Skip to main content

El Sol la Luna y las estrellas ¿el cuarto día o antes?

No es visible a simple vista, sin embargo es la más cercana. Para llegar a ella sería recomendable coger el vehículo más rápido, por ejemplo el Apolo 10 que viaja a unos 40.000 km/h y tardaríamos en llegar aproximadamente 116.300 años. La distancia es tremenda, nada menos que 40.000.000.000.000 km pero resulta más fácil si lo expresamos de otra forma, 4,2 años luz. Ya no parece tanto ¿verdad?

Esta estrella se llama Próxima Centauri. Todas las demás están mucho más lejos y se encuentran en su mayoría formando grupos o galaxias. Nosotros nos encontramos dentro de la galaxia Vía Láctea, que posee entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas y un diámetro de unos 100.000 años luz (centímetro arriba o abajo).

Los que estudian estas cosas calculan que hay cientos de miles de millones de galaxias en el recuento que hacen del Universo, un cálculo que realizan extrapolando la imagen de Campo Ultra Profundo del telescopio Hubble.

Desconocemos el tamaño del Universo, pero con los datos que tenemos es suficiente para darnos cuenta que es… bueno, con semejantes cifras mi mente se hace trizas y pierdo el sentido de la proporción. Sólo sé que es muy, pero que muy grande. También sé que mi Dios, que ha hecho todo esto, es más grande todavía.

Hombres de ciencia

¿Qué es lo que puso Dios en lugar del Sol, mientras éste no había sido creado, durante los tres primeros días de la creación para dar calor a la tierra, luz giratoria para que ilumine todo el planeta (día-noche) y capacidad de fotosíntesis? Foto Alejandro Díaz.

Me siento agradecido a los científicos que estudian éstas y muchas otras cosas, por la valiosa información que me dan. Investigan en el segundo libro de Dios (la naturaleza), permitiéndome conocer mucho mejor Sus maravillas. En realidad, cada cristiano debería ser un científico en potencia, un investigador de las obras de Dios. No deja de ser curioso este enfoque cuando algunos sienten, en su interior, un antagonismo entre ciencia y fe. Como si el autor de la Biblia fuese otro diferente al Creador y con opiniones distintas. Pero no es así, el autor es el mismo y la armonía existe.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde la semana de la Creación? Muchos pensamos que unos 6.000 años. Por su parte, una buena parte de la comunidad científica hablará de cientos de millones de años y no se referirá nunca a una creación. Este podría ser el comienzo de un diálogo absurdo en el que unos pensarían de los otros que pertenecen al Cro-Magnon, y los otros de los unos que están poseídos.

Edad del Universo

Cuando introducimos a nuestros pequeños en el relato de la Creación, y para hacerlo más comprensible, les explicamos que “todo” se hizo en seis días, lo hacemos bien, y es que el relato es suficiente pues cumple su función pedagógica, aunque no técnica. 

Ocurre a veces que, cuando crecen, olvidamos actualizar estos datos, que aparentan no ser importantes si se comparan, por ejemplo, con la justificación por la fe.

No deberíamos olvidar, no obstante, que la fe se sustenta en la coherencia, en la constatación de que la Palabra de Dios es veraz (la fe viene por oírla; Rom.10:17) en ambos libros.

Recordemos a la estrella más cercana, que está a 4,2 años luz. Es decir, su luz tarda 4,2 años en llegar a nosotros; dicho aún de otra forma, si explotara ahora, veríamos esta explosión dentro de 4,2 años.

¿Qué ocurriría con estrellas que están a más de 6.000 años luz de la tierra? Simplemente no podríamos verlas de ninguna forma, ni con el más potente de los telescopios; esto en el supuesto de que hubieran sido creadas hace 6.000 años, pues su luz aún no habría llegado a nosotros.

No veríamos ninguna galaxia, además de la nuestra, pues las más cercanas se encuentran a las siguientes distancias:

  • Gran Nube de Magallanes a 170.000 años luz.
  • Pequeña Nube de Magallanes a 190.000 años luz.
  • Andrómeda a 2.000.000 de años luz.

Sin embargo, las vemos, lo que significa que fueron llamadas a la existencia desde hace tantos años como su distancia en años luz, por lo menos.

Son muchos los creyentes que investigan estos aspectos científicos para buscar dónde fallan, intentando demostrar que la ciencia está equivocada, y es bueno que busquemos otra visión de las cosas.

