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La bienaventurada esperanza

Todas las religiones buscan religare (re-atar o re-unir) al ser humano con la fuerza superior o la inteligencia suprema mayormente llamada Dios en diferentes lenguas, para salvar la brecha entre nosotros y la dimensión superior de existencia(1). Toda clase de creyentes ponen su confianza en un evento futuro, ya sea el nirvana o la unidad con el cosmos, o en el caso cristiano, la segunda venida de Jesucristo(2). Esto demuestra la necesidad histórica del ser humano de transcender la realidad presente hacia un nivel superior de existencia(3), demostrando así un sentido universal en la conciencia colectiva de las civilizaciones sobre un paraíso perdido(4).

Este sentir colectivo de divina trascendencia(5) aboca al ser humano hacia el constante sentido de necesidad de divina inmanencia(6). En muchas civilizaciones el ser humano ha buscado impacientemente señales divinas de esperanza dando lugar a muchas y diferentes expresiones de adoración personalizada(7) y, de paso, intolerancia también. A través de Cristo, la humanidad ha encontrado la genuina, más amorosa y pacífica manifestación de Dios, colmando la necesidad humana de trascendencia en medio de una existencia desesperada(8) junto con la promesa de un final para todo sufrimiento y preguntas trascendentales sin respuesta(9). El esquema es bastante parecido entre muchas religiones, el bien, el mal y un final para la controversia. La diferencia estriba en cómo alcanzar este punto final y en el Dios que enseñó y sigue enseñándonos el camino a seguir.

Predicando el evangelio

Dado que los cristianos tienen la expectación de la bienaventurada esperanza de la segunda venida de Jesús(10), y dado que la cristiandad ha sido comisionada con la predicación por todo el mundo de este mensaje(11), se convierte en un deber, en un privilegio y una necesidad que a menudo entra en conflicto con las convicciones de terceros(12). A pesar de todo, el constreñimiento es tan fuerte(13) que un cristiano podrá arriesgar su vida por predicar y compartir esta expectativa de eterna bendición(14). ¿Se debe buscar el conflicto o choque por causa del proselitismo(15) puesto que ya había sido predicha su existencia? ¿Se puede evitar? Dado que nos dirigimos a la conciliación plena de la naturaleza en este planeta hacia la calma y el equilibrio, ¿debería inevitablemente transcurrir por un camino abrupto en todos los casos? Según John Witte Jr.(16) en el Nuevo Orden Mundial en el que estamos inmersos, parece imposible evitarlo debido a la fina línea dibujada por las leyes que protegen la libertad religiosa y, al mismo tiempo, implementan un contexto de auto-contención a la hora de transmitir a otros la experiencia religiosa propia.

“Bienaventurados sois cuando os persigan”

Se nos dice en la Biblia que esto ocurriría: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo”(17). La palabra clave aquí es mintiendo. ¿Cuán lejos hemos de llegar para cumplir el deber de predicar el evangelio? Sin duda alguna, no hay límite desde la perspectiva del coste personal(18), excepto cuando tratamos con la libertad de otros. Puesto que estaríamos dispuestos a sacrificar la vida propia, ¿nos autoriza esto a hacer lo que sea a cualquier precio aparte del coste personal? ¿Qué ocurre con el libre albedrío de los demás? La palabra clave ausente aquí es respeto. Necesitamos diferenciar entre el derecho a la libertad religiosa, incluyendo la libertad de expresión, y el derecho personal e inalienable de libertad de elección. Nadie en el Nuevo Testamento forzó a alguien a aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador, ni siquiera Él mismo pretendió hacerlo, al contrario, se dio testimonio claro cuando se presentó la oportunidad. Traspasar esa línea, forzar de algún modo a otros a aceptar nuestra propia verdad siempre dará una razón a aquellos que pudieran acusarnos de intolerantes, no estableciendo el escenario dibujado en la bienaventuranza mencionada arriba, sino el contrario. Si Jesús dijo“mintiendo” es porque también se podría dar el caso contrario, actuando incorrectamente a la hora de obedecer su comisión.

Protección de los derechos y de defensa

Jesús respetó, respeta y respetará la elección de cada uno(19). Esto establece nuestro modelo a la hora de llevar a cabo la comisión que se nos dio y confió. Jesús evitó en lo posible toda confrontación(20). Más aún, promovió la conciliación activa(21) y la resistencia vindicadora pasiva(22). Con este tipo de vindicación nunca enseñó que había que evitar decir la verdad, pero sí a hacerlo en el contexto correcto y con las palabras adecuadas permitiendo que el interlocutor saque sus propias conclusiones(23). El ejemplo del Señor establece el modelo a seguir por sus discípulos de todas las épocas(24), especialmente al acercarnos a la parousia.

Tensión entre derecho y deber

Hay una tensión constante entre el derecho y el deber de predicar, especialmente a medida que nos acercamos a las últimas escenas de la historia de este mundo donde muchos grupos de presión están surgiendo para detener agresivamente ciertos discursos que se entienden como ataques hacia ciertos colectivos sociales o minorías. Digamos y reconozcamos que la intolerancia religiosa hacia lo que se considera “pecado” o conducta errónea según el cuerpo de creencias de cada uno, ha provocado el surgimiento de estos grupos de presión y debates, incluso choques a posteriori, provocando el debilitamiento de la libertad religiosa en algunos aspectos(25).

Tolerancia no implica aceptación, sino dejar el juicio al más alto, más sabio y último responsable Juzgador(26). Reconocer nuestro error en este área no significa renunciar a una parte necesaria de la predicación del evangelio, sino abordar todos los aspectos del mensaje con el mismo cuidado, equilibrio y amor que Jesús mostró y sigue mostrando por la humanidad, dando segundas oportunidades, indicando lo que no es correcto, no condenando y dejando el juicio para después del último aliento, agotando toda oportunidad del individuo. Solo entonces Alguien superior a todos nosotros tomará la decisión(27).

Es una paradoja luchar por la tolerancia, derechos y libertades religiosos propios, y al mismo tiempo llegar a ser un colectivo intolerante contra cualquiera que no cumpla con los valores de las creencias fundamentales propias(28). Tenemos el deber de predicar el evangelio, y el deber también de respetar las decisiones de los demás. Esta es la forma práctica de aplicar la regla de oro en los tiempos modernos: “Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas”(29).

Sometiéndoos

De este pensamiento deducimos lo que ya dijo el apóstol Pablo: “Todos deben someterse a las personas que ejercen la autoridad. Porque no hay autoridad que no venga de Dios”(30). El apóstol Pedro repite la misma idea: “En atención al Señor, prestad acatamiento a toda autoridad humana”(31), pero en el marco establecido años atrás por él mismo y los demás apóstoles: “Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres”(32). El punto clave aquí es reconocer si con nuestra obediencia a las autoridades estamos honrando a Dios, haciendo lo que es correcto por su causa de forma correcta y aceptable.

Mientras nos aproximamos hacia la segunda venida de Jesús, la esperada parousia, y reconocemos que la única condición para su cumplimiento es la predicación del evangelio al mundo entero(33),  ¿deberíamos tomar riesgos innecesarios y/o indebidos para culminar la tarea?

¿Desobediencia civil?

Hemos visto claramente que Dios está llamando a su pueblo a honrarle obedeciendo a las autoridades, pero con una salvedad, cuando las leyes humanas contradicen las leyes divinas. Puesto que hemos sido llamados a predicar y no a convertir al mundo entero(34), debemos aprender dónde detenernos cuando se comparte el evangelio con los demás, permitiendo que el Espíritu Santo haga esta tarea, llegando donde ningún ser humano jamás podrá tener acceso(35). Solo de este modo el texto de Mateo 5:11 podrá cumplirse en aquellos que preceden la parousia, de otro modo, solo sufriremos las consecuencias de una comprensión incorrecta de cómo entregar un mensaje muy delicado, anticipando una persecución innecesaria.

Vendrán tiempos en los que debido al desarrollo de las leyes y la presión de diferentes colectivos se enconrsetará la libertad de expresión, incluso cuando se haga correctamente. Este será el momento de predicar, no por palabra, sino siendo un ejemplo viviente para los demás(36) y solo respondiendo a aquellos que pregunten por una razón. Se está dando una situación similar actualmente en algunos países donde la conversión al cristianismo está penada con la muerte, tanto para el dador como para el receptor del mensaje.

