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Lección 8 para el 25 de mayo de 2024: LUZ DESDE EL SANTUARIO.

Cuando Jesús no regresó en 1844, tal como indicaban las profecías de las 70 semanas y los 2.300 días, fue necesario revisar las profecías. Y encontraron esto:

DANIEL 7 INTERPRETACIÓN DANIEL 8
León Babilonia  
Oso Medo-Persia Carnero
Leopardo Grecia Macho cabrío
Bestia Roma Cuerno pequeño
Juicio El juicio y la purificación del santuario son el mismo acontecimiento Purificación del santuario

La purificación del santuario no era la Segunda Venida de Jesús. Si Daniel 8:14 y el juicio de Daniel 7:9-10 anunciaban el mismo suceso, ¿qué santuario debía ser purificado? Por otra parte, ¿qué juicio pudo haber comenzado en 1844?

  • El verdadero Santuario

    • Al estudiar la Biblia, los adventistas posteriores al chasco de 1844 averiguaron que había dos santuarios: (1) un santuario terrenal, figura y sombra del verdadero (Hebreos 8:5); y (2) un santuario celestial, erigido por Dios mismo (Hebreos 8:2).
    • El primer santuario, y los templos que le sucedieron hasta el año 70 d.C., se construyeron siguiendo el modelo que Dios le mostró a Moisés (Éxodo 25:40). En ellos se representaba al verdadero Cordero y Sumo Sacerdote: Jesús (Juan 1:36; Hebreos 4:14).
  • La purificación

    • Aunque los israelitas eran perdonados al presentar sus sacrificios, su culpa era «transferida» al santuario. Por ello, era necesaria su purificación. Esto sucedía el día de la expiación, conocido todavía hoy entre los hebreos como el día del juicio.
    • Si alguien no se afligía ese día, arrepintiéndose de sus pecados, era «cortado» (Levítico 23:29-30). Su destino se sellaba ese día. De igual modo, al acabar la purificación del santuario celestial, nuestro destino quedará sellado. Mientras tanto, hoy es el día de afligir nuestras almas, el día de la decisión (Hebreos 3:14-15).
  • El Juicio

    • Según la profecía, la purificación del Santuario Celestial –esto es, el Juicio– comenzó en 1844. Desde entonces, la Iglesia Adventista ha proclamado a viva voz que la hora del juicio ha llegado, invitando a todos a adorar a Dios, y a vivir de acuerdo con sus mandamientos (Ap. 14:7).
    • Pero, ¿acaso no se realizará el juicio cuando Jesús venga a la Tierra (1ª de Crónicas 16:33; 2ª de Timoteo 4:1)?
    • Cuando Jesús viene, ejecuta el juicio ya realizado, puesto que Él viene con “recompensa” para pagar “a cada uno según lo que haya hecho” (Apocalipsis 22:12 NVI); envía a sus ángeles a juntar a los escogidos (Mateo 24:31); y resucita a los que creyeron en Él (1ª de Tesalonicenses 4:16). Observa que los incrédulos muertos no resucitan al venir Jesús y, por tanto, no son juzgados en ese momento (Apocalipsis 20:4-5 NVI).
  • La misericordia y la justicia

    • Los 10 mandamientos colocados en el arca representan la norma del juicio, la justicia divina (Eclesiastés 12:13-14). El propiciatorio, colocado entre la ley y la presencia de Dios, representa la misericordia divina (1ª de Juan 2:1-2).
    • El camino al Santuario Celestial comienza aceptando el sacrificio de Jesús (Su sangre rociada sobre el altar de los holocaustos)
    • Continúa con una vida en comunión con Cristo (Su sangre rociada sobre el altar del incienso)
    • Y concluye cuando nuestro caso es presentado ante el Juez (Su sangre rociada sobre el velo, ante el arca)
    • La justicia exige el cumplimiento de la Ley. La misericordia acepta la vida perfecta de Jesús en lugar de la nuestra (1ª de Pedro 1:18-19; 1ª de Juan 4:17).
  • El Abogado e Intercesor

    • Durante toda nuestra vida y, por supuesto, en el momento del juicio, Jesús es nuestro Abogado (1ª de Juan 2:1).
    • La obra de Jesús en el Santuario Celestial nos enseña:
      • Una comprensión clara del plan de redención
      • Las exigencias de la Ley de Dios
      • El precio infinito de nuestra salvación
      • El camino que Jesús abrió para llegar al Padre
      • La seguridad de poder acercarnos con confianza a Dios
    • Pronto, el Juicio terminará y Jesús “aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:28)

Para meditar:

«A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron los primeros en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y termina con los vivos.

»Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados. […]

»A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna». (Elena G. White, El conflicto de los siglos, pg. 474).

«Actualmente, nos encontramos en el atrio exterior, aguardando la bendita esperanza de la aparición gloriosa de nuestro Salvador y Señor Jesucristo.[…] Durante su intercesión como abogado nuestro, Cristo no necesita ninguna virtud humana ni mediación de nadie. Él es el único portador del pecado, la única ofrenda por el pecado. La oración y la confesión deben dirigirse solo a él, quien entró una vez para siempre en el lugar santísimo. Salvará hasta lo sumo a todos los que acuden a él con fe. Él vive constantemente para interceder por nosotros». (Elena G. White, Exaltad a Jesús, 1 de noviembre).

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España