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Todas las cuestiones que hay en la Biblia sabemos que fueron, son y serán verdaderas por Fe. Por eso somos cristianos y no ateos o agnósticos. Muchas de esas afirmaciones se pueden contrastar con otras fuentes coetáneas o arqueológicas. Otras no. Nuestra Fe no debe tambalearse ni por una razón ni por otra, pues nuestra roca es Cristo.

No obstante, hay una preocupación por los lugares que describe la Biblia. ¿Existieron? Claro que sí. Esto lo sabemos primero por Fe. Pero, ¿podemos comprobarlo hoy en día? La inmensa mayoría sí. Sin embargo hay un lugar importantísimo, para la Historia de la Salvación, que aún no se ha descubierto dónde estaba: el Jardín del Edén. Dónde comenzó todo.

Génesis 2: 8-14 dice: Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.  Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.  El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

Edén, el Paraíso

El Diccionario Bíblico Adventista, por su parte, nos aclara algunas cosas:

  1. La palabra Edén suele ser utilizada como sinónimo de Paraíso. El Edén (en hebreo deleite, placer) significado que se refiere a un lugar que es puro y natural, mientras que la palabra “Paraíso” originalmente se refiere a un bello jardín extenso. En la Biblia se indica que el huerto o jardín de Edén habría existido al oriente de la región también llamada Edén, una región que se hallaría en el Cercano Oriente. El que se diga que el jardín estaba “en Edén, hacia el este”, debe indicar que ocupaba solo una porción de la región llamada Edén. (Génesis 2:8.)
  2. “Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. E hizo Jehová Dios nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El primero se llama Pisón; es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro. El oro de aquella tierra es bueno; y hay allí también bedelio y ónice. El segundo río se llama Gihón; es el que rodea toda la tierra de Cus. El tercer río se llama Hidekel; es el que va al oriente de Asiria. El cuarto río es el Éufrates.” Génesis 2: 8-14
  3. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. Génesis 2:11-12 No se sabe con exactitud donde se ubica pero se cree que puede ubicarse en Arabia (relacionada con Havila), al río seco que termina en el Golfo Pérsico. También se relaciona al río Pisón con el río Uizhun (al que se conoce como río del oro). Hay quienes indican que Pisón pudo desaparecer tras el gran diluvio que azotó la tierra.
  4. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Génesis 2:13 (Río, manantial). Es el nombre de otro de los cuatro ríos del Edén. La identificación de este río es imposible a pesar de la observación de que fluía alrededor de la tierra de Etiopía o Cus. La apariencia de la superficie terrestre fue radicalmente cambiada por el diluvio, de modo que la identificación de los ríos antediluvianos con ríos conocidos es imposible.
  5. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Génesis 2:14 Río Hidekel (rápido)en hebreo. Río Tigris en griego. Uno de los «cuatro brazos» que regaban el Edén. También se menciona en el libro de Daniel como el río donde el profeta recibió la visitación de Dios * *Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. Daniel 10:4
  6. Río Éufrates (copioso). Río importante del Asia occidental, cuyas dos fuentes se hallan una cerca al Ararat y la otra cerca de Erzerum. En la Palabra se menciona junto al Tigris, pues ambos limitaban la fértil Mesopotamia. El Éufrates bañaba toda la región occidental de esta zona. Cuando la Escritura describe la hidrografía del Edén, señala al Éufrates como uno de los «cuatro brazos» en los que se repartía el río que regaba el huerto (Génesis 2.10, 14). Más adelante, cuando el Señor habla a Moisés respecto a la tierra prometida, se designa al Éufrates como el límite oriental. Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. Éxodo 23:31
  7. “Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso querubines al oriente del huerto de Edén, y una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino del árbol de la vida.” Génesis 3:23 El significado de esta expulsión es que la maldición sobre el hombre ahora era reforzada por la imposibilidad de tener acceso al lugar donde hasta ese momento tenían “comunión” con Dios. Ahora la comunión había acabado, ¡hasta el día en que Dios tomara la iniciativa a través del sacrificio de Jesús!
  8. El huerto era un lugar físico. Se especula que la localización del huerto se encontraba en algún lugar entre los ríos Tigris y Éufrates, ya que la escritura nos dice: Aunque hubo una drástica reconfiguración del mundo pre-diluviano, la Palabra inspirada nos dice que el huerto estaba en el área general donde hoy se encuentra el Éufrates. En otras palabras, en Oriente Medio.
  9. Es posible que Dios haya desaparecido el Edén de la misma forma milagrosa en que lo creó. No toda la tierra era como el Edén. En otras palabras, aunque toda la tierra fue llenada con los árboles y los animales que Dios creó en los 6 días de la creación, el Huerto era un área única y específica dentro de la tierra. Por esto sus puertas fueron cerradas y el hombre tuvo que salir de él y vivir en el resto de la tierra.

