El costo del descanso. Lección 4 para el 24 de julio de 2021.
“Mientras no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mi gemir de todo el día, pues de día y de noche tu mano pesaba sobre mí. Como flor marchita por el calor del verano, así me sentía decaer” (Salmo 32:3-4 DHHe).
El pecado nos arrebata el descanso. Recuperarlo tiene un precio: el arrepentimiento (Salmo 32:5). La historia del pecado y el arrepentimiento de David nos ayudan a comprender este proceso. El costo del descanso es el arrepentimiento.
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Descontento externo.
- Jesús nos dice que, si los amamos más que a Él, no somos dignos (Mateo 10:34-39). Jesús es digno porque lo dio todo por nosotros (Ap. 5:9). Nosotros somos dignos cuando elegimos seguirle por sobre todo lo demás.
- Cuando nuestros allegados no hacen la misma elección, surge el conflicto. Buscarán apartarnos de nuestra lealtad a Jesús. Entonces, “los enemigos del hombre son los de su casa” (Miq. 7:6).
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Descontento interno:
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El egoísmo.
- Cuando le pidieron a Jesús que dirimiera acerca del reparto de una herencia, Él se negó (Lc. 12:13-15). Pero aprovechó la oportunidad para ahondar en las raíces de ese descontento: el egoísmo.
- Planteó también el hipotético caso de un hombre que se miró a sí mismo y, olvidando a Dios y a su prójimo, lo perdió todo (Lc. 12:16-21).
- El antídoto bíblico contra el egoísmo es ser humildes como Cristo, servir a los demás, y darles la preferencia (Fil. 2:5-8; Gál. 5:3; Ro. 12:10).
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La ambición.
- Los apóstoles no pudieron captar las verdades espirituales porque sus pensamientos estaban llenos de ambición. Ambicionaban un puesto importante en el futuro reino terrenal del Mesías.
- Colocando a un niño en el centro del grupo, Jesús les había enseñado que debían dejar de ambicionar grandes cosas para su vida (Mt. 18:1-3).
- Como un niño, debemos confiar en Dios y depender de Él para que dirija nuestra vida. Jesús tiene planes para nosotros y, pacientemente, nos lleva a abandonar nuestras ambiciones erróneas y dejarnos conducir por Él.
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La hipocresía.
- En el evangelio de Mateo se registran 14 veces en las que Jesús usó la expresión “hipócritas”. Ninguna de ellas fue para decir algo agradable. ¿Por qué estaba Jesús tan en contra de los hipócritas?
- Un hipócrita, en el mundo griego, era un actor, una persona que representaba un papel. Este término ha pasado a nuestro lenguaje como una expresión de alguien que aparenta ser quien no es, o que no actúa en coherencia con lo que dice.
- Jesús nos anima, nos invita y nos fortalece para vivir lo que creemos. De esta manera ayudaremos a otros a confiar en Jesús, y a aceptarlo.
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Erradicando el descontento.
- Como hemos visto, no solo nuestra naturaleza pecaminosa puede provocarnos descontento, sino nuestra propia fidelidad nos puede llevar a vivir situaciones angustiosas. ¿Cómo obtener paz en la angustia? ¿Cómo afrontar el costo del descontento?
- La clave está en la confianza. Jesús nos ha prometido darnos vida plena (Jn. 10:10). Cuando estamos heridos, cansados, agotados, enfermos y desanimados, confiemos en Jesús, Él es la Vida (Jn. 14:6).
- Por otro lado, Jesús está preparando un lugar para nosotros, donde nuestro dolor, ansiedad y sufrimiento serán desterrados para siempre (Jn. 14:2-3; Ap. 21:4).
- Al enfocar nuestros pensamientos en esa preciosa promesa, las vicisitudes de esta vida pasan a un segundo plano.
- El costo del descanso es el arrepentimiento.
Para meditar:
“El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón”. Elena G. White (El discurso maestro de Jesucristo, pg. 97).
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Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática