Es ampliamente conocido que la obesidad y el sobrepeso, lejos de ser solo problemas estéticos o de imagen, tienen implicaciones para la salud que comportan serios riesgos de morbi-mortalidad y disminución de la calidad y esperanza de vida en las personas que los padecen.
De qué se trata
Para definir sobrepeso y obesidad se emplean datos como la circunferencia de la cintura, el volumen de grasa corporal y el índice de masa corporal (IMC = peso / altura al cuadrado). En adultos, a partir de 25 se considera sobrepeso; y obesidad grado I por encima de 30. En niños el IMC es más bajo y se compara con tablas correspondientes a niños de la misma edad y sexo.
Cuánto nos afecta
En los últimos 25 años, la obesidad ha aumentado un 10% entre la población española. Según la Encuesta Nacional de Salud (marzo 2013), de cada cien adultos, 17 padecen obesidad y 37 sobrepeso. La tendencia es a seguir aumentando en próximos años.
Casi un tercio (27,8%) de los niños y adolescentes españoles entre dos y diecisiete años sufre obesidad; 41,3% de la población se declara sedentaria; más de la mitad no consume verduras u hortalizas diariamente, y casi 4 de cada 10 personas no come ni una fruta al día.[i]
Qué influye en su aparición
La adquisición de hábitos saludables alimentarios durante los primeros años tiene repercusiones en la vida adulta e influye en prevenir enfermedades, sobretodo en el inicio de la alimentación complementaria en los bebés. Una transición inadecuada de patrones dietéticos desde los nueve meses hasta los tres años, influye en el riesgo de determinadas enfermedades relacionadas con alteraciones nutricionales.
Desde que un bebé nace, el tipo de lactancia influye en su salud, a corto plazo y también años después. Está contrastado que uno de los beneficios de la lactancia materna es el menor riesgo de padecer posteriormente obesidad, sobrepeso o diabetes.[ii],[iii]
España es el segundo país europeo con mayor tasa de obesidad infantil. Aunque existe cierta predisposición genética, los factores nutricionales influyen considerablemente, entre ellos la elevada ingesta proteica.
El estudio “ALSAMA” (2012) define que el 90% de los niños españoles entre 1 y 3 años consume más del doble de las proteínas diarias recomendadas en dietas equilibradas, principalmente por consumo excesivo de leche de vaca y carne. Además el 71% de los niños de esa edad sobrepasa la ingesta de calorías diarias, y todo ello aumenta el riesgo de desarrollar obesidad.[iv]
Otro factor condicionante de sobrepeso es el sedentarismo. Los videojuegos, televisión e internet restan tiempo para la actividad física saludable. Los móviles, tabletas, reproductores de música u otros han invadido el espacio de las comidas. Un estudio de la Universidad de Minnesota asocia el uso de estos dispositivos con peor alimentación, menor consumo de ensaladas, frutas, verduras, zumos o leche; y un elevado consumo de bebidas azucaradas.[v]
Algunos ya consideran al azúcar como el “nuevo tabaco”, con poder adictivo comparable a la cocaína o morfina. Los azúcares añadidos refinados son en buena medida culpables de problemas de sobrepeso, auque las grasas (lípidos) se han llevado la fama. Muchos alimentos envasados o industriales contienen azúcares añadidos, aunque en ocasiones se disimule el etiquetado. La OMS recomienda que en la alimentación infantil, el azúcar en cualquiera de sus formas, represente menos del 10% de la dieta. Pero en España se estima que el consumo por persona y día es de unos 120 gramos/día, equivalente a 15-20 cucharaditas de postre.[vi]
Cómo nos afecta
Las consecuencias del sobrepeso afectan a medio y largo plazo a varios órganos y sistemas:[vii]
- La grasa acumulada en las arterias puede causar obstrucción del flujo sanguíneo hacia el corazón o el cerebro entre otros. La obesidad infantil adelanta a los 30 años el riesgo de sufrir un ictus.
- El exceso de grasa del cuello presiona las vías respiratorias superiores limitando el paso del aire durante el sueño y multiplica por diez las apneas del sueño.
- Aumenta la inflamación en vías respiratorias bajas y los procesos asmáticos se agudizan el doble.
- La edad vascular en niños obesos es 30 años mayor a su edad real. El estrechamiento de los vasos obliga al corazón esforzarse más para bombear la sangre, aumenta la hipertensión y el riesgo de infarto de miocardio.
- Los problemas estomacales son: mayor reflujo gastroesofágico y hernia de hiato.
- Casi la mitad de los niños obesos presentan hígado graso, que puede evolucionar hasta cirrosis y destrucción del tejido hepático.
- El páncreas no produce suficiente insulina, la glucosa no se metaboliza en los tejidos y se acumula en la sangre; esto se traduce en diabetes tipo II, que ha pasado a ser la segunda enfermedad infantil más común.
- Problemas óseos, musculares y dolor en caderas y rodillas, con un riesgo cuatro veces mayor de sufrir fracturas.
