“Y todo el pueblo se fue (…) a gozarse grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado”(Neh. 8:12).
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“Y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo” (Esd. 9:6).
“Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia” (Neh. 13:22).
Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel” (Esd. 3:11).
Pon tus preocupaciones, problemas y ansiedad en las manos del Todopoderoso. Si Él cuida de los gorriones, cuidará también de ti.
Nuestro pacto con Dios nos ayuda a mantenernos fieles a Él. Y si fallamos, el Señor es fiel y nos restaurará como hizo con Israel cuando se volvía a Él.
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).
“Y leían en el libro de la Ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Nehemías. 8:8)
La Escritura nos exhorta a ayudar a los demás; como Cristo lo hacía; de lo contrario, difícilmente podremos decir que somos cristianos.
La reconstrucción del Templo y de Jerusalén provocó resistencia y persecución. Hoy también, la obra del Señor encuentra oposición. ¿Qué podemos hacer para tener éxito en nuestra misión?
La Biblia está llena de historias de personas que Dios escogió para una tarea en particular. ¿Crees que Él tiene, también, un llamado especial para ti?
Dios levantó a Nehemías para que Sus propósitos de reconstrucción de Jerusalén se cumplieran, a pesar de los pueblos vecinos. Los planes de Dios se cumplen siempre.
Acompáñanos en esta 4º temporada sobre Esdras y Nehemías, con unos invitados de lujo. Estudiemos juntos como Dios nos cuida, a través de la historia.
“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Mar. 2:27).
“Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; es clemente, misericordioso y justo. El hombre de bien tiene misericordia, y presta; gobierna sus asuntos con juicio” (Sal. 11:4, 5).
“…Estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Cor. 15:58).
La Biblia dice que somos salvos por medio de la fe; no por obras, para que nadie se gloríe. Somos creados en Cristo para buenas obras. (Efe. 2:8-10).
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” (Sant. 1:27).
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mat. 25:40).
Estamos llamados a reflejar el carácter y las acciones de Cristo. Jesús no se contentaba con hablar del amor de Dios, Él lo vivía y lo compartía con los demás. Especialmente con los más necesitados.
La verdadera adoración consiste en vivir compartiendo las preocupaciones de Dios por las personas, y en amar y buscar a los oprimidos y olvidados.
Los profetas pueden ayudarnos a ver la injusticia y el sufrimiento a través de los ojos llenos de lágrimas de Dios. Pero, además, nos llaman a la acción.
Estudiaremos Salmos y Proverbios: dos libros especialmente adaptados a los desafíos de vivir fielmente en medio de las experiencias y pruebas comunes de la vida.
“También les dijo: El día de reposo (sábado) fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Mar. 2:27).