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¿A qué se refiere la palabra alma en la Biblia?

El término hebreo nefesh en el Antiguo Testamento, y el término griego psych en el Nuevo Testamento, a menudo son traducidos como “alma”, pero ambos significan “vida, persona”. Los diferentes usos de estas dos palabras nos ayudarán a obtener un mejor entendimiento de la visión bíblica con respecto a la naturaleza humana. La confusión que enfrentamos concerniente a la naturaleza del “alma” se debe a la introducción de la idea griega de la inmortalidad del “alma” en la doctrina cristiana.

1. El significado hebreo de nefesh: En el Antiguo Testamento, el término nefesh se utiliza de una manera concreta para referirse a la garganta, por su relación con la respiración, y el comer (el esófago). En Isaías 5:14 la palabra nefesh se traduce como “boca”, pero en realidad significa “garganta” (vea también Salmos 107:9, versión Nueva Reina-Valera 2000, donde “el sediento” es literalmente “el de garganta seca”). La garganta también es el instrumento para respirar (Jer. 15:9). El uso de este vocablo para referirse a la garganta deriva del hecho de que nefesh expresa la idea de vida y deseo, en este caso de comida y agua. La otra acepción de “alma” parece derivarse de este uso más concreto.

2. La persona como un ser que desea: La necesidad del “alma” de agua, comida y aliento se extiende para incluir deseos y emociones en general. En la Biblia, el “alma” designa a toda la persona, como caracterizada por deseos, anhelos e incluso antojos. Esto subraya la idea de que el hombre es un ser emocional. Proverbios declara: “El apetito del obrero lo impulsa a trabajar” (nefesh, deseos, necesidad) (Prov. 16:26, NRV 2000), es decir, lo motiva a trabajar. El salmista ora: “No me entregues a la voluntad [literalmente: No me entregues al nefesh (deseo, voluntad)] de mis enemigos” (Sal. 27:12). Jesús dijo: “Mi alma está abrumada de tristeza”, es decir, como un ser emocional, estoy poseído por la tristeza (Mar. 14:34, NRV 2000).

3. La persona como un ser viviente: La necesidad de aire o aliento permite utilizar el término “alma” en el sentido de “vida”. Encontramos algunas frases como “arriesgué mi vida (nefesh)” (Jue. 12:3; Fil. 2:30); “los que buscan mi vida” o intentan asesinarme (Sal. 35:4; Mat. 2:20); “esta noche vienen a pedirte tu vida” (psych) (Luc. 12:20).

“Alma” no designa una parte de la naturaleza humana independiente del cuerpo, sino la totalidad de la persona como un ser viviente (Gén. 2:7). De hecho, “alma” es otra manera de decir “persona” o “ser viviente”. El Señor dijo: “El alma (nefesh, persona) que pecare, esa morirá” (Eze. 18:4). El “alma”, como un ser humano, es fundamentalmente un ser, un individuo que, de hecho, puede morir. “Alma” en el Antiguo Testamento se refiere no sólo a una persona viviente (Gén. 2:7), sino también a una persona muerta (Núm. 5:2; Lev. 21:11).

4. El uso gramatical de “alma”: Dado que “alma” se utiliza para referirse a la persona como un ser, el término viene a ser usado como un pronombre para designar a una persona. Abram le pidió a Saraí que dijera que ella era su hermana para que “viva mi alma” (Gén. 12:13). La manera hebrea de decir “Te ruego que me dejes vivir” (1 Rey. 20:32) es “Te ruego que viva mi alma”.

La palabra “alma” no es la mejor traducción de los términos griego y hebreo. En la Biblia, el “alma” no es inmortal y no puede existir independientemente del cuerpo físico. Desde el punto de vista de la antropología bíblica (el estudio de la naturaleza humana), el término “alma” expresa dos grandes ideas. Primero, los seres humanos son por naturaleza criaturas con deseos y anhelos. Segundo, los humanos son seres vivientes que buscan fervientemente la vida, pero son incapaces de adquirir o preservar la vida por sí mismos.

“Alma” se refiere a todo persona que necesita de Dios, quien es el único que puede preservar al ser humano o extinguirlo para siempre (Mat. 10:28). Por lo tanto, nefesh/psych se refiere a la totalidad de la persona como centro de vida, emociones, sentimientos y anhelos que pueden realizarse totalmente sólo en unión con Dios.

Foto: (cc) Flickr/Shannon Kringen. Esquina superior: Ángel Manuel Rodríguez.

Revista Adventista de España