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Elena G. White afirma que la mujer adúltera era María Magdalena, pero ¿dice la Biblia tal cosa? ¿Quién era realmente la mujer adúltera a la que se menciona en la Biblia?

La Palabra de Dios menciona a esta mujer en Mateo, pero también en Marcos, Lucas y Juan. Veamos qué dice cada uno de los evangelios sobre ella.

Cuadro comparativo

  Mateo 26:6-13 Marcos 14:3-9 Lucas 7:36-50 Juan 12:1-8
Lugar Betania, casa de Simón el leproso Betania, casa de Simón el leproso En casa de Simón el fariseo Betania, donde le hicieron una cena
Quién Una mujer Dice: una mujer Una mujer de la ciudad, que era pecadora María, hermana de Lázaro
Ofrenda Vaso de alabastro Vaso de alabastro Frasco de alabastro Una libra (en un frasco, se supone)
Contenido Perfume de gran precio Perfume de nardo puro de gran precio Dice: Perfume Perfume de nardo puro de mucho precio
Acción Quebrar el vaso
Derramado Sobre la cabeza Sobre la cabeza Dice: Sobre sus pies Sobre sus pies
Crítica Los discípulos se enojaron Algunos se enojaron El fariseo (pensando para sí) Judas Iscariote
Precio Gran precio Más de 300 denarios 300 denarios
Respuesta de Jesús ¿Por qué molestáis a esta mujer? ¿Por qué la molestáis? Relata una parábola Déjala
  Ha hecho conmigo una buena obra Buena obra me ha hecho
  Siempre tendréis pobres con vosotros Dice: Siempre tendréis pobres con vosotros Siempre tendréis a los pobres con vosotros
  Me ha preparado para mi sepultura Ha ungido mi cuerpo para mi sepultura Para el día de mi sepultura ha preparado esto
  Le dice a la mujer que sus pecados le son perdonados

Similitudes entre Mateo, Marcos y Juan

Al comparar el relato en los cuatro evangelios, vemos evidentes similitudes.

Sin lugar a duda, Mateo, Marcos y Juan relatan el mismo hecho, con algunos pequeños detalles que complementan la historia.

Por ejemplo, Mateo y Marcos mencionan el nombre del anfitrión, Simón, mientras que Juan lo omite. Por otro lado, Juan da el nombre de la mujer, María, que los demás omiten.

Marcos y Juan dan detalles sobre el tipo de perfume (nardo) y su precio (300 denarios), mientras que Mateo omite estos detalles.

La diferencia más significativa entre estos tres relatos es el lugar donde se derrama el perfume. Mateo y Marcos hablan de la cabeza, mientras que Juan habla de los pies.

Tanto las similitudes como sus diferencias dejan claro que se está relatando el mismo hecho, pero por tres testigos oculares distintos. Juan (y Lucas) quedaron impresionados por el ungimiento de los pies, mientras que Mateo y Marcos quedaron impresionados por su ungimiento en la cabeza. Ambos ungimientos no son excluyentes entre sí.

Peculiaridades de Lucas

Lucas omite completamente la crítica de los discípulos sobre el coste del perfume, la mención de los pobres y el hecho de que la mujer lo ungía para su sepultura.

En su lugar, nos relata los sentimientos de Simón, al que define como fariseo, y cuenta la parábola sobre el perdón. Como resultado, concluye con el perdón de la mujer pecadora.

Nuevamente, nos encontramos con dos hechos no excluyentes. El relato de la parábola y su conclusión implica el perdón de la mujer. El relato de la crítica de los discípulos y la respuesta de Jesús se pudo dar perfectamente en otro momento (anterior o posterior) a la contestación de Jesús a Simón.

Además, Lucas coincide con los demás en algunos detalles importantes:

  1. El personaje que invita a Jesús se llama Simón, como en el relato de Mateo y Marcos.
  2. La mujer es pecadora, como en el relato de Juan (aunque Juan no lo dice explícitamente, como veremos a continuación, se trata de María Magdalena).
  3. También coincide con Juan en que Jesús fue ungido en los pies.

Cuatro versiones de un mismo relato

Los cuatro relatos evangélicos son perfectamente compatibles con un único suceso relatado por tres testigos presenciales, y un cuarto que, aunque no estuvo presente, recopiló la información de varios de los asistentes y de las personas a las que se lo relataron (Lucas 1:3).

