Lección 11 para el 14 de diciembre de 2024: EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU.
Desde la salida de Judas del aposento alto hasta las proximidades del Getsemaní, Jesús habló con sus discípulos acerca de su pronta partida y posterior regreso.
También les habló acerca de Su relación con el Padre, y de la llegada del Espíritu.
Finalmente, abrió su corazón ante el Padre y –en presencia de sus apóstoles– hizo una oración en la que también nosotros fuimos incluidos: la oración sumo sacerdotal (Juan 17).
-
Jesús y el Padre:
-
¿Quién es el Padre?
- Desde la eternidad, las tres Personas de la Deidad han estado unidas. Juntas crearon todo lo que existe (Génesis 1:1-2; Juan 1:1-3).
- Tras la entrada del pecado, decidieron asumir distintos roles para redimirnos. El “Hijo” se humilló, y se sometió al “Padre” (Filipenses 2:5-8). ¿Qué papel asumió el Padre?
- Envió al Hijo para morir por nosotros (Juan 3:16; 6:57)
- Asume el papel de Juez, y lo delega en el Hijo (Juan 5:22)
- Dirigió el ministerio de Jesús (Juan 6:32; 14:10, 24)
- Es el responsable último de nuestra enseñanza (Juan 6:45)
- Recibe nuestras oraciones y las contesta (Juan 16:23)
-
¿Qué relación hay entre Jesús y el Padre?
- Dios fue malinterpretado y rechazado a lo largo de la historia. Pero llegó el momento en que decidió hacerse hombre y vivir entre nosotros (Juan 1:14). Quería ofrecernos salvación, incluso aunque no la aceptáramos (Juan 1:10-12).
- Jesús dejó claro que era igual a Dios (Juan 10:30), aunque temporalmente estaba sometido como Hijo al Padre. Su vida era un reflejo del Padre (Juan 14:9). A cada paso que daba, hacía la voluntad de su Padre (Juan 5:30).
- ¿Cómo impactaría en nuestra vida cotidiana seguir el ejemplo de Cristo de no hacer nuestra voluntad, sino la sabia voluntad de nuestro Padre celestial?
-
¿Cómo conocer al Padre?
- Conocer al Padre es sinónimo de vida eterna (Juan 17:3). Y la única manera de conocer al Padre es conocer a Jesús, que es quien nos lo ha revelado (Juan 1:18; 8:19; 14:7).
- Jesús fue el representante del Padre en la Tierra. Hizo la voluntad del Padre (Juan 5:30; 6:38). Fue enviado por Él para salvarnos, y convertirse en el medio por el cual somos resucitados y recibimos la vida eterna (Juan 6:40).
- ¿Qué relación existía entre Jesús y el Padre?
- Todas sus enseñanzas provinieron del Padre
- Todo lo que habló lo oyó del Padre
- Creer en Él es lo mismo que creer en el Padre
- Sus obras milagrosas provinieron del Padre
- Estuvo íntimamente unido al Padre
-
-
Jesús y el Espíritu:
-
¿Quién es el Espíritu?
- Juan introduce al Espíritu Santo indicándonos una de sus obras más prominentes: la regeneración de nuestro ser (Juan 3:5-6; 1:12-13; 6:63a).
- Pero no es esa su única función. Jesús habló largamente de la obra del Espíritu en su discurso final. Y, cuando lo hizo, no habló de Él como un poder o una fuerza. Es nuestro Consolador, Uno igual a Jesús mismo, es decir, una Persona divina (Juan 14:16).
- ¿Cuál es el rol del Espíritu Santo?
- Nos enseña (Juan 14:26)
- Da testimonio de Jesús (Juan 15:26)
- Convence de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8-11)
- Nos guía a la verdad (Juan 16:13)
- Glorifica a Jesús (Juan 16:14)
-
-
Jesús y nosotros:
-
¿Qué pedido hizo Jesús por nosotros?
- En la oración con la que finalizó su discurso (Juan 17), Jesús manifestó que:
- Había recibido poder del Padre para dar vida eterna (v. 2-3)
- Había acabado la obra que se le encomendó (v. 4)
- Era preexistente, y volvería a tener su gloria primera junto al Padre (v. 5)
- Había dado a conocer al Padre a sus discípulos (v. 6-8)
- Luego, comenzó a pedir por sus discípulos y, además, incluyó a todos los que le hemos llegado a conocer y a creer en Él (Juan 17:9, 20). Pidió:
- Por nuestra protección ante el acoso del mundo
- Por nuestra unidad entre nosotros y con Dios
- Por nuestra santificación
- Porque seamos un testimonio del amor de Dios ante el mundo
- Que lleguemos a estar con Él
- Para que el amor de Dios more en nosotros
- ¿Cómo puedes reflejar mejor en tu propia vida el amor de Dios, un amor como el que existe entre Jesús y el Padre?
- En la oración con la que finalizó su discurso (Juan 17), Jesús manifestó que:
-
Para meditar:
«El Padre no puede describirse mediante las cosas de la tierra. El Padre es toda la plenitud de la Divinidad corporalmente, y es invisible para los ojos mortales. El Hijo es toda plenitud de la Divinidad manifestada. La Palabra de Dios declara que él es “la imagen misma de su sustancia”. (Hebreos 1:3). […] El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes—el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe». (Elena G. White, El evangelismo, página 446).
Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Zaragoza. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática