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“Esforzaos y cobrad ánimo; 
no temáis, ni tengáis miedo de ellos,
porque Jehová tu Dios es el que va contigo;
no te dejará, ni te desamparará.” Deuteronomio 31:6

Durante las vacaciones disfruté unos días de mi sobrino de 5 años. Cuando llegaba la noche, hacíamos la escuela sabática y la animábamos con recursos visuales. Mi sobrino insistía , una y otra vez, en ver la película del pequeño David. Mientras mi sobrino disfrutaba viéndola, yo comencé a reflexionar sobre este personaje y la cantidad de emociones positivas que expresa.

David es un niño contento, satisfecho, que tiene interés por la vida y por su participación activa en el grupo familiar, social y espiritual. Resuelve sus problemas laborales de una manera creativa y eficiente. Inicialmente no es aceptado para defender a su pueblo, sin embargo, no lo vive como una derrota, sino como una oportunidad para seguir luchando.

David no conocía el estudio realizado por Bárbara Fredrickson (2001) sobre los beneficios de las emociones positivas, pero Dios lo bendice para desarrollar fortalezas mentales suficientes para ayudar a su pueblo y a sí mismo.

En la investigación se mencionan una serie de beneficios que tienen las emociones positivas y que encontramos en la vida de David.

La creatividad es un pensamiento que desarrollan las personas con este tipo de emociones. La creatividad de David es evidente a la hora de enfrentarse a Goliat.

Observamos a un joven con una gran positividad verbal, y pocas emisiones de expresiones negativas. Las emociones positivas contribuyen a la resiliencia psicológica, a una recuperación rápida ante situaciones de estrés. Yo nunca me he tenido que enfrentar con un león, ni con un oso y aún menos con un gigante, pero me imagino que estas situaciones me habrían subido “el cortisol”. La resiliencia manifestada por David le ayuda a superar los problemas.

Diferentes estudios realizados demuestran cómo las emociones positivas preservan la salud física. David era sano y feliz con sus ovejas , con su arpa, y no tenía necesidad de implicarse con el gigante. Pero su alto afecto positivo hace que sienta la necesidad de ayudar a otros y responda al llamado de Dios. Se siente satisfecho con la victoria y como resultado ,aumenta los vínculos sociales con su pueblo

Nos enfrentamos a un nuevo curso escolar, y una de nuestras metas podría ser el desarrollar las emociones positivas, el asemejarnos a este personaje.

Puede que seamos docentes, padres, alumnos, pastores o cualquier otro miembro del grupo de iglesia, y probablemente este año nos aparezca algún Goliat, pero Dios nos puede bendecir con la experimentación de emociones positivas que nos fortalecerán.

No olvidemos que el legado de emociones positivas que dejemos a nuestro alrededor es fundamental en estos tiempos de crisis.

Referencias:

. Fredrickson, Barbara L. The role of positive emotions in Positive Psychology. The Broaden-and-Build Theory of Positive Emotions American Psychologist [en línea]. 2001, vol. 56, nº 218 [fecha de consulta: 10 de septiembre de 2013]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1693418/pdf/15347528.pdf

Revista Adventista de España