Skip to main content

Lección 1 para el 3 de octubre de 2020

Las condiciones de la primera escuela fundada por Dios para la humanidad eran perfectas: la mejor aula, el mejor libro de texto, el mejor Maestro y los mejores alumnos.

Pero una influencia externa provocó una crisis que llevó a cada uno a tomar importantes decisiones.

Hoy tenemos la oportunidad de aprender del error de Adán y Eva para poder beneficiarnos de la educación de nuestro Maestro y Salvador.

¿Cómo estaba formada la primera escuela de la humanidad?

  • Inicios esperanzadores.
    • El método educativo que Dios usó con Adán y Eva era teórico-práctico.
      • En la parte práctica, se les dieron responsabilidades: cuidar de los animales (Gn. 1:28; 2:19), y trabajar en el jardín (Gn. 2:15).
      • Los ángeles desempeñaron sin duda una función importante en su educación teórica. Dios mismo se reunía personalmente con ellos cada tarde para enseñarles (Gn. 3:8).
  • Influencias externas.
    • El ambiente que Dios creó se define como “bueno en gran manera” (Gn. 1:31), rodeado de “todo árbol delicioso a la vista” (Gn. 2:9) y con alumnos que “no se avergonzaban” (Gn. 2:25).
    • Pero apareció un ser “astuto” que introdujo dudas en Eva, negó las claras afirmaciones divinas y le hizo dudar de las intenciones de Dios (Gn. 3:1-5). Presentó a Dios como:
      • Temeroso de que ellos alcanzasen un nivel superior de conocimiento.
      • Mentiroso con respecto a las consecuencias de comer del árbol.
      • Restrictivo, negándoles cosas buenas.
  • La decisión de los alumnos.
    • ¿Qué podía haber hecho Eva cuando las dudas comenzaron a surgir en su mente?
    • Lo más razonable era ir a hablar con Dios, ya que tenía acceso directo a Él, y preguntarle acerca de las acusaciones de la serpiente. También podía haber contado con la ayuda de Adán. Pero no lo hizo.
    • Adán ni siquiera razonó acerca del árbol. Mirando a la mujer, decidió compartir con ella su suerte. Ambos usaron mal su libre albedrío.
  • La decisión del Maestro.
    • Ahora ya no podían estar en presencia del Divino Maestro. Pero antes de expulsarlos, les dio la seguridad de la Redención (Génesis 3:15).
    • También les reasignó nuevas tareas para que pudieran seguir aprendiendo, y nuevas formas de comunicarse con Él.
    • Hoy, como descendientes de Adán y Eva, tenemos la oportunidad de continuar la educación por ellos recibida a través de la oración, el servicio y el estudio de la Biblia.
    • Nuestra meta educativa: rehacer la imagen de Dios en nuestra vida, creciendo en las virtudes cristianas (2ª de Pedro 1:3-11).
  • Seguir aprendiendo.
    • El que desea aprender debe someterse al que le puede enseñar. Ha de existir, por lo tanto, un nivel de autoridad el cual debe ser respetado.
    • Para nuestra educación cristiana debemos someternos a los pastores y maestros (Hebreos 13:17). Pero también ellos deben ser evaluados para evitar que introduzcan herejías en la grey (2ª de Pedro 2:1).
    • Adán y Eva desobedecieron la autoridad divina y aceptaron una autoridad engañosa.
    • Para seguir aprendiendo, debemos someternos a la Palabra de Dios, y a aquellos a los que ella autoriza.

Para meditar:

“El nombre de Dios estaba escrito en cada hoja del bosque, y en cada piedra de la montaña, en cada brillante estrella, en la tierra, en el aire y en los cielos. El orden y la armonía de la creación les hablaba de una sabiduría y un poder infinitos. Continuamente descubrían algo nuevo que llenaba su corazón del más profundo amor, y les arrancaba nuevas expresiones de gratitud.

Mientras permanecieran fieles a la ley divina, su capacidad de saber, gozar y amar aumentaría continuamente. Constantemente obtendrían nuevos tesoros de sabiduría, descubriendo frescos manantiales de felicidad, y obteniendo un concepto cada vez más claro del inconmensurable e infalible amor de Dios”. Elena G. White (Patriarcas y profetas, pg. 30).

“Adán no consideró todas las consecuencias de su desobediencia. No desafió con su mente a Dios, ni habló contra el Altísimo; simplemente actuó en forma opuesta al expreso mandato divino. Cuántos actúan hoy de la misma manera y la culpa de ellos es de mayor magnitud pues cuentan con la experiencia de la desobediencia de Adán y de sus terribles consecuencias que los advierten del peligro de transgredir la ley de Dios. Por lo tanto, disponen de mucha luz sobre este tema y no tienen excusa alguna por su culpabilidad de negar a Dios y desobedecer su autoridad”. Elena G. White (El Cristo triunfante, 19 de enero).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Res ponsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

 

One Comment

  • Vraem Darius dice:

    Aparte del aula, el texto o el libro, el Maestro emplea estrategias de enseñanzas, tiene un enfoque, utiliza recursos, instrumentos de metacognición y evaluación, para promover el aprendizaje.

Revista Adventista de España