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sabado cicloEl ciclo semanal, reconocido en la ciencia, está totalmente ligado a la idea de la observancia del sábado, una referencia al Dios que creó y mantiene todo.

Hace mucho tiempo que se conocen los efectos de los ciclos temporales en los seres vivos, que pueden estar asociados desde breves eventos celulares hasta los cambios provocados por las estaciones del año. El más famoso de ellos, el ciclo circadiano, está condicionado por la transición entre la luz y la oscuridad en un periodo de 24 horas. Y que es percibido por nuestros ojos. La luz, o su ausencia, estimula el hipotálamo, una glándula presente en nuestro encéfalo que posee, entre otras funciones, la secreción de cortisol, melatonina y la regulación de la temperatura corporal.

La hormona melatonina tiene características muy interesantes. Esta es responsable de indicarle a nuestro cuerpo que llegó la noche. Su concentración aumenta según el día va oscureciendo, y disminuye durante la parte del día con más luz solar.[1] Además de presentar su influencia en la fisiología humana, las oscilaciones luminosas en periodos de 24 horas permiten que los animales adecúen sus comportamientos como alimentación y depredación para adaptarse mejor al ambiente y así sobrevivir.

Ciclo de 7 días

Pero, además del ciclo circadiano, otro ciclo muy interesante es el ritmo circaseptano, o ciclo de 7 días. Muchas especies son reconocidas por presentarlo, desde algunas unicelulares hasta plantas, insectos, peces, aves y mamíferos. El alga Acetabularia mediterranea sometida en el laboratorio a ciclos alternos de luz y pequeños momentos oscuros, sincronizó mejor su tolerancia (supervivencia) y sus procesos metabólicos en ciclos de 7 días.

Lo mismo ocurre con el hongo Folsomia candida.[2] [3] En los seres humanos se han identificado fenómenos asociados al metabolismo, como oscilaciones de presión sanguínea durante el embarazo, latidos cardíacos y aumento de peso en recién nacidos, además de tener que ver con niveles de actividad física, duración del sueño durante la noche, temperatura corporal, características funcionales del sistema inmunológico y oscilaciones positivas y negativas en el humor.[4] Las evidencias también apuntan a su relación con patrones identificados en atención médica de emergencia y comportamientos de búsquedas en internet.[5]

Necesidad de descanso semanal

Es interesante notar, además, que tenemos la necesidad de descanso tanto para el ciclo circadiano como para el circaseptano. Gran cantidad de evidencia científica señala que cuando no hay descanso y calidad de sueño suficientes, la salud y el bienestar de los seres humanos quedan comprometidos.[6]

Hay importantes recomendaciones dadas por Dios por medio de su Palabra sobre eso, lo que puede ser observado por las leyes dadas a Moisés. O por medio del espíritu de profecía, como las recomendaciones acerca de los ocho remedios naturales, además de las evidencias de la ciencia. Son todas relevantes, especialmente en la realidad en la que vivimos, con el aumento en la proporción de la población con enfermedades mentales.

Un investigador francés llamado Laurence Dejardin, en su tesis de doctorado publicada en 2012, exploró la relevancia del descanso semanal, o shabbat de los judíos, en la prevención del síndrome de burnout.[7] En otro artículo, publicado en 2017, en el que él es el coautor, se propone la hipótesis de que el ciclo circaseptano, o ciclo de 7 días, es un proceso endógeno y un «imperativo biológico» para el descanso, rejuvenecimiento y reparación celular. Y no solo de humanos, sino también para otras formas de vida. Además, en el mismo artículo, los autores afirman que las semanas con duración de 6 días (más 1 día de descanso), comparadas con otras semanas ya propuestas de 3, 4, 5, 8, 9 o 10 días, parecen ser las más adecuadas para los humanos.[8]

Dios creó todos los ciclos

Para quienes adoptan la cosmovisión creacionista bíblica, la asociación con la semana de la creación no es muy difícil. Es interesante observar a Dios de forma organizada en la semana de la creación. Lo primero que hizo fue definir el ciclo de 24 horas, haciendo visible la luz y separando su presencia y ausencia en porciones iguales del día. Fue dado el start en el movimiento de rotación de la Tierra, creando así el primer ciclo, el diario: «Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana, un día» (Génesis 1:5, versión Reina Valera, 1960).

