Lección 10 para el 6 de diciembre de 2025: EL VERDADERO JOSUÉ.
Podemos leer la vida de Josué, descrita en el Pentateuco y en el propio libro de Josué, de dos formas distintas (y complementarias): como historia y de forma simbólica.
Para poder hacer una interpretación simbólica correcta de la figura de Josué, debemos primero conocer las reglas que rigen la simbología bíblica: los tipos y los antitipos.
Una vez hecho esto, rastrearemos la simbología de Josué a través del resto de la Biblia hasta encontrar los mensajes que Dios nos ha dejado a través de su Palabra en relación con el «Josué simbólico».
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Simbología bíblica:
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¿Qué es la tipología?
- Pablo –y otros autores bíblicos– usan la palabra «tipo» para referirse a un personaje o hecho histórico que representa a algo o a alguien de su propio tiempo y/o del futuro (llamado «antitipo»).
- Por ejemplo, Romanos 5:14 habla de Adán como un tipo [‘figura’ en RV60] «del que había de venir», es decir, de Jesús –el antitipo.
- En muchas ocasiones, encontramos en el Antiguo Testamento una indicación de qué personajes o acontecimientos concretos son tipos de algo futuro. Veamos dos ejemplos:
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| El tipo | Anuncio del antitipo | El antitipo |
| David (Salmo 22:1) | Un nuevo David (Jeremías 23:5) | Jesús (Mateo. 27:46) |
| Sacrificios (Levítico 1:3-5) | Siervo sufriente (Isaías 53:5-7) | Muerte de Jesús (Juan 19:16-18) |
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Clases de tipología.
- Los tipos del Antiguo Testamento apuntan a tres clases distintas de antitipo en el Nuevo Testamento: a Cristo; a la Iglesia; y al tiempo del fin.

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La simbología de Josué:
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Josué como tipo.
- Josué cumplió parcialmente la profecía de Moisés respecto a un segundo profeta que dirigiría al pueblo (Deuteronomio 18:15-19).
- Como Moisés, este gran dirigente recibió mensajes directos de Dios; celebró la Pascua; cruzó las aguas; vio al Ángel del Señor; su mano extendida dio la victoria; invitó al pueblo a seguir siendo fiel tras su muerte; etc.
- Mientras que con Moisés comenzó a caer el maná, con Josué dejó de caer. Además, Josué llevó a cabo las instrucciones sobre el reparto de la tierra y las ciudades de refugio que Moisés había dado.
- Pero el pueblo entendió que la profecía de Moisés se extendía más allá de Josué (Juan 1:21). Así pues, tanto Moisés como Josué se convierten en tipos del verdadero antitipo que cumplió plenamente la profecía dada a Moisés sobre «el Profeta»: Jesús (Hechos 3:22-26).
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El antitipo de Josué.
- El objetivo de las guerras dirigidas por Josué era establecer a los israelitas en la Tierra Prometida. Isaías presenta la obra del Mesías como consistente en asignar las «heredades desoladas [a su pueblo]» (Isaías 49:8, RVA-2015), utilizando la misma terminología que el libro de Josué.
- ¿En qué sentido la vida y obra de este gran hombre (como tipo) se refleja en la vida y obra de Jesús (el antitipo)?
- Jesús, después de su bautismo en el Jordán, luchó contra las fuerzas del mal
- Comenzó su obra tras 40 días en el desierto
- Venció al enemigo en la cruz
- Nos da la victoria sobre nuestros enemigos espirituales
- Nos da el verdadero descanso
- Nos asigna una herencia incorruptible
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Josué como tipo de la Iglesia.
- JOSUÉ Y LA IGLESIA
- Hoy tenemos una batalla que pelear, en la cual somos dirigidos por nuestro «Josué», que nos equipa con la armadura necesaria (Efesios 6:10-12).
- Además, nos asigna ya una herencia, y nos llena de bendiciones espirituales (Efesios 1:3, 11).
- JOSUÉ Y EL TIEMPO DEL FIN
- Pero el cumplimiento tipológico completo de Josué será en el fin, cuando todas las huestes del mal sean destruidas, y tomemos plena posesión de nuestra herencia: una tierra donde podamos vivir confiados (Apocalipsis 20:7-9; Ezequiel 28:26).
- Hasta que llegue ese momento, crezcamos en gracia como lo hizo aquel hombre de Dios, permitiendo que el Señor nos transforme para ser cada día un poco más parecidos a Él.
- JOSUÉ Y LA IGLESIA
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Para meditar:
«El Israel de Dios, que viaja hacia la Canaán celestial, tiene un Capitán que no necesitó enseñanzas humanas que lo prepararan para su misión de conductor divino; no obstante, fue perfeccionado por el sufrimiento; “porque en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:10, 18). Nuestro Redentor no manifestó las imperfecciones ni las debilidades humanas; pero murió a fin de obtener nuestro derecho a entrar en la tierra prometida». (Elena de White, Patriarcas y profetas, página 456)
Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Zaragoza. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática.



