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Foto: (cc) Flickr/ Hefin Owen. Esquina: María José López Chavarrías

Dios, en Génesis, describe cómo hizo todos los diversos hábitats los 3 primeros días de la semana de la creación (1/ Luz: luz (día) separada de las tinieblas (noche); 2/ Expansión (cielos); 3/ Júntense las aguas (mares) y descúbrase lo seco (tierra)). Los siguientes 3 días creó los numerosos habitantes para ellos, que ocuparon sus lugares (2ª parte del 3er día/ Plantas: hierba verde (con semilla) y árboles (con fruto); 4/ Lumbreras (para separar el día de la noche, las estaciones y años. Lumbreras para alumbrar sobre la tierra); 5/ Animales acuáticos y voladores: 6/ Animales terrestres y al hombre). Y el Creador expresa su inmenso gozo, afirmando satisfecho que lo que había hecho era “bueno”, “muy bueno”. Dios expresa su deleite por su creación antes de que existiera la humanidad.

El mundo creado es “bueno” independientemente de la vida humana. Pero Dios posiciona al hombre en un lugar privilegiado de su creación. Plantó un jardín “en Edén” donde puso a los primeros humanos y les proveyó comida tanto al hombre como a todas las criaturas. Gén. 2:9: “Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer”. Dios frecuentemente había declarado su obra como buena (vers. 4, 10, 12, 18, 21, 25), pero ahora, al final del capítulo 1 en el versículo 31 dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” al fin de la creación, con el hombre como su corona y gloria, indican que nada imperfecto había salido de sus manos. Cada ser respondía a la meta fijada por el Creador y estaba aparejado para cumplir el propósito de su creación.

Dios también es un jardinero: plantó un jardín “en Edén donde puso a los primeros humanos“. Gén. 2:9: “Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer”.

Guardar los mandamientos se relaciona también con guardar la tierra. Dios usó la palabra bendecir vez tras vez en los primeros capítulos del Génesis cuando Dios bendijo a las aves y los peces (Gén. 1:22), a los seres humanos (1:28) y al sábado (2:1-3). Se sugiere un cuidado reflexivo del mundo natural.

Dios otorgó el “dominio” de la tierra a sus criaturas humanas recién creadas. Gén.1:26: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra“. Sin embargo, el Creador no cede su propiedad, es imposible porque todo el que muere no puede realmente poseer nada. Dios reitera este tema de la propiedad divina más tarde al llevar a los hijos de Israel a la Tierra Prometida: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es, pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo” (Lev. 25:23).

Aunque los 6 días anteriores se declararon “buenos” y “bueno en gran manera” el sábado es declarado “santo” y bendecido y sus bendiciones son para toda la vida y también para los animales y la tierra misma (Cf. Éxodo 20:8-11). La tierra, en su servicio de proporcionar alimentos y abrigo a todas las criaturas, necesita también descanso. El Creador se ha revelado como Señor del espacio y del tiempo.

Trágicamente, los resultados del pecado afectan a toda la vida, incluyendo a la tierra misma. Ya, la primera vez que entró el pecado en el jardín del Edén Dios predijo cómo iba a cambiar su creación. No sólo sus criaturas sino sus ecosistemas. Gén.3: 14-19: “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”.

El pecado separa a los humanos de Dios, provocando una fractura en todas las relaciones. El pecado ha aprisionado a toda la creación, poniendo en peligro todo lo animado y lo inanimado.

CAMBIOS PRODUCIDOS POR EL PECADO: Las condiciones de este planeta cambiaron muy dramáticamente.

· Clima:

Aparece la lluvia, clima constante, sin vientos fuertes y temperatura cálida.

En Génesis 2:5 “y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra”, se nos dice que no caía lluvia antes del diluvio. Los fósiles indican que los animales y plantas tropicales estaban viviendo mucho más cerca de las regiones polares proporcionando la idea de que la tierra tuvo un clima más uniforme al comienzo de su historia.

· Tierra:

“Toda la superficie de la tierra fue cambiada por el diluvio. Una tercera y terrible maldición pesaba sobre ella como consecuencia del pecado. A medida que las aguas comenzaron a bajar, las lomas y las montañas quedaron rodeadas por un vasto y turbio mar. Por doquiera yacían cadáveres de hombres y animales. …Un viento violento enviado para secar las aguas, las agitó con gran fuerza, de modo que en algunos casos derribaron las cumbres de las montañas y amontonaron árboles, rocas y tierra sobre los cadáveres. De la misma manera la plata y el oro, las maderas escogidas y las piedras preciosas, que habían enriquecido y adornado el mundo antediluviano y que la gente idolatrara, fueron ocultados de los ojos de los hombres. La violenta acción de las aguas amontonó tierra y rocas sobre estos tesoros, y en algunos casos se formaron montañas sobre ellos.

