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Economía: ¿Qué lugar ocupa Dios en el casillero de tu alma?

¿Qué lugar ocupa Dios en el casillero de tu alma? ¿Es prioritario o simplemente anecdótico? Él sabe de nuestra tendencia al olvido y por ello sugiere unos mínimos de tiempo y de economía. 1 de 7 con relación al tiempo. 1 de 10 con relación a los beneficios económicos. Y la “voluntad” de nuestros dones, influencia, comentarios, donaciones, etc. Esos mínimos que nos sugiere cambian nuestras vidas y hacen que, poco a poco, seamos más justos.

Así lo indica Ellen G. White: “Pertenecemos a Dios; somos sus hijos y sus hijas: Suyos por creación y suyos por el don de su Hijo unigénito quien nos redimió. ‘¿Ignoráis… que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios’. 1 Corintios 6:19, 20. La mente, el corazón, la voluntad y los afectos pertenecen a Dios; y el dinero que poseemos es del Señor.

Todo lo que tenemos, es de Dios

Todo bien que recibimos y que disfrutamos es el resultado de la benevolencia divina. Dios es el magnánimo dador de todo bien, y él desea que el receptor reconozca la procedencia de esos dones que satisfacen toda necesidad del cuerpo y el alma. Dios pide tan sólo lo que es suyo. La primera porción es del Señor y debe utilizarse como un tesoro que él ha confiado. Cuando el corazón es privado de egoísmo despierta a la realidad de la bondad y el amor de Dios, y es inducido a reconocer con entusiasmo sus requerimientos justos.” (The Review and Herald, 8 de diciembre de 1896).

De nuevo, ¿qué lugar ocupa Dios en el casillero de tu alma? Mientras contestas a la pregunta, te regalo este versículo: “¡No hay razón para que me inquiete! ¡No hay razón para que me preocupe! ¡Pondré mi confianza en Dios mi salvador! ¡Sólo a él alabaré!” (Salmos 43:5)

Víctor Armenteros. Responsable de Ministerio de Gestión de Vida cristiana / Educación, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.

 

Revista Adventista de España