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Lección 3 para el 17 de octubre de 2020

Una función evidente de la Ley es mostrarnos el pecado (Romanos 7:7). Otra función es conducirnos a Cristo (Gálatas 3:24). Pero la Ley también cumple otras funciones.

La Ley nos educa enseñándonos cómo hemos de vivir. Es la norma de vida que Dios quiere que alcancemos.

Él mismo, en la persona de Jesús, nos dio ejemplo viviendo en esta tierra de acuerdo con toda la Ley (Juan 15:10).

  • La función de la Ley:

    • Enseñarnos a temer a Dios. Deuteronomio 31:12.
      • Dios ordenó que la Ley fuese leída ante todo el pueblo durante la fiesta de los Tabernáculos. Durante esa lectura, debía realizarse un proceso: OÍR => APRENDER => TEMER.
      • Un sistema educativo sencillo que permitía a niños y adultos adquirir el principio básico de toda sabiduría: el temor de Dios (Salmo 111:10).
      • No nacemos con una tendencia innata a temer a Dios, debemos aprender a hacerlo. Por supuesto, este temor debe ir atemperado con el amor.

“Un espíritu de reverencia comprende que el corazón debe ser custodiado por el poder de Dios. Los ángeles ministradores abren los ojos de la mente y el corazón para que estos puedan ver cosas admirables en la ley divina, en el mundo natural y en las cosas eternas reveladas por el Espíritu Santo”. Elena G. White (My life today, 14 de octubre).

  • Testificar contra nosotros. Deuteronomio 31:26.

    • La función de un testigo es decir lo que ha visto y oído. La Ley “dice” lo que ve en nosotros: nuestro pecado.
    • Siempre será un testigo CONTRA nosotros (Romanos 3:23). Reprende nuestro corazón, pero también nos encamina hacia la solución: Jesucristo (Gálatas 3:26).

“Cuando comience el juicio y todos sean juzgados por las cosas escritas en los libros, la autoridad de la ley de Dios será considerada en una luz completamente diferente de la que ahora existe en el mundo cristiano. Satanás ha cegado los ojos de ellos y ha confundido su entendimiento, así como confundió y cegó a Adán y a Eva y los indujo a la transgresión. La ley de Jehová es grande, así como su autor es grande. En el juicio será reconocida como santa, justa y buena en todos sus requerimientos. Los que quebrantan esa ley, comprenderán que tienen una seria cuenta que arreglar con Dios, pues las exigencias de Dios son decisivas”. Elena G. White (Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, p. 997).

  • Darnos prosperidad. Josué 1:7.

    • Una de las funciones más importantes de la Ley es darnos prosperidad, es decir, que tengamos éxito en aquello que emprendamos.
    • La Ley nos enseña a vivir de acuerdo con los parámetros divinos. Por ello, Dios favorece especialmente a aquellos que anhelan hacer su voluntad (Deuteronomio 30:9-10; Salmo 1).
    • Como parte de la educación cristiana, debemos guardar la Ley de Dios como un componente central de lo que significa vivir por fe y confiar en la gracia de Dios (Apocalipsis 14:12;
      Santiago 2:10-12).

“La prosperidad temporal y espiritual han sido prometidas a condición de que se obedezca la ley de Dios. Pero no leemos la Palabra de Dios y así no nos familiarizamos con los términos de la bendición que ha de darse a todos los que prestan diligente atención a la ley de Dios y la enseñan diligentemente a sus familias. La obediencia a la Palabra de Dios es nuestra vida, nuestra felicidad”. Elena G. White (Conducción del niño, pg. 74).

  • Los que guardan la Ley:

    • Sus luchas. 2ª de Crónicas 31:21.
      • Tanto Josué como Ezequías fueron prosperados por su obediencia a la Ley de Dios. Sin embargo, ¿qué paso con estos otros personajes que también obedecieron la Ley?
        • Juan el Bautista. Fue decapitado en la cárcel
        • Perdió todo lo que tenía
        • Azotado, encarcelado, hambriento, náufrago, …
        • Apedreados, aserrados, muertos a filo de espada, …
      • El que guarda la Ley no siempre prospera. Debemos recordar que vivimos en un mundo lleno de pecado. Además, el príncipe de este mundo tiene especial interés en impedir que seamos prosperados (Apocalipsis 12:17; Juan 16:33).

“¿No creéis que Cristo aprecia a los que viven enteramente para él? ¿No pensáis que visita a los que, como el amado Juan en el destierro, se encuentran por su causa en situaciones difíciles? Dios no consentirá en que sea dejado solo uno de sus fieles obreros, para que luche con gran desventaja y sea vencido. El guarda como preciosa joya a todo aquel cuya vida está escondida con Cristo en él. De cada uno de ellos dice: “te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí.” Hageo 2:23”. Elena G. White (El ministerio de curación, pg. 389).

  • Su ideal. 1ª de Juan 2:6.

    • ¿Cómo se comportó Jesús con respecto a la Ley de Dios cuando vivió en esta tierra?
      • Fue obediente en todo (Filipenses 2:8).
      • Respetó la Ley desde su niñez (Lucas 2:51-52).
      • Se dejó educar por ella (Hebreos 5:8).
      • Obedeció la Ley para agradar a Dios (Juan 8:29).
      • Se deleitaba en obedecerla (Salmo 40:8).
      • Guardaba la Ley por amor (Juan 15:10).
    • Aunque es evidente que nosotros no podemos guardar la Ley perfectamente como Jesús lo hizo, somos llamados a “andar como él anduvo”.
    • La observancia de la Ley es un termómetro que mide tanto nuestra fe (Santiago 2:17) como nuestro amor hacia Jesús (Juan 14:15).

“En su vida y sus lecciones, Cristo dio un ejemplo perfecto del ministerio abnegado que tiene su origen en Dios… Toda su vida fue regida por una ley de servicio. Sirvió y ministró a todos. Así vivió la ley de Dios, y por su ejemplo nos mostró cómo debemos obedecerla nosotros”. Elena G. White (El Deseado de todas las gentes, pg. 604).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Res ponsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

 

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