“La tierra presentaba un indescriptible aspecto de confusión y desolación. Las montañas, una vez tan bellas en su perfecta simetría, eran ahora quebradas e irregulares. Piedras, riscos y escabrosas rocas estaban ahora diseminados por la superficie de la tierra. …En ese tiempo inmensos bosques fueron sepultados. Desde entonces se han transformado en el carbón de piedra de las extensas capas de hulla que existen hoy día, y han producido también enormes cantidades de petróleo”.– (Patriarcas y Profetas, pp. 98, 99).

· Vegetación:

“Los árboles eran muchísimo más grandes y sobrepasaban en alto grado la belleza y las proporciones perfectas de cualquier cosa que los mortales puedan ver hoy. La madera de estos árboles estaba compuesta de magnífica fibra y sustancia dura: en este sentido parecía piedra… Estos árboles eran de gran durabilidad. “– (Conflicto y valor, p. 38).

“Ninguna planta tóxica fue colocada en el gran huerto del Señor, pero después que Adán y Eva pecaron, comenzaron a surgir hierbas ponzoñosas. En la parábola del sembrador se formuló esta pregunta al padre de familia: “¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?” El padre de familia contestó: “Un enemigo ha hecho esto” (Mat. 13: 27, 28). Toda la cizaña es sembrada por el maligno. Toda hierba perniciosa es de su siembra, y mediante sus ingeniosos métodos de cruzamiento ha corrompido la tierra con cizaña. (Mensajes Selectos, tomo 2, pp. 288-289).

· Animales:

La fauna ha variado mucho. Encontramos fósiles de animales muy distintos a los de ahora: mamuts, mastodontes, tigres diente de sable, cóndor gigante…

“Había una clase de animales muy grandes que perecieron en el diluvio. Dios sabía que la fortaleza del hombre decrecería y que estos animales gigantescos no podrían ser controlados por el hombre debilitado”. — (Spiritual Gifts, tomo 4, p. 121).

· Hombre:

“Cuando el hombre salió de las manos de su Creador, era de elevada estatura y perfecta simetría. Su semblante llevaba el tinte rosado de la salud y brillaba con la luz y el regocijo de la vida. La estatura de Adán era mucho mayor que la de los hombres que habitan la tierra en la actualidad. Eva era algo más baja de estatura que Adán; no obstante, su forma era noble y plena de belleza”. — (Patriarcas y profetas, p. 26).

“Debido a que las estaciones en la época antediluviana ocurrían regularmente, muchos concluyeron que el diluvio era imposible. Los hombres comenzaron a sentirse seguros y a hablar de las leyes inmutables de la naturaleza. Razonaban entonces como lo hacen los hombres en la actualidad, como si la naturaleza estuviera por encima del Dios de la naturaleza…” (E.G.White, Manuscrito 5, 1876).

Llegados a este punto, ¿deberíamos razonar cuáles eran los propósitos de Dios para el hombre con la tierra creada? que no hemos definido bien cuál es nuestro hogar. ¿Cuál es nuestro hogar hoy? ¿Es solo nuestra vivienda? ¿Consideramos al planeta tierra como nuestro hogar? ¿Cómo lo cuidamos? Por desgracia, abusamos de él hasta tal punto que debemos poner leyes para protegernos de nosotros mismos (declarar parques nacionales…).

Problemas ambientales: La población actualmente crece a un ritmo de 81 millones personas/año. El 1 de enero del año 2014 la población humana de la Tierra alcanzó los 7.200.000.000 habitantes en todo el mundo, siendo China, India y EEUU los países más poblados. Estos ocupan la mitad de la población mundial. Muchos científicos afirman que la superpoblación es la causa y origen de todos los demás problemas del planeta (agotamiento combustibles fósiles, disminución de la biodiversidad, falta de agua potable…). Jacques Ives Cousteau comentó en una entrevista sobre los problemas ambientales en los océanos, que su principal preocupación era la superpoblación del planeta.

Dios creó este mundo para que fuera un hogar para nosotros, los animales y vegetales y, sin llegar a adorarlo y pasarnos a un extremo, debemos cuidarlo. Dios siempre se ha preocupado por la continuidad de su creación.

El discurso más largo de Dios en la Escritura (Job 38-41) revela el alto valor que pone sobre la creación. Más tarde Dios, nuevamente, demuestra su interés por toda la vida dando instrucciones a Noé para que lleve a su familia y a los animales al arca “para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra ”durante una catástrofe mundial” (Gén.7:3). El momento decisivo de la narración del diluvio es Génesis 8:1:”Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca”. Después del diluvio, Dios explícitamente incluye a los animales en un pacto: “Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí que yo establezco un pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. Estableceré mi pacto (…). Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra” (Gén. 9:8-13).

Cuatro veces en este pacto, Dios vincula a Noé con todas las criaturas (Gén. 9:9, 10, 12, 15, 17). En el versículo final del libro de Jonás, Dios mismo menciona explícitamente que su misericordia se extiende a los animales, como leemos en Jonás 4:11 “¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de 120.000 personas…, y muchos animales?

La línea final de los Salmos invita:”Todo lo que respira alabe a JAH” (Sal. 150:6). Como por el descuido y la crueldad humana muchas diferentes especies de animales se extinguen, ¡estamos mermando muchas de las voces que alaban a Dios.