Cómo tratarla
Cuando el problema de sobrepeso está establecido, una revisión científica de Cochrane Database reconoce varias estrategias potencialmente útiles: «El componente combinado dietético, conductual y de actividad física parece ser efectivo. Las pruebas de esta revisión indican que las intervenciones del estilo de vida dirigidas a las familias con un programa conductual que tienen el objetivo de cambiar los patrones de pensamiento relacionados con la dieta y la actividad física proporcionan una reducción clínicamente significativa del sobrepeso en los niños y los adolescentes en comparación con la atención estándar o la autoayuda a corto y largo plazo.»[viii]
Cómo prevenirla
Pero quizá sea más interesante actuar antes de que sea tarde y conocer cómo prevenir la obesidad infantil.
La familia debe ejercer su responsabilidad y empezar cambios con pequeñas acciones cotidianas:[ix]
- Elegir alimentos saludables como fruta, verdura, legumbres, cereales integrales.
- Evitar los azúcares añadidos y grasas saturadas. Aprender a reconocer los ingredientes etiquetados.
- Evitar preparar comida rápida.
- Beber agua en lugar de zumos o refrescos.
- Comer en familia para transmitir hábitos saludables y poner en práctica valores sobre alimentación sana y equilibrada.
- Reducir el tiempo de televisión, consolas y ordenador, para combatir el sedentarismo.
- Aumentar la actividad física diaria, varios días por semana, regularmente, con satisfacción y bienestar.
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición publica en su guía “Recomendaciones para prevenir la obesidad y el sobrepeso y mantener un buen estado nutricional en la infancia”:[x]
- Para bebés:
- Promover la lactancia materna a demanda, por lo menos los seis primeros meses.
- Enseñar buenos hábitos desde el momento en que incorporan nuevos alimentos:
- Ofrecer alimentos variados y de forma repetida.
- No sobrealimentar a los bebés.
- No añadir miel o azúcar a biberones, frutas, papillas…
- No añadir sal..
- Para niños preescolares y escolares:
- Adaptar los horarios a la comida familiar.
- Enseñar a comer despacio y sin distracciones (televisión, videojuegos, ordenador…)
- Evitar picar entre horas, sobretodo alimentos ricos en azúcares y grasas (chucherías, bollería, patatas fritas…)
- Evitar dar o negar ciertos alimentos como premio o castigo.
- Tomar agua como bebida en lugar de zumos artificiales y refrescos.
- Proporcionar una dieta variada rica en verduras y frutas.
- A partir de los cinco años, seleccionar lácteos semidesnatados.
- Habituarse a tomar un buen desayuno.
- Cocinar con poca grasa y evitar las frituras.
- Enseñar a comer con moderación y variedad.
- Implicar a toda la familia en la práctica de buenos hábitos alimentarios.
Así pues, además de una invitación a mejorar, hay suficientes razones de peso para tomarse en serio una inversión en salud duradera para el futuro, nuestro y de los que nos siguen.
Autora: Sarai de la Fuente. Médico especialista en medicina familiar y comunitaria. Postgrado en fitoterapia clínica. Coordinadora del tiempo libre. Asesora de lactancia. Asesora médica de Zebra Producciones. Presidenta de la Asociación CRIAR. Co-fundadora de FORO ENLACES. Voluntaria de la Asociación SINA. Esposa y madre de tres hijos.
Foto: Eddie Kopp en Unsplash
Fuentes
[i] Estadísticas Encuesta Nacional de Salud 2011 sobre prevalencia de obesidad infantil.
[ii]Beneficios de la lactancia materna. Enciclopedia Medline Plus. https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/patientinstructions/000639.htm
[iii] Turck D. Breast feeding: health benefits for child and mother. Arch Pediatr. 2005 Dec;12 Suppl 3:S145-65. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16300936
[iv] Artículo La Vanguardia “90% niños consume más del doble de proteínas diarias de las aconsejadas”
[v] Article El Mundo “Móviles y tabletas, fuera de la mesa”
https://www.elmundo.es/salud/2014/01/03/52c6a1c7ca4741703d8b4571.html
[vi] Artículo “El azúcar es el nuevo tabaco”. https://www.elmundo.es/cronica/2014/01/12/52d139ee22601d210e8b4577.html
[vii] Infograma El Mundo “La epidemia de obesidad infantil”
https://www.elmundo.es/elmundosalud/documentos/2010/05/obesidad_infantil.html
[viii] Oude Luttikhuis H, Baur L, Jansen H, Shrewsbury VA, O’Malley C, Stolk RP, Summerbell CD. Interventions for treating obesity in children. Cocrane Database of Systematic Reviews 2009, Issue 1. Art. No.: CD001872. DOI: 10.1002/14651858. CD001872.pub2. https://www.update-software.com//BCP/WileyPDF/EN/CD001872.pdf
[ix] Página para padres de la Asociación Española de Pediatría https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/obesidad
[x] Recomendaciones para prevenir la obesidad y el sobrepeso SEEN
https://www.msssi.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/infancia/recomendaciones_seen_infancia.htm