Punto de vista

Cuando hacemos una fotografía ésta se realiza desde un punto físico, es el punto de vista. Las mejores técnicas de venta hoy en día se basan en

“Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un solo lugar.” (Gén. 1:9). Foto Celedonio García-Pozuelo Ramos.

proporcionarnos múltiples puntos de vista para demostrar las bondades del producto; así, por ejemplo, en Internet nos presentan a la venta coches cuyas imágenes podemos girar para observarlos desde cualquier ángulo. Metafóricamente hablando, se aplican también las bondades de un cambio de punto de vista a las ideas o a la información para que ésta sea más completa.

Es legítimo que busquemos puntos de vista diferentes, y si los aplicáramos también a nuestros conceptos religiosos posiblemente quedaríamos sorprendidos por los resultados.

Sentando bases

¿Somos conscientes de dos períodos diferentes al comienzo del libro Génesis?

El primero trata de un periodo indeterminado “En el principio” (puede ser un momento de partida de hace un día o de hace mil millones de años), y sólo ocupa dos versículos. El segundo trata de un periodo de sólo siete días, pero ocupa dos páginas, cincuenta y cuatro versículos (Gén. 1:3 al 2:25).

  1. Dios creó el Universo, incluido el planeta Tierra, en un período de tiempo indeterminado, no definido (Los dos versículos donde aparece registrado, comúnmente se anexan  a los otros cincuenta y cuatro).
  2. Dios ordenó la Tierra y puso vida en ella en seis días literales.

Es importante también tener en cuenta que en estos dos períodos menciona cosas diferentes, aunque les da el mismo nombre. “La Tierra” del primer período se refiere al planeta, mientras que “la tierra” del segundo período se refiere a la parte seca.

Asimismo “Cielos” en el primer período se refiere al Universo, mientras que “cielos” en el segundo es la atmósfera. (compárese Gén. 1:1 con Gén. 1:8,10).

¿Qué, por qué y para qué?

¿Por qué nos encontramos peleados eternamente con ideas científicas como el Big Bang?

Esta teoría de los orígenes del universo no está reñida con la Biblia. No importa cuántos miles de millones de años diga que tiene el universo, cualquier período puede entrar en “el tiempo indeterminado” que indica  Génesis 1:1.

¿Para qué gastar tiempo y energías en defenderse de aquello que no afecta nuestra fe?

¿Qué dice la teoría del Big Bang completada por la teoría inflacionaria y qué dice la Biblia?

La enciclopedia Encarta en su artículo “El Origen del Universo” comenta:

La fuerza inflacionaria sólo actuó durante una minúscula fracción de segundo, pero en ese tiempo duplicó el tamaño del Universo 100 veces o más, haciendo que una bola de energía unas 1020 veces más pequeña que un protón se convirtiera en una zona de 10cm de extensión (aproximadamente como una naranja grande) en sólo 15×10-33 segundos. El empuje hacia afuera fue tan violento que, aunque la gravedad está frenando las galaxias desde entonces, la expansión del Universo continúa en la actualidad”.

Esto quiere decir que:

  1. Una bola de energía de un tamaño tan pequeño que ni con el microscopio más potente podría verse, es decir, surgida de lo invisible, de la nada, habría sido el origen del Universo.
  2. Apareció a una velocidad superior a la de la luz, es decir, instantaneidad.

¿Qué dice la Biblia al respecto?

  1. “De modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hech. 11: 3).
  2. “Porque él dijo y fue hecho; él mandó y surgió” (Sal. 33: 9).

No se trata de defender esta teoría, se trata más bien de percibir la diferencia entre las investigaciones referidas al universo y la materia, como es ésta, y las referidas a la vida.

Es importante distinguir entre aquellas teorías que se refieren a la edad del universo (incluido el planeta Tierra), que entrarían dentro del primer período de la Creación y no contradicen el relato bíblico, y las que se refieren a la edad de los seres vivos, plantas y animales, que entrarían en el segundo período creativo de siete días. En este último grupo se encuentra la teoría de la evolución, que presenta ideas absolutamente opuestas al relato bíblico.

Cuestión importante

“Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos […]. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.” (Gén. 1:14, 17). Foto Alejandro Díaz.

