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Paul Tillich, en su libro, el Coraje de ser, describe la historia de la civilización occidental en términos de tres tipos de inquietud y temor:

  1. El final de la Antiguedad Clásica fue marcado por una inquietud ontológica generada por la preocupación por el destino y la muerte del ser humano
  2. A finales de la Edad Media predominó una inquietud marcada por el sentido de culpabilidad y miedo a la condenación
  3. A finales de la Epoca Moderna vivimos una inquietud espiritual generada por la falta de sentido.  

Sin entrar en debates sobre la interpretación de Paul Tillich, observamos en la actualidad estas tres grandes inquietudes, y preocupaciones, bajo la forma de distintos avatares:

Vivimos una época donde …

  1. el cristianismo es el cristianismo de eslóganes y de discursos pero le falta el fundamento o el eje central que es Jesús. Hablamos mucho sobre Jesús, sobre la Biblia, sobre conceptos teológicos pero … nos parecemos muy poco al sujeto de nuestros eslóganes, canciones, sermones, charlas, programas, etc. 
  2. el hombre es el centro del mundo, pero a la vez es el resultado del azar
  3. la iglesia o está al margen de la sociedad o intenta controlarla
  4. la autoridad o la tienen los líderes religiosos o la congregación
  5. la motivación para la fe cristiana está entre la culpabilidad y la gracia barata
  6. la ética está entre el utilitarismo y la ley del talión
  7. la comunidad lucha entre la rigidez cultural y lingüística y una comunidad sin vida comunitaria, con relaciones muy superficiales e individualista
  8. la narrativa o el discurso del cristianismo está entre el conspiracionismo y la post verdad
  9. la lectura y la interpretación de la Biblia está entre el literalismo y el relativismo
  10. hay una búsqueda incesante por la verdad sin embargo rendimos culto a la mentira en todas sus formas

No podemos más que reconocer que necesitamos una reforma.

Ellen White definía la reforma de esta manera: 

La reforma es: “una reorganización, un cambio en las ideas, un cambio en las teorías, un cambio en los hábitos, un cambio en las prácticas.” 1 MS 128

Pero añade una advertencia: No se podrá hacer una reforma adecuada si, primeramente no habremos experimentado un reavivamiento. Y define el reavivamiento de esta manera:

Reavivamiento es: “una renovación de la vida espiritual, una reactivación de los poderes de la mente, una reactivación de los poderes del corazón, y una resurrección de la vida espiritual.” 1 MS 128

En otras palabras, necesitamos una actitud abierta, una disposición a cambiarnos y a cambiar nuestra manera de entender y de hacer las cosas, necesitamos cuestionar lo que hacemos de siempre y ver dónde nos equivocamos. 

Albert Einstein decía que es una locura hacer una y otra vez lo mismo y esperar resultados diferentes. Necesitamos salir de este circulo vicioso. 

Para vivir un nuevo reavivamiento y una nueva reforma :

  1. Necesitamos un conocimiento de la Biblia con discernimiento.
    1. En primer lugar: En Lucas 10: 25-26 dice: “Y he aquí que un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la lees?” No sólo es importante que leamos la Biblia. Para Jesús es muy importante CÓMO LA LEAMOS.
    2. En segundo lugar: en Hechos 8:30 Felipe le preguntaba al Eunuco: ¿Entiendes lo que lees? No es suficiente leer la Biblia con asiduidad. Es importante entenderla. Para vivir un reavivamiento hemos de pasar de una lectura literalista a una lectura con significado de la Biblia.
    3. En tercer lugar: Ecclesia Reformata, Semper Reformanda est Secundum Verbum Dei. La Iglesia reformada siempre se está reformando según la palabra de Dios.
  1. Necesitamos redescubrir la centralidad de Cristo en toda nuestra teología y doctrinas: su ofrecimiento, encarnación, vida, muerte, resurrección, ascensión y obra celestial a favor de los creyentes.
    1. en Juan 5:39 Jesús afirma que “las Escrituras (AT) dan testimonio de mí.” Si no encontramos a Jesús en todos los libros del AT y del NT es porque hacemos una lectura y una interpretación equivocada de la Biblia. 
    2. en Juan 7:19 Jesús afirma: “¿No os dio Moisés la Ley? Sin embargo ninguno de vosotros la cumple.” Lo dice a los que estudiaban la escuela sabática cada día. Si no encontramos a Jesús en la Biblia y si no nos encontramos con Jesús, podemos cumplir en detalles de letra su palabra. En realidad no la cumplimos si no se reproduce en nosotros. 
  1. Necesitamos renovar continuamente nuestra comprensión sobre la gracia de Cristo. Podemos experimentar la gracia de Dios sólo si nos encontramos en el concepto de la complejidad irreductible de la gracia: SOLA SCRIPTURA, TOTA SCRIPTURA, SOLA FIDE, SOLA GRATIA y SOLUS CRISTUS. Si tocamos uno de estos conceptos, no hay salvación. Por esto, si entendemos mal a Cristo, entenderemos mal la gracia. Si leemos e interpretamos mal las Escrituras, no podremos conocer la gracia, la liberadora gracia de Cristo. 
  1. Necesitamos una espiritualidad vocacional, orgánica y auténtica. Y ella es resultado de un conocimiento diario y de una relación diaria con Jesús. “Si quieres que Dios sea real en tu vida, actúa como si él ya lo fuera.”
  1. Necesitamos convertirnos en una iglesia inclusiva, en un hospital para los enfermos y no en un museo de santos. Conociendo de verdad a Jesús produce en nosotros vida comunitaria, relaciones cercanas y significativas, amistades saludables. 
  1. Necesitamos una ética basada fundamentalmente en el sermón del monte y en los principios del reino de Dios. “¿Qué haría Jesús si estuviera en nuestro lugar?”
  1. Necesitamos entender que compartir el Evangelio el es resultado de una corazón convertido, de una persona enamorada de Jesús, de una una persona nacida de nuevo. 
  1. Necesitamos entender y aceptar que la iglesia ha de estar en la sociedad de la misma manera que lo hacía Jesús: atendiendo las necesidades conscientes de las personas. 
  1. Necesitamos entender como creyente que no podemos estar callados ante las injusticias del mundo.  Jesús denunció injusticias sociales, económicas y religiosas que el sistema religioso de su tiempo favorecía, pero las denuncias de Jesús no fueron reacciones políticas sino una muestra de compasión.
  1. Necesitamos entender que antes de conocer y aceptar a Jesús, las personas nos conocen y se relacionan con nosotros. Ellos conocen a Jesús a través de nosotros antes que conocerlo a él personalmente.  

Al profundizar y leer la Biblia con los ojos de Jesús,

¿Estas dispuesto a cambiar tus ideas?

¿Estas dispuesto a cambiar tus teorías? 

¿Estas dispuesto a cambiar tus hábitos? 

¿Estas dispuesto a cambiar tus prácticas?

Sólo así podremos vivir una nueva reforma.

 

Stefan Albu. Pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el CEAS (Campus Educativo Adventista de Sagunto), España. 

Foto: Daniil Kuželev en Unsplash

Revista Adventista de España