Razones por las que se desconoce la ubicación del Paraíso

El Comentario Bíblico Adventista en su Tomo I nos dice:

  1. Se desconoce la ubicación del Edén. El diluvio alteró de tal manera los rasgos físicos originales de la tierra, como para hacer imposible la ubicación actual de localidades antediluvianas. Comúnmente nos referimos a este huerto como al “paraíso”, palabra de origen persa que significa “parque”. La palabra hebrea para paraíso, pardes , aparece unas pocas veces en el AT (Neh. 2: 8; Ecl. 2: 5; Cant. 4: 13), pero con referencia a los árboles más bien que a un nombre para el huerto del Edén. La palabra “paraíso”, en griego parádeisos , fue aplicada originalmente al hogar de nuestros primeros padres por los traductores de la LXX.
  2. Se han desplegado muchos esfuerzos de erudición procurando aclarar los versículos de Génesis 2: 8 -14, pero posiblemente nunca se hallará una explicación satisfactoria, porque la superficie de la tierra, después del diluvio, tenía poco parecido con lo que había sido antes. Una catástrofe de tal magnitud como para levantar altísimas cordilleras y formar las vastas áreas oceánicas, difícilmente podría haber dejado sin afectar accidentes geográficos menores, tales como los ríos. Por lo tanto, no podemos esperar identificarlos en la actualidad, a menos que la Inspiración lo hiciera para nosotros (Comentario Bíblico Adventista T.1 ver PP 95-99).

Significado de los ríos del Edén para nosotros, hoy

La vida física tiene diferentes etapas que el ser humanó tiene que vivir. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y luego morimos. Lo mismo sucede con la vida espiritual, tiene un principio, un desarrollo, debería tener una reproducción y un final. Todo aquel que ha nacido de nuevo tiene que pasar por este proceso y la mejor manera de ilustrarlo es a través de los cuatro ríos que salían del huerto del edén. Cada uno de ellos puede tener un significado espiritual para nosotros…

Encontramos primero el río llamado Pisón: Su significado es ojo de agua, vertiente o nuevo nacimiento. heb. Pîshôn [1], tal vez “que rebosa [se derrama, fluye]” o “arroyo”; heb. elî [2]). Al aplicar esto a nuestra vida podríamos relacionarlo con el nuevo nacimiento. Jesús y el bautismo de agua es ese Pisón, que hizo brotar en nosotros ríos de agua viva cuando le recibimos en nuestro ser.

Encontramos el río llamado Gihón: Su significado es cascada, catarata que desciende de arriba a abajo con mucho estruendo. Al aplicar este segundo río a nuestra vida esto se relaciona con el bautismo en el Espíritu Santo. Que viene y nos reviste de poder de arriba a abajo. Tal como sucediera en el día de Pentecostés.

Encontramos el río Hidekel o Tigris: Su significado es fluyendo en su cauce aguas rápidas, esto es, cuando desciende y corre por el valle y a ambos lados hay mucho fruto que es el resultado de las corrientes de aguas que fluyen. Al aplicar esto a nuestra vida se relaciona con el fruto del Espíritu Santo. El fruto es el carácter de Cristo formado en el nuestro. (Ezequiel 47:12 Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.)

Apocalipsis 22: 1 y 2 dice: Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

Recordemos un momento que quiere decir la palabra Edén: región antediluviana en Oriente donde Dios plantó un jardín como lugar para que vivieran Adán y Eva. Entre sus árboles, había 2 especiales: el “árbol de la vida” y el “árbol de la ciencia del bien y del mal”. El fruto del primero perpetuaría la vida del hombre mientras tuviera acceso a él, el segundo fue puesto en el jardín para probar su lealtad a Dios. De éste último árbol ya sabemos el resultado, pero del primero disfrutaremos en la Tierra Nueva.

Encontramos el río Éufrates: su significado es copioso, abundante o profundo. Esto representa nuestra morada eterna, donde no habrá más sufrimiento, enfermedad, escasez, muerte, pecado ni diablo. Todo será diferente, pues, estaremos con Jesús por siempre, disfrutando nuestra morada que él nos ha preparado. (Juan 14:1-3; Ezequiel 47:3-5)

Conclusión

Dios desea que Sus ríos de agua viva corran en nuestro interior siempre. No debemos permitir que las diferentes circunstancias de la vida, los problemas, los desánimos, las adversidades, etc. sequen las corrientes de Vida que hay en nosotros cuando estamos conectados a Él.

 

Autor: Darío Sangüesa. Lic. Historia y profesor de secundaria en el Colegio Adventista de Sagunto.

Foto: chuttersnap en Unsplash

2 comentarios

  • Rapsodia En Libra dice:

    Es una pena que no se lea el Espíritu de Profecía, en El Conflicto de todos los siglos, pág. 706 entre otras páginas y libros habla claramente donde estaba el Edén y donde se lo llevó Dios antes del diluvio, pues estuvo a la vista de los hombres hasta el diluvio y allí iban Adán y Eva a adorar. Cuando Adán es restaurado ve el mismo jardín que él trabajó mucho más bello de lo que era al principio. El diluvio no cambió la ubicación del Edén puesto que ya no estaba en la tierra, sino en el cielo.

    • HopeMedia dice:

      Estimada amiga, utiliza las mismas fuentes que el autor, y lo que dice no contradice lo que está escrito. Más aún, lo complementa.

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