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La alerta saltó para la industria cárnica de todo mundo cuando a mediados de junio pasado 750 trabajadores del matadero de la compañía Tönnies en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia dieron positivo en la prueba del coronavirus. Pero no solamente en Alemania, también en muchos otros países, desde Singapur hasta Canadá pasando por Estados Unidos, han registrado brotes importantes por coronavirus entre los empleados de sus industrias cárnicas. En España ha habido también brotes en diversos mataderos, especialmente de Huesca y de Lérida.

La industria cárnica mantiene que no hay evidencias suficientes de que la carne transmita el coronavirus. Los brotes aparecidos en los mataderos son atribuidos a las malas condiciones de vida de sus empleados. Pero el asunto no está claro. El ministro regional de sanidad del Estado alemán donde radica el matadero más contaminado ha declarado que “tenemos que precisar cómo surgen los brotes de coronavirus en la industria cárnica”, instando a una investigación más en profundidad.

Verrugas víricas en los empleados de mataderos

Las infecciones por virus en los trabajadores de los mataderos son bien conocidas desde hace décadas. Ya en 1977 la prestigiosa revista British Journal of Dermatology llamó la atención en uno de sus artículos sobre la elevada frecuencia de verrugas en las manos de los obreros de los mataderos, que alcanzaba al 28% de ellos.[1] Desde entonces numerosas investigaciones han confirmado que muchos empleados de mataderos, especialmente de pollos o de cerdos, están infectados por el tipo 7 del virus del papiloma humano, causante de las verrugas de la piel.

En 1994 se publicó otra investigación sobre las verrugas de los carniceros en la misma revista británica, en la que se llegaba a la conclusión de que no eran causadas por heridas en la piel sino por “algún componente de la carne animal que predispone a la replicación del virus del papiloma humano en las células de la piel”[2]. Dicho componente de la carne no ha sido claramente identificado hasta ahora, pero debe existir.

El cáncer también es más frecuente entre los carniceros

El 1993 un equipo de investigadores de Ginebra (Suiza) observó que existía un exceso de mortalidad por cáncer, especialmente de pulmón, colon, próstata y laringe, entre los carniceros del Cantón de Ginebra respecto a la población general.[3] También vieron que los casos de leucemia eran más frecuentes entre los carniceros. La exposición al benzopireno durante el asado de la carne realizado por algunos carniceros, el hecho de que los carniceros comen más carne y grasa animal que el resto de la población, y lo que resulta más inquietante, la presencia en la carne de virus oncogénicos (causantes de tumores), explican la mayor frecuencia de tumores entre los manipuladores de carne.

El National Cancer Institute de los Estados Unidos encontró que los carniceros en Suecia presentan más casos de cáncer de los que cabría esperar.[4] Y en el año 2017, un amplio estudio realizado en la Universidad china de Guangzhou confirmó que los carniceros tienen un 51% más de riesgo de padecer cáncer que la población general.[5]

Los empleados de supermercado que dispensan y tocan la carne, especialmente la de pollo, tampoco se libran de sufrir más casos de cáncer.  Una investigación de la Universidad Tulane de Nueva Orleans (Estados Unidos) ha mostrado que tienen un riesgo 3,8 veces superior de padecer linfoma, mieloma y otros tipos de tumores relacionados con las células de la sangre.[6]

Hepatitis y carne de cerdo

El cerdo es un reservorio de numerosos tipos de virus, entre ellos el causante de la hepatitis E. Los que trabajan en contacto con la carne de cerdo tienen mucho mayor riesgo de padecer este tipo de hepatitis.[7]

Prevenir el cáncer y otras enfermedades

Cuando sabemos todas estas cosas, los creyentes solo podemos alabar al Señor por habernos advertido a través de Moisés que los cadáveres de animales, sean estos inmundos (Levítico 5: 2) o aptos para comer (Levítico 11: 39), son fuente de contaminación y de enfermedad.

Y a través de Elena White, hemos recibido una actualización sobre cómo prevenir enfermedades en este tiempo del fin en el que estamos viviendo. En el Ministerio de Curación, página 241 se nos dice:

La carne no fue nunca el mejor alimento; pero su uso es hoy día doblemente inconveniente, ya que el número de los casos de enfermedad aumenta cada vez más entre los animales. … Continuamente sucede que la gente coma carne llena de gérmenes de tuberculosis y cáncer. Así se propagan estas enfermedades y otras también graves.

Cuando en 1864 Ellen G. White escribió que el cáncer puede ser causado por microorganismos, muchos la ridiculizaron por ir en contra de la ciencia. Pero actualmente está bien confirmado que la carne propaga virus causantes de cáncer y de otras enfermedades, no solamente al comerla, sino también al manipularla.

La información oficial de las autoridades sanitarias es que al cocinar la carne se destruyen los virus y bacterias que pudiera contener, pero hay muchas dudas al respecto. Además, el consumo de carne no contribuye a tener un sistema inmunitario eficaz contra los invasores invisibles de nuestro cuerpo.

Si queremos de verdad evitar ser alcanzados por el coronavirus y otros gérmenes patógenos, mantengamos la carne alejada de nuestras manos y de nuestra mesa, además de seguir las normas de higiene actuales, basadas en las que dio Moisés.

Autor: Jorge D. Pamplona Roger. Doctor en Medicina y Cirugía. Master en Salud Pública por la Universidad de Loma Linda. Departamento del Ministerio de la Salud, Unión Adventista Española.
Imagen: Photo by Max Delsid on Unsplash

NOTAS:

[1] De Peuter M, De Clercq B, Minette A et al. An epidemiological survey of virus warts of the hands among butchers. Br J Dermatol. 1977 Apr;96(4):427-31. PMID: 861180.

[2] Keefe M, al-Ghamdi A, Coggon D, et al. Cutaneous warts in butchers. Br J Dermatol. 1994 Jan;130(1):9-14. PMID: 8305325.

[3] Gubéran E, Usel M, Raymond L et al. Mortality and incidence of cancer among a cohort of self employed butchers from Geneva and their wives. Br J Ind Med. 1993 Nov;50(11):1008-16. PMCID: PMC1035536.

[4] Boffetta P, Gridley G, Gustavsson P et al. Employment as butcher and cancer risk in a record-linkage study from Sweden. Cancer Causes Control. 2000 Aug;11(7):627-33. PMID: 10977107.

[5] Guo ZL, Wang JY, Li YS et al. Association between butchers and cancer mortality and incidence: A systematic review and meta-analysis. Medicine (Baltimore). 2017 Sep;96(39):e8177. PMID: 28953674; PMCID: PMC5626317.

[6] Metayer C, Johnson ES, Rice JC. Nested case-control study of tumors of the hemopoietic and lymphatic systems among workers in the meat industry. Am J Epidemiol. 1998 Apr 15;147(8):727-38. PMID: 9554414.

[7] Huang X, Huang Y, Wagner AL et al. Hepatitis E virus infection in swine workers: A meta-analysis. Zoonoses Public Health. 2019 Feb;66(1):155-163. PMID: 30548110.

Revista Adventista de España