Skip to main content

¿Qué decir de mi experiencia como voluntaria?

Puede que mi caso no sea el de un voluntario común. Afortunadamente he tenido la oportunidad de estudiar en el Colegio Adventista de Sagunto desde mis primeros años de escolarización. He crecido en el campus y he podido ver como éste también ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Quiero decir que, en gran parte y gracias a este centro y a las personas que lo componen, he crecido como persona, he aprendido no sólo sobre materias escolares sino sobre la importancia de los valores y los principios. Todo ello me ha impulsado a querer ser mejor cada día. Por todo ello, el haber tenido la oportunidad de dar un año de mi vida a este centro educativo ha sido todo un privilegio.

En mi caso, he estado trabajando en el internado de chicas ¿Qué decir de éste? Es como una gran familia, hay mucho trabajo por hacer y muchos días terminas realmente agotada; pero sin duda todo queda recompensado por el cariño de quienes te rodean.

El cariño de los trabajadores de la cocina son, sin duda, el mejor condimento de la comida, y lo que hace que todo esté tan bueno y que si nos descuidamos subamos un par de “kilillos”. El magnífico trato de la administración del campus y su preocupación por que estemos a gusto y no nos falte de nada, sin olvidar el ambiente de trabajo que se crea cuando se está entre amigos, es también un gran aliciente.

Gracias a esta experiencia he podido conocer mi colegio, si me permitís nombrarlo así, desde otra perspectiva. Sus integrantes ahora son parte de mi familia, tengo nuevos hermanos y hermanas y amistades que sin duda durarán toda la vida, mil experiencias que contar y cientos de risas que recordar siempre.

Muchos piensan que un año de voluntariado puede ser perder un año de tu vida. Me gustaría decirles a todos aquellos que piensan de este modo que se replanteen esa visión. El voluntariado, aunque no sea mi caso, te da la oportunidad de viajar y conocer otros países, al mismo tiempo que te desenvuelves en el ámbito laboral. Por otra parte, no puedo, ni debo, ni quiero olvidar el privilegio que es poder hacer lo que te gusta en un ambiente cristiano en el que el trabajo tiene un objetivo muy claro: acercarnos un poquito más al cielo.

Gracias a todos los que han hecho de este año, un año inolvidable.

Revista Adventista de España