La idea de que Dios trajo a la existencia al Sol, la Luna y las estrellas en el cuarto día de la semana de la creación parece surgir del texto en una primera lectura. De ser así, el universo tendría 6.000 años, al igual que la vida en este planeta.

¿Puede verse de otra manera sin distorsionar el mensaje bíblico?

Se puede afirmar que sí. Variando un poco nuestro punto de vista y comprendiendo el lenguaje que se emplea podemos ver que el Sol, la Luna y las estrellas fueron creados “en el principio”, antes de la semana de la Creación.

Lenguaje visual

El término “lenguaje visual” no está acuñado en los diccionarios pero es una forma de expresión de lo más recurrente. Por los ojos nos entra la comida, la publicidad y hasta las ideas se hacen más comprensibles acompañadas de imágenes.

Este lenguaje no es nuevo, incluso el origen (la génesis) del sistema escrito (alfabeto) está basado en símbolos visuales. Por otro lado, Dios hablaba a sus profetas la mayoría de las veces en un lenguaje visual (Núm. 12: 6) y Génesis, el primer libro de la Biblia, debe ser entendido como escrito en un lenguaje visual resultado de una visión, no como un libro técnico.

La diferencia entre un lenguaje técnico y uno visual se percibe fácilmente en la vida cotidiana, pues incluso los científicos dicen cuando oscurece: “Se pone el Sol”, cuando todos sabemos que técnicamente esto no es cierto, sino que es la Tierra la que gira.

Lenguaje visual en Génesis

Algunas descripciones del Génesis nos permiten percibir que está utilizando este lenguaje. Veamos dos de ellas:

  1. El segundo día de la creación nos dice: “E hizo Dios la expansión […] Y llamó Dios a la expansión cielos” (Gén.1:7,8). El quinto día “Dijo Dios: […] y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos” Gén. 1:20. Estas citas dejan claro que se trata de la atmósfera, pues en el espacio las aves no pueden volar. En estos mismos cielos, el cuarto día “Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos […]. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.” (Gén. 1:14, 17). Creo que nadie hoy en día duda de que esto, técnicamente, no es cierto, pero visualmente sí. Vemos el Sol, la Luna y las estrellas en los cielos atmosféricos aunque sabemos que están muchísimo más allá.
  2. Otro ejemplo ocurre el tercer día. “Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un solo lugar.” (Gén. 1:9). En el mar Rojo, Dios separó las aguas y luego las juntó. En el caso que nos ocupa, sin embargo, tendría que verse un muro de agua por algún lado que mantuviese las aguas separadas, y no es así.

Técnicamente, lo que ocurrió, como lo explica la geología con la tectónica de placas, es que la tierra subió. O como lo explica el libro de Salmos: “Él fundó la tierra sobre sus cimientos; no será jamás removida. Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas, a tu reprensión huyeron; al sonido de tu trueno se apresuraron; subieron los montes, descendieron los valles, al lugar que tú les fundaste. Les pusiste término, el cual no traspasarán, ni volverán a cubrir la tierra.” (Sal. 104:5-9).

Visualmente, sin embargo, se describe como que las aguas se desplazaron lateralmente.

Movimientos del agua que cubría la tierra

Se podría afirmar (una afirmación muy tenue y una invitación a investigar en este sentido) que, “técnicamente”, lo que ocurrió en los cuatro primeros días de la creación tuvo que ver con movimientos del agua que cubría la faz de la tierra.

  • El primer día, el agua comenzó a separarse permitiendo que la luz del Sol penetrara. Y menciono este astro aquí porque el agua ni estaba en estado sólido ni gaseoso, es decir, el Sol está a la distancia justa que permite mantener a nuestro planeta a una temperatura idónea para la vida hoy y en aquel entonces. También los ciclos día-noche eran marcados por un astro que todavía no había sido presentado.
  • El segundo día, el agua sigue separándose creando la atmósfera. No olvidemos que el agua contiene oxígeno.
  • El tercer día, junta las aguas en zonas concretas preparando el lugar para las plantas que eran regadas por una atmósfera aún en estado vaporoso (Gén. 2:6).
  • El cuarto día, como un cielo nublado que se abre, el vapor se va difuminando y permite descubrir el Sol, la Luna y las estrellas. Es en este momento cuando las presenta porque es aquí cuando se ven (lenguaje visual) y describe características que ya había adelantado el primer día: “Y para separar la luz de las tinieblas” (Gén. 1:18).

