¿Cómo respondemos a una cultura científica que afirma que la fe bíblica y la ciencia no tienen nada que decirse? En este artículo, me ocuparé de tres preguntas:
(1) ¿Está bien mezclar la fe y la ciencia?
(2) ¿Puede la fe bíblica inspirar y aún guiar la búsqueda científica?
(3) ¿Se ha publicado alguna vez este tipo de investigaciones en revistas especializadas con evaluación de pares?
Una mezcla de las dos
Los científicos mezclan de rutina su fe con la ciencia. Muchos poseen una firme creencia de que la vida evolucionó durante millones de años. Algunos de nosotros tenemos fe que la vida fue creada hace unos pocos miles de años. Puede afirmarse que ninguna de esas dos posturas ha sido probada, por lo que ambas se basan en la fe, pero la fuente de esas dos fes, o cosmovisiones, es muy diferente.
Mi investigación se centra mayormente en la geología y paleontología. En mis cinco décadas de investigación e interacción con científicos que piensan diferente a mí, he hallado que puede existir una interacción fructífera de mi posición basada en la fe con la ciencia que procura negar un papel al pensamiento basado en la Biblia. El primer paso es tratar a otros y su ciencia con bondad y respeto.
En segundo lugar, uno tiene que confiar sin reservar en lo que dice la Biblia sobre el origen de la vida y de la tierra. Esa posición de confianza y respeto constituye el fundamento para la interacción fructífera que buscamos. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, muchas personas negarán que tengo el derecho de mezclar mi fe con la ciencia, pero no nos ocuparemos de esa cuestión aquí.
La guía bíblica
Para responder la segunda pregunta, mis colaboradores que se basan en la Biblia y yo hemos experimentado varios episodios de investigaciones en ciencias de la tierra inspiradas y guiadas por nuestras creencias bíblicas. Para mantenerme dentro de los límites de este artículo, describiré solo un proyecto de investigación que ejemplifica cómo funciona esto.
Cerca de la cima de los acantilados del Gran Cañón se encuentra la Arenisca Cononino, que se extiende sobre gran parte de Arizona central y está compuesta de estratos inclinados como los depósitos que se forman en las caras frontales de las dunas. Esa arenisca en estratos inclinados puede formarse por la acción del viento o el agua, pero la comunidad geológica está convencida de que la Arenisca Coconino viene de la arena acumulada en un vasto desierto. Esta explicación es la que mejor calza con los millones de años de su historia de la tierra.
Cuando se estaba depositando la arena, animales vertebrados caminaron sobre la superficie de la arena, dejando huellas que se fosilizaron cuando la arena se transformó en piedra. Comencé a estudiar esas huellas, y no hallé que la interpretación eólica (del desierto) resultara convincente.* El estudio de campo y una serie de experimentos de laboratorio confirmaron que las huellas subacuáticas de anfibios ofrecían la mejor comparación con las huellas fósiles.
Dos características resultaron de especial interés. En algunas huellas, los animales parecían estar caminando de lado, algo que los vertebrados no hacen, a menos que, quizá, una suave corriente de agua los empujara hacia los lados. Asimismo, algunas huellas comenzaban o terminaban repentinamente. Los pájaros pueden hacer eso, al aterrizar en el suelo, y entonces alejarse volando.
Nadie preguntó
Los animales vertebrados de cuatro patas no pueden hacer eso a menos que estén bajo agua y puedan nadar hasta el fondo, caminar, y entonces alejarse nadando. ¿Por qué nadie más había visto esa evidencia? La mayor razón es que el modelo aceptado del desierto es sostenido con tanta firmeza que nadie se preguntó si la Arenisca Coconino era un desierto, un depósito de arena bajo agua.
Un gran beneficio de la cosmovisión bíblica es que abre nuestra mente a reconocer la necesidad de hacer más preguntas que otros no se hacen. He aquí un punto clave de la discusión. La Biblia no dice nada de la Arenisca Coconico, de manera que nuestros interrogantes teológicos tienen que ser respondidos mediante la investigación cuidadosa de las rocas y fósiles.
Lo que sí hace la Biblia es hablarnos de dos eventos revelados por Dios (no podríamos haberlos descubierto por nosotros mismos):
(1) Dios creó la tierra hace unos miles de años, y (2) se produjo un diluvio universal catastrófico de significación geológica. Solo si creemos esos dos puntos que Dios nos dijo podemos comprender la historia de la tierra. Si me sintiera feliz con la explicación naturalista aceptada, no habría visto razón de hacer más preguntas sobre la Arenisca Coconino.
Publicación de las investigaciones
Mis estudiantes de posgrado y yo, y otros colaboradores, hemos hecho muchas otras investigaciones más allá de las huellas. Sin embargo, el ejemplo provisto más arriba ilustra la lección sobre la fe y la investigación científica. Hemos publicado nueve trabajos de investigación sobre las Areniscas Coconino en revistas especializadas con revisión de pares. Dos aparecen mencionados más abajo.
También hemos publicado otros 19 trabajos de investigación con revisión de pares de otros proyectos de investigación en geología y paleontología. La experiencia nos brinda el convencimiento de que, si creemos en el relato bíblico de los orígenes, nuestra investigación científica puede tener más éxito. Esperamos que nuestra experiencia pueda ayudar a que otros se den cuenta de que la Biblia nos da la única descripción confiable de la historia antigua.
* L. R. Brand y T. Tang, “Fossil Vertebrate Footprints in the Coconino Sandstone [Permian] of Northern Arizona: Evidence for Underwater Origin”, Geology 19 (1991): 1201-1204; L. Brand and S. Maithel, “Small-scale Soft-Sediment Deformation Structures in the Cross-bedded Coconino Sandstone (Permian; Arizona, United States); Possible Evidence for Seismic Influence,” Frontiers in Earth Science 9 (2021): 2395, doi: 10.3389/feart.2021.723495.
Autor: Leonard Brand, profesor y exdirector del Departamento de Ciencias de la Tierra y Biológicas de la Universidad de Loma Linda. Traducción de Marcos Paseggi.
Imagen: Shutterstock
Publicación original: La búsqueda científica inspirada en la fe
Noticia relacionada: El impacto de la cosmovisión de los científicos en su interpretación