este material, preparado por la División Sudamericana, para trabajar, una vez al mes, durante todo el año, temas relacionados con la mayordomía cristiana infantil. Descargue AQUÍ el material gratuito en español.

Realice algunos ejercicios para que los niños puedan comprenderlo bien: utilice monedas u otros elementos. De cada 10 separe una, y diga que esa le pertenece a Dios. Las otras 9 deben ser cuidadosamente administradas. De esas 9, separe para la ofrenda. Priorice los billetes y monedas en mejor estado para ser entregados al Señor.

Enseñe que tanto el diezmo como las ofrendas no deben ser separadas minutos antes de que los diáconos junten las ofrendas cada sábado. Utilice un monedero o cofre especial para que el niño guarde el dinero destinado para ofrendas y el diezmo en los sobres destinados para este fin por la Iglesia. Sea de ejemplo y no olvide cada sábado antes de ir a la Iglesia, tener listo el dinero para devolver al Señor.

Reflexione con su hijo sobre textos relacionados con el tema como, por ejemplo: «Dios ama al dador alegre». Pida que lo explique con sus palabras o haga un dibujo sobre el significado.

Cuente a su hijo historias de la familia en donde se observe el cumplimiento de la promesa de Dios «…abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendiciones hasta que sobreabunde» (Malaquías 3:10). Elija historias que reflejen cómo personas fueron fieles a Dios y fueron recompensados por su fidelidad.

La importancia del diezmo y las ofrendas para el desarrollo del carácter y la conexión con Dios

«El diezmo y las ofrendas son una demostración sistemática de fe, amor y desarrollo del carácter. Enséñele al niño que lo importante no es cuánto tenemos, sino qué hacemos con lo que tenemos».

«La devolución del diezmo a Dios, no es el pago de una obligación, es el reconocimiento de que todo le pertenece a Él».

Vea más detalles en el video:

Referencias:

[1]-“Egoísmo”. En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/egoismo/

[2]54 preguntas sobre el diezmo y la ofrenda. Disponible en: https://www.adventistas.org/es/mayordomiacristiana/54-preguntas-sobre-diezmos-y-ofrendas/

[3]-White, Elena. El hogar cristiano, pág. 353. Disponible en https://m.egwwritings.org/es/book/177.1808

Autora: Cuca Lapalma. Licenciada en psicopedagogía, dejó su trabajo en gabinetes escolares para dedicarse a cuidar de sus pequeños hijos. Administra una página web con recursos digitales para maestros de Escuela Sabática de niños; además de un canal en YouTube destinado a fortalecer la vida espiritual familiar, denominado: Como la brújula al polo.
Imagen: Foto de Annie Spratt en Unsplash 

Publicación original: Los niños, el egoísmo y la mayordomía cristiana

Revista Adventista de España