Persecución en Apocalipsis

En muchos textos del libro de Apocalipsis se menciona la persecución. ¿Cómo podrá ocurrir algo así en el contexto actual de países democráticos que se preocupan por los Derechos Humanos? Nuestra tarea ahora no es responder a esto, pero sí lo es buscar la forma de llegar a ese momento con un comportamiento y acción ejemplar mientras realizamos la tarea encomendada. En tanto que haya libertad religiosa, de conciencia y de expresión, necesitamos aprovechar la oportunidad para aprender y refinar los métodos y formas, aplicando el modelo de Jesús. Aún así, según la revelación que se nos ha dado, esto ocurrirá de todos modos.

Personalmente creo que la libertad religiosa será moldeada poco a poco pero decididamente en pro del bien común. Es muy difícil gobernar miles de millones de personas y asistirlas en cada necesidad particular, al menos desde el punto de vista humano, y a la vez, evitar desacuerdos y confrontaciones ideológicas, lo que llevará a una legislación más estricta con pérdidas de libertades, como ocurre ahora con las medidas de seguridad a la hora de viajar en avión, por ejemplo, en pro de la seguridad común.

Tendencias actuales en derechos y libertades

Cada vez resulta más y más difícil dibujar una línea entre la libertad religiosa, incluyendo la libertad de expresión, y lo que se llama el uso de la religión para discriminar(37). Este tema está causando un importante debate sobre cómo legislar asuntos prácticos de la experiencia religiosa de modo que se pueda garantizar la libertad y derechos de otros grupos. Nótese que la libertad de conciencia aquí no está en discusión, sino el cómo vivir la fe personal sin que afecte a otros en la prosecución del bien común. Esto limita parte de la vida religiosa en sí misma, como compartir verdades particulares con la intención de beneficiar a otros. Mientras la legislación avanza en la regulación que afecta cómo vivir esta parte esencial de la experiencia religiosa respecto la comunicación del evangelio, lo hace a su vez contra las convicciones legislativas propias, abriendo la puerta a futuras leyes religiosas que coarten asuntos más amplios o menos discutidos ahora.

Este escenario y tendencias actuales son lo que conducirá a una futura situación o contexto legal descrito en algunas teologías escatológicas, incluyendo la sostenida por la Iglesia Adventista del Séptimo Día, respecto leyes dominicales. Entendiendo así su inevitabilidad desde una perspectiva teológica y profética justo antes de la segunda venida de Jesús, se convierte en vitalmente necesario entender cómo cumplir correctamente con el deber de compartir el evangelio, no abusando de nuestra actual (aunque no completa) libertad religiosa en muchos países, sin cercenar tampoco porciones imprescindibles de un mensaje muy específico y sensible como, por ejemplo, el contenido en Apocalipsis 13 y 14.

Cuando quiera que se presente la oportunidad de ser oídos con interés, se debe y se tiene que aprovechar para compartir el evangelio. En tanto que no haya voluntad de oír, nadie debería imponer a otro tener que escuchar indeseadamente ningún mensaje. Si Dios respeta la libertad humana de aceptar su salvación en cualquier momento, no podemos actuar de otro modo diferente mientras se aproxima la parousia. “Quien tenga oídos, preste atención”(38).

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Notas:

(1) 2 Corintios 5:18-19.
(2)  Juan 14:1-3.
(3)  Hechos 17:26-28.
(4)  Hechos 17:22-24.
(5)  Romanos 2:15.
(6)  Juan 1:14.
(7)  Isaías 44:12-17.(8)  Mateo 20:28; Marcos 10:45.
(9)  Apocalipsis 21:1-5.
(10)  Tito 2:13.
(11)  Mateo 28:16-20; Marcos 16:14-18; Lucas 24:36-49; Juan 20:19-23.
(12)  Juan 15:20.
(13)  2 Corintios 5:14.
(14)  Hechos 20:24.
(15)  José Casanova repasa la tensión entre el deber de predicar el evangelio y las implicaciones legales en su discurso en Georgetown University, durante un simposio auspiciado por el Berkley Center for Religion, Peace, and World Affairs. El artículo que recoge el contenido de la ponencia está disponible en José Casanova (2010): Religious Freedom: For and against proselytism. SSRC.org. Accedido en https://blogs.ssrc.org/tif/2010/04/26/proselytism/ el 29 de abril de 2015.
(16)  Un artículo interesante de John Witte Jr. de Emory University School analiza la paradoja entre los abusos de los derechos religiosos y los conflictos de credos. John Witte Jr (2007): ‘Go Ye, Therefore, and Make Disciples of All Nations’: Proselytism in the New World Order. SSRN.com. Accedido en https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1014724 el 29 de abril de 2015.
(17)  Mateo 5:11 Reina-Valera1960.
(18)  Lucas 9:24; 17:33.
(19)  Mateo 19:16-22; Marcos 10:17-31; Lucas 18:18-30.
(20)  Por ejemplo, tan pronto supo que los fariseos comenzaron a quejarse contra él, se retiró a otra región temporalmente. Véase Juan 4:1-3.
(21)  Mateo 18:15-17.
(22)  Mateo 5:39. La bofetada en la mejilla derecha en el contexto de la Lex Talionis va más allá de la resistencia pasiva o respuesta no agresiva, es confrontar el conflicto en orden de igualdad. Abofetear la mejilla derecha es más que una agresión física, es una señal de humillación debido a la forma en que era dada, con el reverso de la mano derecha, de izquierda a derecha, inflingido por una persona de una posición superior hacia un oponente de clase más baja, bien sea un siervo o un esclavo. Por lo tanto, mostrando la mejilla izquierda implicaba repetir el procedimiento pero de derecha a izquierda, usando la palma de la mano abierta, reconociendo así la igualdad entre ambas partes. Esto es resistencia vindicadora pasiva. Véase Lidija Novakovic (2006): “Turning the other cheek to a perpetrator. Denunciation or upholding of justice?”, 2006 Annual Society of Biblical Literature Meeting. Matthew section: Reading Matthew in a time of war. Archivo PDF p. 11. Accedido en https://www.sbl-site.org/assets/pdfs/Novakovic_Cheek.pdf el 29 de abril de 2015.
(23) i.e. Juan 4 donde Jesús condujo a la mujer samaritana hasta que sacó sus propias conclusiones sobre su mesianismo.
(24)  Juan 13:15.
(25)  Aquí podríamos incluir Creacionismo vs. Evolucionismo, el colectivo LGBT, ateísmo y religión entre otros.
(26)  Mateo 7:1-2; Lucas 6:37-38, 41-42. Es cierto que juzgaremos incluso a los ángeles (1 Corintios 6:3) pero esto ocurrirá en un futuro, cuando nosotros sólo revisaremos los casos que ya han sido decididos por la corte celestial.
(27)  Un ejemplo lo encontramos en Judas 1:9 donde Satanás no fue aún juzgado sino reprendido. Otro ejemplo en sentido opuesto es la mujer sorprendida en adulterio y perdonada (Juan 8:1-11).
(28)  Mateo 23:13-15.
(29)  Mateo 7:12 Nueva Traducción Viviente.
(30)  Romanos 13:1 Dios Habla Hoy.
(31)  1 Pedro 2:13 La Palabra.
(32)  Hechos 5:29 La Palabra.
(33)  Mateo 24:14.
(34)  Solo el Espíritu Santo es capaz de convertir los corazones de las personas. Juan 16:7-8.
(35)  Romanos 8:27.
(36)  1 Pedro 2:12.
(37)  American Civil Liberties Union (ACLU) está llevando a cabo una campaña llamada “Stop discrimination: The ACLU’s campaign to end the use of religion to discriminate”, accedido en https://www.aclu.org/feature/using-religion-discriminate, el 29 de abril de 2015.
(38)  Apocalipsis 13:9 La Palabra.

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Artículo escrito para LIBERTY TODAY 2015

Revista Adventista de España