Estoy sentado frente al ordenador. Oro mientras deslizo mis dedos por el teclado deseando que las palabras que han de dar vida a este artículo tengan más de Él que de mí. Fuera hace mucho calor. Escribo mientras en España anuncian una ola de calor extremo y pienso en el versículo que anuncia que al sol “se le dará permiso para quemar… con gran calor” (Apc.16:8-9). Sé que aún no ha llegado el día anunciado por la profecía bíblica pero la realidad se empeña en recordarme que Dios siempre tiene razón.
Vivimos días únicos. ¿Hacia dónde gira el planeta? Algunos proclaman la gravedad del cambio climático diciendo que, al ritmo de contaminación y de destrucción del planeta, pronto no tendremos ya un lugar al que llamar hogar. Otros, conocidos como negacionistas, aunque asumen que el planeta está pasando por un proceso de calentamiento, se niegan a achacar este fenómeno a la acción del hombre, asumiendo causas naturales en todo este fenómeno. Más contaminado y habitado que nunca, el planeta emite señales de socorro a las que no sé si acabamos de atender.
El apóstol Pablo escribió que “toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (Rom. 8:22). Una creación sujeta a la acción vanidosa del hombre y que anhela la misma redención por la que suspiran los hombres que aguardan la manifestación “gloriosa de los hijos de Dios” (Rom. 8:21). Lo que un día fue perfecto, hoy colapsa ante nuestra mirada a veces indiferente.
- “¡Qué vuelva Jesús!” – grita la naturaleza agonizante a nuestro alrededor…
- “¡Qué vuelva!” – replicamos los creyentes que queremos ver restauradas todas las cosas.
La creación gime
Mientras paso calor, pienso en nuestro propio hogar y no puedo evitar recordar noticias que cada día me recuerdan que yo también anhelo algo mejor: Maltrato animal. Agresiva e imparable deforestación. Contaminación de aire, mar y tierra. Especies en peligro de extinción. Plásticos que forman islas e islas que desaparecen bajo el mar. Mientras que unos se mueren de hambre, otros tiran toneladas de alimentos a la basura. Unos tanto y otros tan poco, dice el refrán.
Los políticos no se ponen de acuerdo. Los intereses económicos administran la agenda y el calendario de este mundo globalizado. Famosos alzan su voz para anunciar que el mundo se acaba mientras que las iglesias callan sabiendo que el mundo se va a acabar. El calor no me va a impedir que confíe en Dios. Él está al control y ya tiene un plan.
El plan de Dios
“Porque he aquí que Yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que Yo he creado; porque he aquí que Yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.
Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová” (Is. 65:17-25)
Sé en quién he creído
Las temperaturas siguen subiendo pero no desespero. Sé en quién he creído. No dependo de la acción humana para que la cosa mejore; haré cuanto esté en mi mano por cuidar el planeta al que llamo hogar. Te invito a hacer lo mismo, mientras te recuerdo que pronto llegará el día en el que Dios dará el “galardón a sus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen su Nombre, a los pequeñitos y a los grandes, y [entonces] destruirá a los que destruyen la tierra” (Apc. 11:18). El que la creó, la restaurará.
Poco a poco voy terminando de teclear. El artículo ya tiene forma. Te lo paso para que lo puedas leer. Quizás haga más calor cuando lo leas que cuando lo escribí. No lo sé. Lo que sí sé es que hoy nuestra “salvación está más cerca que cuando creímos” (Rom. 13:11). Dios te bendiga.
Autor: Óscar López. Presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.
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