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Lección 11 para el 18 de marzo de 2023: CÓMO ADMINISTRARSE EN TIEMPOS DIFÍCILES.

El libro de Apocalipsis nos anuncia la llegada de una gran crisis mundial que afectará especialmente a aquellos que deseen ser fieles a Dios, aun en los tiempos difíciles (Ap. 13:15-17).

¿Qué ocurrirá cuando, por obedecer las leyes divinas, no podamos comprar ni vender? Tal vez, incluso ahora debamos enfrentar alguna crisis similar a causa de desastres naturales o provocados.

¿Podemos prepararnos hoy, de algún modo, para enfrentar este tipo de crisis?

tiempos difíciles 2

  • ¿Quién nos defenderá en la dificultad?

    • El rey Josafat se había preparado para la guerra (2Cr. 17:2, 12-13). Pero era consciente de sus limitaciones. Sabía que no podía hacer frente a la coalición de los diversos pueblos que venían contra él (2Cr. 20:1-2).
    • Ante esta crisis, no buscó la alianza de otros pueblos que pudieran ayudarle, sino que volvió sus ojos al único en quien podía confiar: Dios (2Cr. 20:3-12).
    • Pero esta no fue una decisión tomada a causa del miedo o la indefensión. Josafat estaba acostumbrado a servir a Dios (2Cr. 17:3-4; 19:4). Sabía con certeza que podía confiar en Su ayuda.
    • ¿Tienes tú el tipo de experiencia diaria con Dios que te ayudará a confiar en Él en la crisis?
  • ¿En qué o en quién confiar?

    • David sabía que no podía confiar su salvación en los hombres (Sal. 146:3). Por el ejemplo de Jonatán, sabía que Dios no necesitaba un ejército poderoso para derrotar a sus enemigos (1S. 14:6, 13, 23).
    • Sin embargo, tentado por Satanás, quiso saber con qué soldados contaba (1Cr. 21:1-2). No estaba prohibido hacer un censo. Pero este acto de David fue un pecado, porque confió en su poderío militar en lugar de confiar en Dios.
    • Dios está por encima de todas las cosas. Necesitamos ir a Él en primer lugar, antes de recurrir a los medios humanos de liberación.
  • ¿Qué podremos conservar?

    • Si tras la tribulación final –cuando no podamos comprar ni vender– aún nos queda algo que podamos llamar nuestro, será destruido por el fuego (2P. 3:10-11).
    • ¿Es tiempo, pues, de deshacernos de lo que tenemos, ya que no podremos conservarlo?
    • Si el Espíritu Santo no nos lo indica claramente, no. Hasta que Jesús venga, somos mayordomos de lo que Dios nos da, y debemos seguir administrándolo fielmente.
    • Sin embargo, siempre debemos recordar que todo lo que acumulamos aquí es transitorio, fugaz, y si no tenemos cuidado, tiene el potencial de corrompernos espiritualmente.
  • ¿Cuáles serán nuestras prioridades?

    • Llegará el momento en que tendremos que decidir: servir a Dios y perder nuestras posesiones; o conservarlas y servir a… ¿a quién merece la pena servir?
    • La decisión que tomemos entonces dependerá de las decisiones que tomamos cada día (Mt. 6:24).
    • El apóstol Juan nos advierte: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo” (1Jn. 2:15).
    • ¿Qué hay de malo en el “mundo” que nos atrae y nos aleja de Dios (1Jn. 2:16)?
  • ¿Cómo prepararnos para los tiempos difíciles?

    • No adorar a los sistemas que gobiernen el mundo en los momentos finales implicará perder nuestros trabajos y posesiones por ser fieles a Dios (Ap. 13:14-17). Pero sabemos que Dios cuidará de nosotros (2Ts. 3:3; Sal. 34:19).
    • ¿Cómo prepararnos para esos momentos?
    • Aprendiendo ahora a vivir dependiendo de Dios y confiando en Él, antes de que lleguen los tiempos difíciles. Una prueba importante de confianza es nuestra fidelidad en la devolución de los diezmos. Si en algo tan pequeño fallamos, ¿cómo afrontaremos la crisis venidera? (Jer. 12:5)

Para meditar:

«Muchas veces el que sigue a Cristo se ve colocado en donde no puede servir a Dios y llevar adelante sus empresas mundanales. Tal vez le parezca que la obediencia a algún claro requerimiento de Dios le privará de sus medios de sostén. […] Cuando aprendamos a conocer el poder de su palabra, no seguiremos las sugestiones de Satanás para obtener alimento o salvarnos la vida. Lo único que preguntaremos será: ¿Cuál es la orden de Dios, y cuál es su promesa? Conociéndolas, obedeceremos la primera y confiaremos en la segunda». (Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, pg. 96).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

 

Revista Adventista de España