Este mundo, que llamamos “nuestro hogar”, es la creación generosa de Dios en la que nos puso. Si Él no lo sostuviera y lo renovara continuamente, no podríamos vivir.

¿Qué hizo Jesús cuando caminó sobre la Tierra? Demostró su señorío sobre la naturaleza pero no abusó, por ello, de ella. Amó al mundo natural. Muchas de sus parábolas revelan su aprecio por la creación, describiendo escenas en la naturaleza.

Y el Arquitecto se maravilla por la asombrosa belleza de las flres que su propia mano ha creado: “Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos” (Mat. 6:28,29). Aun la más pequeña flor silvestre exhibe una belleza y una perfección que ningún arte humano puede captar. El Creador espera que apreciemos el exquisito diseño de la creación, invitándonos a relacionarnos con él a través de ella.

¿Cuál es la declaración oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día acerca del medio ambiente?

Desde 1995 la iglesia se pronunció así:

“Los adventistas creen que la humanidad fue creada a imagen de Dios, y así representan a Dios como administradores, para gobernar el ambiente en forma fiel y fructífera.

Lamentablemente, la corrupción y la explotación han entrado en la responsabilidad de la administración del dominio humano. En forma creciente, los hombres han estado involucrados en una destrucción megalomaníaca de los recursos de la Tierra, lo que resulta en sufrimientos extendidos, desarreglos ambientales y la amenaza de cambios en el clima…

Estos problemas son principalmente debidos al egoísmo humano y a la búsqueda egocéntrica de tener más y más… La crisis ecológica está arraigada en la avaricia de la humanidad y en el rechazo de la práctica de una buena y fiel administración dentro de los límites divinos de la creación.

Los adventistas abogan por un estilo de vida sencillo y saludable, en el que la gente no participa de la rutina del consumismo ilimitado, la búsqueda incesante de bienes y la producción de basura. Llamamos a respetar la creación, a restringir el uso de los recursos del mundo, a evaluar de nuevo las necesidades personales y a reafirmar la dignidad de la vida creada”.

¿Cuáles son las razones por las que, actualmente, debo cuidad y respetar el medio ambiente?

1º/ El mal uso del ambiente puede tener efectos muy perjudiciales sobre nosotros. 1 Cor. 6:19: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” Dios creó este hermoso medio ambiente para el hombre, le fue dado como un regalo. Este mundo fue creado para que sea un hogar, no solo para nosotros sino también para el reino animal y vegetal. Y todos nosotros dependemos los unos de los otros: en alimentación, ecosistemas… si deterioramos algo, nos deterioramos a nosotros. Desde el mismo principio, Adán fue llamado a ser mayordomo del ambiente. Si esto es lo que Adán debía hacer en el mundo antes de que entrara el pecado, ¡cuánto más importante es ser un buen mayordomo del mundo después de que este fuera dañado por el pecado! La naturaleza me aporta y yo debo preservarla.

2º/ El sábado trata de recordar que Dios creó el mundo. También estaría bien que meditáramos en cómo lo tratamos y descansar de la búsqueda de ganar dinero. ¿Cuán a menudo la atracción del dinero te tentó a violar el sábado? No importa cuánto una persona obtenga, nunca es suficiente. El sábado es el día para deleitarnos en su creación. Escuchemos un poquito más acerca de este día.

3º/ La creación es el segundo libro de la revelación de Dios. “Fue Dios quien llenó la tierra de hermosura y el aire con cantos. Y sobre todas las cosas de la tierra, del aire y el cielo, escribió el mensaje del amor del Padre. Aunque el pecado ha estropeado la obra perfecta de Dios, esa escritura permanece. Aun ahora todas las cosas creadas declaran la gloria de su excelencia” (Deseado de Todas las Gentes, p. 11, 12). Recién salida la creación de sus manos Dios expresó que era buena en gran manera. Aún hoy, después de lo mucho que ha cambiado, sigue acercándome a mi Creador. No sólo es este un tema de alabanza humana, sino también la Biblia describe a la creación misma alabando a Dios. Al cuidar de esa creación, contribuimos a esta avenida de adoración al Dios Creador. “La Naturaleza y la revelación a una dan testimonio del amor de Dios… Mirad las maravillas y bellezas de la naturaleza. Pensad en su prodigiosa adaptación a las necesidades y a la felicidad, no solamente del hombre, sino de todos los seres vivientes”. (Camino a Cristo, p. 9). Dios ganó el conflicto supremo, no matando sino muriendo. La Escritura concluye como comienza, destacando la guerra entre Cristo y Satanás, pero ahora presenta la victoria divina final.

Apocalipsis 11:18: “Y se han airado las naciones, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos, para que sean juzgados, y para que des el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeñitos y a los grandes, y para que destruyas a los que destruyen la tierra”.

Cuando salgamos, observemos la creación y sintámonos responsables del cuidado de este planeta como Dios nos ordenó para nuestro bien y el de los demás seres vivos.

Revista Adventista de España