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Lección 1 para el 1 de enero de 2022: LA CARTA A LOS HEBREOS Y A NOSOTROS.

La carta a los Hebreos presenta profundos llamamientos a seguir a Jesús y a vivir conforme a la doctrina recibida.

No es ajeno a la realidad del creyente. Presenta el fervor con el que el cristiano recibe la verdad; las dificultades de servir a Jesús; las tentaciones a abandonar la carrera; y la perseverancia hasta el fin.

Aunque cargada de enseñanzas teológicas, está llena de aplicaciones prácticas para la vida del creyente.

  • La carta a los Hebreos no es una carta, es un sermón.

    • No se menciona su autor ni las personas a las que se dirige. Evidentemente, no es una carta (aunque contenga un final epistolar en Hebreos 13:22-25), es un sermón:
      • El autor define el libro como una “palabra de exhortación” (Heb. 13:22; cf. Hch. 13:15) y usa la primera persona en plural (nosotros/nos/nuestro).
      • Hay continuas referencias a “oír” y “hablar” (Heb. 2:5; 5:11; 6:9; 8:1; 11:32).
      • Alterna la exposición de los temas con exhortaciones.
      • Hace una presentación breve de los temas que luego desarrollará más adelante.
    • Esto explica las diferencias de estilo entre este libro y el resto de las cartas escritas por Pablo.
  • Conociendo la verdad.

    • Los hebreos que escuchaban a Pablo habían creído en Jesús. Sin embargo, no lo habían escuchado directamente, sino que habían creído a través de la predicación de otros. Esta predicación estuvo acompañada por diversos milagros, y por la actuación del Espíritu Santo (Heb. 2:3-4).
    • Todos ellos creyeron que sus pecados habían sido perdonados (Heb. 6:1); recibieron el Espíritu Santo (Heb. 6:4); y el Reino de Dios se había establecido en sus vidas (Heb. 12:28).
    • No eran niños en la fe, recién convertidos, sino cristianos experimentados (Heb. 5:12).
  • Sufriendo por Cristo.

    • Después de haber creído, los hebreos enfrentaron fuerte oposición (2Tim. 3:12).
    • La gente se sentía ofendida por su vida ejemplar, que les hacía sentir culpables.
    • Algunos habían sido encarcelados y golpeados, o habían perdido sus bienes (Heb. 10:33-34). Por esta razón, Pablo los anima a permanecer fieles, imitando el ejemplo de Moisés (Heb. 11:25).
  • Los desafíos de la fe.

    • Con el tiempo, la persecución hizo mella en estos hebreos. De las exhortaciones de Pablo podemos inferir diversos problemas que les afectaron:
      • Tentaciones (2:18); incredulidad (3:12); debilidad (4:15).
      • Dejar de congregarse (10:25); desánimo (12:3, 12).
      • Pecados diversos (13:4-5); desviaciones doctrinales (13:9).
    • Al igual que le sucedió al profeta Elías, una gran victoria de fe dio paso al decaimiento y la falta de confianza (1R. 19:1-4).
  • La obra del creyente.

    • Ante el decaimiento de Elías, Dios lo trató con cariño (1R. 19:5-8), le hizo un suave reproche (1R. 19:9), y le dio tareas para realizar (1R. 19:15-18).
    • De igual modo, Pablo trató a sus oyentes con cariño (Heb. 6:1-3), les reprochó suavemente (Heb. 2:1), y les dio tareas para realizar.
      • Permanecer en el amor (Heb. 13:1).
      • Ser hospitalarios (Heb. 13:2).
      • Ayudar a los presos y a los maltratados (Heb. 13:3).
      • Imitar el ejemplo de sus pastores (Heb. 13:7).
  • Enfrentando el futuro.

    • Al igual que los hebreos, nosotros estamos viviendo en los “postreros días” (Heb. 1:2), y esperando el cumplimiento de las promesas (Heb. 10:37). Por tanto, las exhortaciones de Pablo se nos aplican también a nosotros.
    • Hebreos recuerda los problemas enfrentados por el pueblo de Dios antes de su entrada en Canaán, y su incredulidad (Heb. 3:7-11).
    • Por eso, nos invita a no caer en ese ejemplo de incredulidad (Heb. 3:12-13), aferrarnos a nuestra fe (Heb. 10:38-39), poner nuestros ojos en Jesús (Heb. 12:2), y vivir una vida de santidad y plena confianza en Dios (Heb. 13:4-6).

Para meditar:

“Nos hallamos todavía en medio de las sombras y el torbellino de las actividades terrenales. Consideremos con sumo fervor el bienaventurado más allá. Que nuestra fe penetre a través de toda nube de tinieblas, y contemplemos a Aquel que murió por los pecados del mundo […] Sintámonos alentados por el pensamiento de que el Señor vendrá pronto. Alegre nuestro corazón esta esperanza. “Aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. Hebreos 10:37. Bienaventurados son aquellos siervos que, cuando venga su Señor, sean hallados velando”. Elena G. White (Testimonios para la iglesia, tomo 9, pg. 228).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España
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