Es importante destacar que el orden real en que las cosas vienen a la existencia no es importante en un lenguaje visual, lo que es importante es el aspecto didáctico sin que por ello lo que relata deje de ser cierto. Ejemplo de ello es que Dios decidió crear al hombre después de crear a los animales, según el relato del capítulo 1 (Gén. 1:25,26); sin embargo, en el capítulo 2 este relato se invierte y menciona primero la creación del hombre y luego la de los animales (Gén. 2:18-19). 

Preguntas

  • Cuando en el principio Dios creó los cielos y la tierra, es decir el universo y el planeta Tierra (Gén. 1:1) ¿qué creó en los cielos?
  • ¿Qué es lo que puso Dios en lugar del Sol, mientras éste no había sido creado, durante los tres primeros días de la creación para dar calor a la tierra, luz giratoria para que ilumine todo el planeta (día-noche) y capacidad de fotosíntesis? Dios es consecuente consigo mismo y con lo que hace.
  • ¿La Tierra era el centro del universo los tres primeros días? ¿Fue incorporada posteriormente a la órbita del Sol y perdió el trono?
  • ¿Dios nunca había creado nada antes de los seis días? ¿Y después?

Cielos, tierra y mar

Algunos textos bíblicos parecen presentar la idea de que, en los seis días creativos, Dios hizo cuanto existe, es decir el Universo,

La idea de que Dios trajo a la existencia al Sol, la Luna y las estrellas en el cuarto día de la semana de la creación parece surgir del texto en una primera lectura. Foto Celedonio García-Pozuelo.

cuando en realidad están hablando del planeta Tierra y la obra de creación en ella.

Por ejemplo, la versión Reina-Valera de 1960 dice en Génesis 2: 1-2: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejercito de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo toda la obra que hizo”. Aquí parece indicar que acabó el séptimo día de crear todo el Universo, pues cuando menciona “todo el ejército de ellos” uno piensa en las estrellas. La misma Reina Valera en una traducción más reciente (1990) dice “y todas sus criaturas” aclarando de esta forma que se refiere a los seres vivos y por tanto a la semana creativa.

Otros textos van también en esta línea. Por ejemplo, en  Éxodo 20:11, donde se indica la razón para observar el séptimo día (“Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay”), se mencionan los cielos, tierra y mar que creó en estos seis días y todas sus criaturas; es decir: cielos atmosféricos, lo seco y la reunión de aguas con sus criaturas.

Por otro lado, existe la idea generalizada de que en la tierra nueva que Dios creará no existirá el mar, y esto basado en la apreciación de que en las traducciones más conocidas del libro de Apocalipsis 21:1 después del título “Cielo nuevo y tierra nueva” se encuentra: “[…] y el mar ya no existía más”. En realidad se refiere a la destrucción del cielo (atmosférico), la tierra (lo seco) y el mar. Estas tres partes del planeta que se formaron en la semana creativa, son las que van a ser destruidas antes de crear un nuevo cielo y nueva tierra. La versión popular de la Biblia Dios habla hoy lo describe así: “Vi después un cielo nuevo y una tierra nueva; el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y también el mar”.

El centro del Universo…¿La Tierra?

Cuando recopilamos datos de la envergadura del universo, ante tal inmensidad nuestro ego se disuelve y nos sentimos mucho más afines con los microbios. Aparte de la fiel Luna, somos nosotros los que vamos girando alrededor del Sol y éste alrededor de la Vía Láctea…

Volviendo a la pregunta de si la Tierra es el centro del Universo, la respuesta es: .

Algo mayor todavía que la Creación, la recreación dejó expectante al Universo entero y focalizó su atención en la Tierra. El Creador (Juán. 1: 2, 14) había decidido venir a la Tierra y ocupar el lugar del ser humano. Tan ínfimamente pequeños y, sin embargo, se fijó en nosotros; no solo eso, donó su vida por el rescate.

Cuando aceptamos ese rescate y somos recreados pasamos a ser candidatos a una Tierra que no sólo será el centro del Universo, sino también el cetro del Universo, donde el Creador y Recreador habitará con nosotros (ver Apoc. 21:1-7).

Autor: Víctor Riveira, miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Lanzarote.

Revista Adventista de España