Lección 13 para el 31 de marzo de 2018
El propósito inmediato de la mayordomía es llevar adelante la misión de Dios de redimir al mundo.
Para ello, Él quiere que nuestra mayordomía se refleje en nuestras vidas, y dé cómo resultado:
- Salmos 4:3.
- La piedad es amar profundamente a Dios y al prójimo, y manifestarlo en nuestros actos cotidianos.
- Tal como se nos muestra en el ejemplo de Job, una vida piadosa es algo que surge del interior de la persona santificada. No depende de las circunstancias externas.
- La mayordomía se manifiesta en una vida piadosa. Expresamos nuestra fe en lo que hacemos y en lo que no hacemos.
- Hebreos 13:5.
- Una vida piadosa no es sinónimo de riquezas. Pero, acompañada de contentamiento, es una gran fuente de riquezas espirituales.
- Contentarse con lo que tenemos es dejarse caer en los brazos del Altísimo. Vivir en la paz y la tranquilidad de la dulce confianza en Dios.
- Dios quiere mayordomos felices. Filipenses 4:4.
- Proverbios 3:5.
- Un mayordomo de Dios debe dejar que Él tome las decisiones. Debe confiar plenamente en la sabiduría divina, y no en su propia sabiduría.
- La confianza y la fidelidad van unidas de la mano. Nuestra confianza en Dios se manifiesta avanzando por fe y obedeciendo a Dios en todo momento.
- Mateo 5:16.
- Nuestra mayordomía se despliega frente a nuestras familias, nuestras comunidades, el mundo y el universo (1ª de Corintios 4:9).
- Por la forma en que vivimos nuestra fe influenciamos en la mente y el corazón de los que nos rodean. Tito 2:7.
- Somos luz del mundo en la medida que la Luz se refleja en nuestras vidas (Juan 8:12).
- Mateo 25:21.
- Nuestra vida es solo la antesala de la vida eterna. Somos peregrinos aquí, aprendiendo cada día a servir mejor a nuestro Señor.
- Los que, como fieles mayordomos, hayamos reflejado en nuestra vida lo que Jesús nos ha dado, recibiremos la corona. No por nuestros méritos, sino por los suyos: “Por gracia sois salvos” (Efesios 2:8).
“A fin de ser felices, debemos luchar por alcanzar aquel carácter que Cristo manifestó. Una notable peculiaridad de Cristo era su abnegación y benevolencia. Él no vino a buscar lo suyo. Anduvo haciendo bien, y esto era su comida y bebida. Siguiendo el ejemplo del Salvador, podemos estar en santa comunión con él; y tratando diariamente de imitar su carácter y seguir su ejemplo, seremos una bendición para el mundo, y obtendremos para nosotros contentamiento aquí y recompensa eterna en la otra vida”. Elena G. White (Testimonios para la iglesia, tomo 4, pg. 224).
Vídeo de la lección completa: Punto de encuentro con la Biblia:
Para más recursos relacionados con la E.S. visita el sitio oficial: escuelasabatica.adventista.es
Resumen de Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Video de HopeMedia.
Foto: Justin-luebke en Unsplash.com