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Lección 9 para el 31 de agosto de 2024: CONTROVERSIAS EN JERUSALÉN.

Tras dejar que Bartimeo le reconociese públicamente como el Mesías, Jesús mismo comenzó a actuar abiertamente como tal. Sus primeras acciones –entrar en Jerusalén como rey y purificar el Templo– provocaron una oleada de temor e indignación entre los dirigentes de la nación.

Una vez que se hubieron recuperado del shock inicial, fariseos, saduceos, herodianos y escribas se confabularon para encontrar algo a lo que aferrarse para llevar a Jesús a la cruz. Pero, en todas estas ocasiones, Jesús salió victorioso.

  • Primer día en Jerusalén:

    • Entrada triunfal. Marcos 11:1-11.

      • Jesús sabía que en Betfagé había un pollino que podía usar. Sabía qué contestar a sus dueños para que sus discípulos pudiesen llevárselo (Mr. 11:1-7). Sabía que, al imitar a Salomón en su coronación, cumplía la profecía mesiánica de Zacarías (1ª de Reyes 1:33-34; Zacarías 9:9).
      • Es evidente que Jesús planificó su exaltación. Quería que el pueblo lo reconociese como su rey (Marcos 11:8-10). Sin embargo, no precipitó los acontecimientos. Al entrar en Jerusalén se deslizó entre la multitud sin ser notado, y entró silenciosamente al templo (Marcos 11:11).
      • Los soldados romanos no tuvieron que intervenir. No hubo ningún conato de rebelión. Los dirigentes judíos, llenos de temor, respiraron aliviados cuando Jesús dejó quedamente el Templo para volver a Betania.
      • Pero la chispa estaba encendida. Ahora Israel debía decidir entre aceptar a Jesús, o rechazarlo.
  • Segundo día en Jerusalén:

    • Maldición y purificación. Marcos 11:12-26.

      • Marcos nos presenta su cuarta «historia sándwich»:
        • Marcos 11:12-14. Jesús maldice la higuera
        • Marcos 11:15-19. Jesús purifica el Templo
        • Marcos 11:20-26. Enseñanzas de la higuera seca
      • En la parte central del sándwich, Marcos nos muestra el propósito de Dios para su pueblo. La historia que lo envuelve [la higuera] nos muestra cómo actuó Israel:
        • El Templo [el propósito de Dios]:
          • Ofrecía salvación para todos (Marcos 11:17a)
          • Pero estaba corrompido (Marcos 11:17b)
          • Fue restaurado por Jesús (Marcos 11:15-16)
        • La higuera [actuación de Israel]:
          • Sus hojas atraían (Marcos 11:13a)
          • Pero no servía como alimento (Marcos 11:13b)
          • Fue desechada por Jesús (Marcos 11:20)
        • El plan de salvación se lleva a cabo a través de la Iglesia. Si la Iglesia falla, Dios la restaura. Pero aquellos que corrompen el mensaje de salvación y no se arrepienten, serán desechados.
    • Tercer día en Jerusalén:

      • La autoridad de Jesús. Marcos 11:27-12:12.

        • Nadie se atrevió a reprender a Jesús cuando expulsó a los mercaderes del atrio del Templo. Sin embargo, al día siguiente decidieron desacreditarlo públicamente, preguntándole sobre su autoridad (Marcos 11:27-28).
        • Pero Jesús también sabía preguntar (Marcos 11:29-30). Ahora la pelota estaba en su tejado. Si aceptaban o rechazaban la autoridad de Juan, debían hacer lo mismo con Jesús (Marcos 11:31-33).
        • Como el debate quedó en empate, Jesús pasó al contrataque. Isaías comparó a Israel con una viña de la que Dios «esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor» (Isaías 5:1-7). Jesús usó la misma figura para retratar la actitud de los dirigentes (Marcos 12:1-11). Ellos se vieron reflejados en la parábola, pero no estuvieron dispuestos a rectificar su conducta (Marcos 12:12).
      • Preguntas maliciosas. Marcos 12:13-27.

        • Con tal de entrampar a Jesús, fariseos y herodianos se unieron entre sí. Estuvieron dispuestos incluso a alabarle, y a hacer un aparente reconocimiento público de su condición de maestro (Marcos 12:13-14a).
        • La pregunta era claramente maliciosa (Marcos 12:14b). Admitir que debían pagar tributo implicaba ser condenado por el pueblo. Admitir que no debían tributar era ser condenado por Roma.
        • Pero no solamente se libró de toda condenación, sino que aclaró la verdadera relación entre estado e iglesia: «Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios» (Marcos 12:15-17).
        • Llegó el turno de los saduceos para dejar en ridículo a Jesús. Usaron una parábola que usaban habitualmente para ridiculizar a los fariseos (Mr. 12:18-23). Jesús desveló los dos errores que cometían (Marcos 12:24-27):
          • «ignoráis las Escrituras». Al contrario de lo que insinuaba su parábola, la Biblia enseña que nuestros cuerpos resucitados no serán los mismos que ahora tenemos («serán como los ángeles»); y que la vida después de la resurrección no será una mera continuación de esta («ni se casarán ni se darán en casamiento»).
          • «ignoráis … el poder de Dios”. Dios puede dar vida a los muertos. Por eso, ante Él todos los que lo acepten están vivos («Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos»).
      • Una pregunta sincera. Marcos 12:28-34.

        • Ahora es un escriba el que entra en la controversia. Pero, a diferencia de los anteriores, éste ve en Jesús un verdadero maestro con el que merece la pena dialogar (Marcos 12:28).
        • Jesús contesta a su pregunta sobre el mandamiento más importante, y añade un «plus»: el segundo mandamiento en importancia (Marcos 12:29-31).
        • Entusiasmado con la conversación, el escriba resume la respuesta de Jesús, y añade su propia conclusión: «amar […] es más que todos los holocaustos y sacrificios» (Marcos 12:32-33).
        • Jesús reconoce la sinceridad del hombre, y le invita a dar el paso: estás cerca… solo te falta que me aceptes como tu Salvador (Marcos 12:34a).
        • Si seguían preguntándole, al final Jesús conseguiría convertir incluso a escribas y fariseos. Por si acaso, dejaron de instigarle (Marcos 12:34b).

Para meditar:

«Los escribas, sacerdotes y gobernantes fueron reducidos todos al silencio. Desconcertados y chasqueados, permanecieron cabizbajos, sin atreverse a dirigir más preguntas a Jesús. Por su cobardía e indecisión habían perdido en gran medida el respeto del pueblo, que observaba y se divertía al ver derrotados a esos hombres orgullosos y henchidos de justicia propia.

Todos los dichos y hechos de Cristo eran importantes, y su influencia había de sentirse con intensidad que iría en aumento después de su crucifixión y ascensión. Muchos de los que habían aguardado ansiosamente el resultado de las preguntas de Jesús, serían finalmente sus discípulos, atraídos a él por sus palabras de aquel día lleno de acontecimientos». (Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, páginas 544-545).

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España