En el cuarto día de la creación, al posicionar el Sol y la Luna y determinar sus funciones, «la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche» (Génesis 1:16), él también determina otros ciclos, como los de las estaciones del año y el ciclo anual (Génesis 1:14). En el séptimo día, finalmente, tenemos el ciclo semanal, en el que Dios descansó, bendijo y santificó el día sábado, ya que su obra había terminado (Génesis 2:2-3).

4º sábado de octubre: el Sábado de la Creación

Tal vez por eso, la Iglesia Adventista del Séptimo Día celebra todos los años, el cuarto sábado del mes de octubre, el Sábado de la Creación. Este evento tiene como objetivo reconocer a Dios como nuestro creador y destacar la importancia que esa verdad bíblica tiene para nosotros y para la predicación del evangelio. Es una creencia fundamental para nuestra misión.

Autora: Maura Brandão, bióloga egresada del UNASP-SP y Doctora en Ciencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo con énfasis en Patología, trabajando con la contaminación del aire y los efectos en la salud. Hoy es la coordinadora del Museo Orígenes de la Naturaleza, ubicado en el Archipiélago de Galápagos, donde realiza actividades de apoyo a la investigación, un grupo de estudio con la comunidad local y atención a los visitantes del museo. También es miembro de la Sociedad Creacionista Brasileña, NULON-SCB. Es co-creadora y coproductora de Origens Podcast, un podcast de divulgación científica.
Imagen: Shutterstock

REFERENCIAS: 

[1] Leena Tähkämö, Timo Partonen & Anu-Katriina Pesonen (2019) Systematic review of light exposure impact on human circadian rhythm, Chronobiology International, 36:2, 151-170, DOI: 10.1080/07420528.2018.1527773
[2] Everton Alves. http://www.criacionismo.com.br/2015/04/o-design-inteligente-e-o-ciclo-semanal.html.
[3] Alain E. Reinberg, Laurence Dejardin, Michael H. Smolensky & Yvan Touitou (2017) Seven-day human biological rhythms: An expedition in search of their origin, synchronization, functional advantage, adaptive value and clinical relevance, Chronobiology International, 34:2, 162-191, DOI: 10.1080/07420528.2016.1236807
[4] Ibíd y Cornélissen, G., Watson, D., Mitsutake, G., Fišer, B., Siegelová, J., Dušek, J., Vohlídalová, Svaèinová, H., & Halberg, F. (2005). MAPPING OF CIRCASEPTAN AND CIRCADIAN CHANGES IN MOOD. Scripta medica, 78(2), 89–98.
[5] Alain E. Reinberg, Laurence Dejardin, Michael H. Smolensky & Yvan Touitou (2017) Seven-day human biological rhythms: An expedition in search of their origin, synchronization, functional advantage, adaptive value and clinical relevance, Chronobiology International, 34:2, 162-191, DOI: 10.1080/07420528.2016.1236807
[6] Ibíd.
[7] Ibíd y Dejardin L. (2012). Actualité médicale de la loi de Moïse à travers l’étude du Syndrome d’Epuisement [Thèse de Doctorat en Médecine (Etat)]. Université de Paris 13, 309 pp
[8] Alain E. Reinberg, Laurence Dejardin, Michael H. Smolensky & Yvan Touitou (2017) Seven-day human biological rhythms: An expedition in search of their origin, synchronization, functional advantage, adaptive value and clinical relevance, Chronobiology International, 34:2, 162-191, DOI: 10.1080/07420528.2016.1236807

Publicación original: El ciclo del séptimo día

Revista Adventista de España