En el caso de que Lucas estuviese relatando un suceso distinto, las coincidencias son sorprendentes.

Tenemos también una declaración de Jesús, recogida tanto por Mateo como por Marcos, que debemos tener en cuenta:

“De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella” (Mateo 26:13).

“De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella” (Marcos 14:9).

Jesús quería que todos los relatos de su ministerio incluyeran la historia de esta mujer. ¿Por qué iba a omitir Lucas su historia, y colocar en su lugar la historia de otra mujer que hizo lo mismo, pero no era la misma que relatan los demás?

Siendo coherentes con la Biblia, debemos concluir que los cuatro evangelios narran el mismo acontecimiento: María, una mujer pecadora, ungió a Jesús con un caro perfume de nardo en casa de Simón.

¿Era la María de este relato María Magdalena?

Juan identifica a María (mencionada en Juan 12:3) como la hermana de Lázaro (mencionado en Juan 12:1) y de Marta (mencionada en Juan 12:2): «María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos» (Juan 11:2).

Elena G. White la identifica como María Magdalena:

«El amor puro, santificado, tal como se manifestó en la vida de Cristo, es como un perfume sagrado; como el perfume del aceite aromático derramado por María Magdalena, llena toda la habitación con fragancia» (Testimonios para la iglesia, tomo 6, p. 90).

“Y en el día de Dios, a ella se le permitirá ver la influencia que tuvo su acto [de la viuda pobre]. Lo mismo será con la valiosa ofrenda de María Magdalena al Señor. ¡Cuántos han sido inspirados hacia el servicio amante al recordar el vaso de alabastro roto! ¡Y cuán grande será el regocijo de ella cuando contemple los resultados!” (Testimonios para la iglesia, tomo 6, p. 312).

«Cuando a la vista humana su caso parecía desesperado, Cristo vio en María aptitudes para lo bueno. Vio los rasgos mejores de su carácter. El plan de la redención ha investido a la humanidad con grandes posibilidades, y en María estas posibilidades debían realizarse. Por su gracia, ella llegó a ser participante de la naturaleza divina. Aquella que había caído, y cuya mente había sido habitación de demonios, fue puesta en estrecho compañerismo y ministerio con el Salvador.

»Fue María la que se sentaba a sus pies y aprendía de él. Fue María la que derramó sobre su cabeza el precioso ungüento, y bañó sus pies con sus lágrimas. María estuvo junto a la cruz y le siguió hasta el sepulcro. María fue la primera en ir a la tumba después de su resurrección. Fue María la primera que proclamó al Salvador resucitado» (El Deseado de todas las gentes, página 521).

María irrumpe en el relato:

Al igual que otras mujeres, María Magdalena irrumpe repentinamente en el relato de los evangelistas (Mateo 27:56; Marcos 15:40; Lucas 24:10; Juan 19:25).

Tan solo Lucas la había mencionado antes, como una de las mujeres que seguían a Jesús, y de la cual había expulsado siete demonios (Lucas 8:2; cf. Marcos 16:9).

Ahora, juntemos todo para que tenga un sentido coherente:

  1. María Magdalena había cometido graves pecados, por lo cual había sido poseída siete veces. Era, pues, una mujer pecadora, tal como nos dice Lucas 7:37.
  2. Su pecado le hizo abandonar Betania por un tiempo, y vivir en la apartada Magdala, de donde recibiría su apodo. Al conocer a Jesús, regreso con sus hermanos Lázaro y Marta.
  3. Durante la fiesta de Simón, el Espíritu Santo le impulsó a ungir a Jesús. Sin saberlo, ella estaba anticipando su muerte (Juan 12:7). Por ello, todas las menciones de María Magdalena (excepto Lucas 8:2) hacen referencia a la muerte y resurrección de Jesús.

Conclusión

Los cuatro evangelios relatan cómo una mujer pecadora, de nombre María, ungió a Jesús.

Aunque no se dice explícitamente que esta María fuese María Magdalena, ella cumple todos los requisitos para poder ser la María mencionada en la fiesta de Simón.

La omisión de un hecho no implica que sea falso o incorrecto.

Elena G. White tiene referencias explícitas indicando que la mujer que ungió a Jesús con el caro perfume de nardo fue María Magdalena, hermana de Lázaro y de Marta.

Ahora… puedes sacar tus propias conclusiones.

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Shutterstock

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