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Lección 11, para el 11 de junio de 2022: JOSÉ, EXPERTO EN SUEÑOS.

Su amor hacia Raquel impulsó a Jacob a amar y favorecer a José más que a sus otros hijos, “porque lo había tenido en su vejez” (Génesis 37:3. Benjamín era aún demasiado pequeño en ese momento).

Este hecho, unido a la sencillez y espiritualidad del joven José –que contrastaba con el carácter y la mala fama de sus hermanos–, provocó una gran enemistad contra él.

A pesar de los actos deplorables y errores que encontramos en Génesis 37-41, Dios dirigió todo para bien.

  • Los sueños de José. Génesis 37:1-11.

    • José iba contando a su padre acerca de la mala conducta de sus hermanos (Gn. 37:2). Parecía evidente que Jacob pensaba poner a José, primogénito de Raquel, por encima de todos sus hermanos (Gn. 37:3).
    • Para colmo, José tuvo dos sueños que lo colocaban claramente por encima de sus hermanos (Gn. 37:5-9). Jacob tampoco parecía contento con estos sueños, pero reflexionaba acerca de su posible cumplimiento (Gn. 37:11).

José vendido. Génesis 37: 12-36.

    • Todo ocurrió rápidamente (Génesis 37:13-36).
      • Jacob envía a José a ver a sus hermanos (13-14).
      • “Casualmente”, un hombre encuentra a José y le indica dónde están sus hermanos (15-17).
      • Al verle, sus hermanos deciden matarlo (18-20).
      • Rubén intercede por José, con intención de salvarle (21-24).
      • Judá propone un cambio de planes: venderlo en lugar de matarlo (25-28).
      • Los hermanos engañan a Jacob, y le hacen creer que José está muerto (29-35).
      • En Egipto, José es vendido a Potifar (36).
  • Interludio: Judá y Tamar. Génesis 38.

    • Judá se separó de sus hermanos, se casó, y tuvo tres hijos (Gn. 38:1-5). Er, el primogénito, se casó con Tamar. Entonces, Dios comenzó a actuar directamente contra la maldad de los hijos de Judá (Gn. 38:6-10).
    • Sin embargo, Dios no actuó contra Judá y Tamar cuando ambos actuaron de forma incorrecta (Gn. 38:11-18). Pero Judá reconoció su error, y Tamar fue considerada justa (Gn. 38:26). Dios transformó el mal en bien y, por gracia, redimió a Tamar.
  • José prisionero. Génesis 39.

    • José fue puesto al cargo de toda la hacienda de Potifar, sin que su éxito le corrompiese. Al contrario, se negó a ceder a las insinuaciones de su ama (Gn. 39:9). Sin embargo, acabó en la cárcel. Vuelta al principio.
    • En la cárcel Dios hizo tres cosas con José: (1) estuvo con él; (2) le extendió su misericordia; (3) le dio gracia a los ojos del jefe de la cárcel (Gn. 39:21).
    • Nuevamente, fue puesto al cargo de todo (Gn. 39:22-23). José nunca olvidó de dónde provenía su éxito, y retuvo su fidelidad a Dios en toda circunstancia.
  • Los sueños de Faraón. Génesis 40:1-41:36.

    • Tras interpretar los dos sueños, el del copero y el del panadero, José espera una pronta liberación de la cárcel (Gn. 40:14-15). Pero la libertad no llegó.
    • Luego, leemos de dos nuevos sueños y de otro soñador preocupado, deseoso de conocer su significado. Tras dos años de espera, el tiempo de Dios había llegado (Gn. 41:1-14).
    • Ante Faraón, José sigue sin olvidar de quién depende su éxito: “No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón” (Gn. 41:16).
    • Tras muchos años de espera, al ser puesto sobre toda la tierra de Egipto, comenzaba a vislumbrarse el cumplimiento de los dos sueños de José (Gn. 41:41).

Para meditar:

“Nuestro Padre celestial no aflige o lastima voluntariamente a los hijos de los hombres. Tiene su propósito en el torbellino y en la tormenta, en el incendio y en la inundación. El Señor permite que vengan calamidades sobre su pueblo para salvarlo de mayores peligros. Desea que cada uno examine su corazón estrecha y cuidadosamente, y entonces se acerque a Dios para que Dios pueda acercarse a él. Nuestra vida está en las manos de Dios. Él ve peligros que nos amenazan que nosotros no podemos ver. Es el dador de todas nuestras bendiciones”. Elena G. White (En los lugares celestiales, 15 de septiembre).

“José consideraba su esclavitud en Egipto como la mayor calamidad que podría haberle sucedido; pero vio la necesidad de confiar en Dios como nunca antes lo había hecho bajo la protección del amor de su padre. José llevó a Dios consigo a Egipto, y ese hecho resultó evidente por su conducta jovial en medio de sus penas”. Elena G. White (Hijos e hijas de Dios, 9 de noviembre).

“Desde el calabozo, José fue exaltado a la posición de gobernante de toda la tierra de Egipto. Era un puesto honorable; sin embargo, estaba lleno de dificultades y riesgos. […] Pero el carácter de José soportó la prueba tanto de la adversidad como de la prosperidad. Manifestó en el palacio del faraón la misma fidelidad hacia Dios que había demostrado en su celda de prisionero […] creía plenamente que la mano divina había guiado sus pasos, y confiando siempre en Dios, cumplía fielmente los deberes de su puesto. Mediante José, la atención del rey y de los grandes de Egipto fue dirigida hacia el verdadero Dios”. Elena G. White (Patriarcas y profetas, pg. 198).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

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