Lección 8 para el 22 de noviembre de 2025: GIGANTES DE LA FE: JOSUÉ Y CALEB.
¿Conoces a estas diez personas: Samúa, Safat, Igal, Palti, Gadiel, Gadi, Amiel, Setur, Nahbi y Geuel?
Su «fama» consistió en desconfiar del poder de Dios, y acarrear con ello su muerte y la de toda una generación (Números 14:36-37).
Pero seguro que te suenan estas dos personas: Josué y Caleb. Ellos se mantuvieron firmes, creyeron en las promesas de Dios, y vivieron para verlas cumplidas (Números 14:38).
¿Cómo podemos imitar su fe, y llegar a confiar plenamente en que Dios puede hacer lo imposible, tal como ellos lo hicieron?
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La fe de Caleb:
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Hacer posible lo imposible.
- El nombre «Caleb» significa «perro». Como demostró en su vida, no recibió ese nombre como algo despectivo, sino por su lealtad inquebrantable. Él fue fiel donde otros fueron infieles. Se mantuvo leal a Dios donde otros se atemorizaron.
- Donde diez espías vieron ciudades imposibles de conquistar, y gigantes imposibles de vencer, Caleb vio ciudades conquistadas y gigantes «comidos como pan» (Números 13:28-33; 14:6-9).
- Junto con Josué (algo más joven que él), se mantuvo firme en su opinión, aun cuando la multitud quiso apedrearlos (Números 14:10).
- Su ejemplo nos anima a mantener nuestra fe firme en Dios, que puede hacer posible lo que para nosotros es imposible.
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La fe en acción
- Según el propio Caleb, cuando Moisés pidió un informe, «con toda franqueza le informé de lo que vi» (Josué 14:7 NVI), y «me mantuve fiel al SEÑOR mi Dios» (Josué 14:8 NVI). Por su fidelidad, se le prometió que recibiría como heredad el lugar que pisaron sus pies durante la inspección (Josué 14:9).
- Caleb tenía 40 años cuando fue enviado como espía. Tras cinco años de conquistas, ahora era un anciano de 85 años (Josué 14:10). Su cuerpo y su mente seguían teniendo el mismo vigor, y sus pensamientos seguían siendo los mismos (Josué 14:11).
- Había llegado la hora de reclamar la promesa, y de demostrar que sus palabras no eran vanas. Con la ayuda de Dios iba a comerse a los gigantes, y a conquistar sus ciudades (Josué 14:12-14).
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Entregar la antorcha
- Cuando hubo conquistado parte del territorio que le correspondía, Caleb pensó en el legado que debía dejar. ¿Seguirían sus descendientes confiando en Dios como él lo hacía?
- Había demostrado que se podía confiar en Dios, ahora quería encontrar a una persona que ejercieses la misma fe, para poder entregarle la antorcha.
- Por esa razón, prometió la mano de su hija a aquel que conquistara Quiriat-sefer, también llamada Debir (Josué 15:15-16).
- Su sobrino Otoniel fue el valiente que conquistó la ciudad, y llegó a ser el primer juez de Israel (Josué 15:17; Jueces 3:9-11).
- Tras casarse con Acsa –la hija de Caleb–, la convenció para que su padre le permitiese ampliar la zona conquistada (Josué 15:18-19), demostrando así ser un digno heredero de Caleb.
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La fe de Josué
- Siendo joven, Josué fue elegido por Moisés como su asistente. Demostró ser obediente; valiente; fiel; servicial; y amante de las cosas de Dios (Éxodo 33:11).
- Cuando llegó la hora de reclamar su propio territorio, esperó a que todas las tribus hubiesen obtenido su heredad, y eligió «la porción sobrante» [Timnat-sera] (Josué 19:50), una ciudad próxima a Silo, donde se había erigido el Santuario.
- De su historia, aprendemos que:
- La fe no ignora los hechos, simplemente ofrece un ángulo diferente de comprensión.
- En lugar de quejarnos, estamos llamados a confiar y someternos a los planes de Dios.
- Las bendiciones llegan a quienes permanecen totalmente en el Señor.
- La vida en todas sus dimensiones debe vivirse de acuerdo con los planes establecidos por Dios.
- Vale la pena vivir cerca de Dios (Salmos 84:10).
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Cómo obtener la fe
- La Biblia nos invita a observar el ejemplo de los grandes héroes de la fe, con especial atención en Jesús, el ejemplo supremo (Hebreos 12:1-2).
- Al estudiar la vida de personas de fe como Caleb y Josué, aprendemos a confiar en Dios, como ellos confiaron; a ser humildes, como ellos lo fueron; a dar testimonio de la verdad con valentía, como ellos lo hicieron.
- Pero, ¿cómo ser transformados? La Biblia es clara: dejando que el Espíritu Santo obre en nosotros (2ª de Corintios 3:18). Esta es una obra activa. Debemos elegir ser transformados y, como Caleb, ponernos manos a la obra. Somos llamados a ser sacrificios vivos para Dios (Romanos 12:1-2).
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Para meditar:
«Hoy necesitamos hombres de fidelidad cabal, hombres que sigan plenamente al Señor, hombres que no estén dispuestos a guardar silencio cuando deben hablar, que sean firmes como el acero a los principios, que no traten de hacer alarde ostentoso, que anden humildemente con Dios, que sean pacientes, amables, bondadosos y corteses, que comprendan que la ciencia de la oración consiste en ejercitar fe y realizar obras que glorifiquen a Dios y hagan bien a su pueblo… El seguir a Jesús requiere una conversión de todo corazón al principio, y una repetición de esta conversión diariamente.
»Fue la fe de Caleb en Dios lo que le dio ánimo, lo que lo libró del temor de los hombres, aun de los grandes gigantes, hijos de Anac, y lo capacitó para mantenerse firme y sin titubeos en defensa del bien. Es de esa misma exaltada fuente, el gran General de las huestes, que cada verdadero soldado de la cruz de Cristo ha de derivar fuerza y valor para vencer los obstáculos que a menudo parecen ser invencibles». (Elena G. White, Sons and Daughters of God, 19 de julio).
Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Zaragoza. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática.



