Aunque debemos dar gracias a Dios cada día de nuestra vida, celebrar un Día de Gratitud a Dios, o de Acción de Gracias a Dios, puede ser una excelente idea tanto a nivel bíblico como familiar, ya que fomenta valores esenciales como la gratitud, la unidad y la reflexión.
No, no se trata de celebrar el Día de Acción de Gracias («Thanks Giving») importado de EE. UU., sino celebrar nuestro propio Día de Acción de Gracias a Dios, y hacerlo, cada familia o/y en la iglesia, a nuestra manera y en el día que mejor nos parezca.
A continuación, te ofrezco varias razones bíblicas y familiares para celebrar un día de agradecimiento a Dios, y sugerencias de cómo hacerlo:
Razones bíblicas
- La gratitud es un consejo bíblico. La Biblia constantemente nos exhorta a ser agradecidos
- «Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús» (1ª de Tesalonicenses 5:18).
«Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios, con alabanza; dadle gracias, bendecid su nombre» (Salmos 100:4). - Celebrar el Día de Acción de Gracias a Dios nos permite obedecer este principio y reconocer las bendiciones recibidas de Dios.
Reconocer la provisión de Dios
- En el Antiguo Testamento, los israelitas celebraban fiestas de agradecimiento por la provisión divina, como la Fiesta de los Tabernáculos (Levítico 23:33-43). Este tipo de celebración nos ayuda a recordar que todo lo que tenemos viene de Dios.
- Promueve la humildad y la fe. Al agradecer, reconocemos nuestra dependencia de Dios y nos alejamos de actitudes de autosuficiencia o ingratitud, como se advierte en Deuteronomio 8:11-14.
Razones familiares
- Fortalece los vínculos familiares
- Reunirse para compartir un tiempo de agradecimiento, fomenta la unidad y el aprecio mutuo entre los miembros de la familia. Es una oportunidad para reforzar relaciones y resolver tensiones. Podemos dar gracias por cada miembro de nuestra familia.
- Crea tradiciones positivas
- Establecer momentos familiares de gratitud y reflexión deja un legado valioso para las futuras generaciones.
- Enseña a los niños valores fundamentales
- Al inculcar la gratitud como un hábito, los niños aprenden a ser más conscientes de las bendiciones en sus vidas, lo que les ayuda a desarrollar actitudes positivas y resiliencia.
Propuestas para celebrar el Día de Acción de Gracias a Dios
- Organiza una reunión familiar o comunitaria en la iglesia
- Invita a familiares, amigos y vecinos. Durante la comida (o cena), dedica un momento para que cada persona comparta algo por lo que está agradecida.
- Oración y lectura bíblica
- Inicia la celebración con una oración de agradecimiento.
- Lee pasajes bíblicos relacionados con la gratitud, como Salmos 136 o Filipenses 4:6-7.
- Haz una lista de bendiciones
- Como familia, podéis escribir o compartir verbalmente las bendiciones del año.
- Servicio a otros
- Celebrad compartiendo con los necesitados, ya sea preparando comidas para quienes no tienen o donando a una causa. Este acto de amor refuerza el espíritu cristiano.
- Crea actividades familiares
- Decorad juntos el lugar de la reunión, y ponerlo especialmente bonito para la ocasión.
- Prepara actividades relacionadas con la gratitud (como, tras agradecer a Dios por sus bendiciones del año, realizar peticiones para el año siguiente, o decir cosas positivas sobre otros miembros de la familia y qué les agradecemos a ellos también).
- Cantad himnos o alabanzas
- Introducir un momento de alabanza con canciones que celebren la bondad de Dios puede añadir un toque especial a la celebración.
Celebremos las cosas hermosas de la vida
Cuando nos casamos, mi esposo y yo decidimos que escogeríamos las celebraciones que nos ayudaran a crecer con Jesús, y rechazaríamos las contrarias. Nosotros no celebramos Halloween. La ignoramos totalmente. Nuestro hijo no se disfraza ese día. Para nosotros, simplemente, no existe. Pero sí celebramos la Navidad (y el regalo de Jesús en nuestras vidas, da igual cuando naciera). Celebramos los cumpleaños, porque nos hace ilusión vernos crecer y madurar en Cristo. Y, desde luego, celebramos el Día de Acción de Gracias a Dios. Nos parece hermoso celebrar y agradecer y, como Pablo en Filipenses 4:8, decidimos pensar en todo lo que nos acerque a Jesús, y disfrutarlo en familia. Nos gozamos en todo lo bueno.
Cómo celebramos El Día de Acción de Gracias a Dios, en mi hogar
Solemos celebrar Acción de Gracias a Dios un sábado. Ese día preparamos una comida especial, como todos los sábados, porque todos son de fiesta para nosotros, y la disfrutamos junto con nuestros familiares más cercanos. Ese día solemos hacer la oración cogidos de las manos, y damos gracias a Dios por cada una de las bendiciones (las mencionamos) que hemos recibido durante el año.
Después de comer, escribimos unos papelitos pequeños pidiendo a Dios alguna bendición especial para el año siguiente. Seguidamente, depositamos esas oraciones, dobladas, en un cuenco especial. Quemaremos esas oraciones, que solamente conocerá el Señor, y volvemos a orar juntos, pidiendo a Dios que atienda cada uno de esos pedidos conforme a Su voluntad, en el nombre de Jesús.
Algo muy sencillo, pero para nosotros es un momento hermoso de gratitud y alabanza a Dios. No lo celebramos el cuarto jueves de noviembre, sino el cuarto sábado, o el que nos apetezca, porque, al fin y al cabo, ¡es nuestra celebración de gratitud a Dios!
Celebrar un Día de Acción de Gracias a Dios no solo alinea nuestras vidas con principios bíblicos de gratitud, sino que también une a las familias y deja una huella duradera de fe y amor.
Pero, ¿no es una fiesta secular importada de EE. UU.?
Nosotros no celebramos el Día de Acción de Gracias importado de EE. UU., celebramos nuestro propio Día de Acción de Gracias a Dios, y lo hacemos a nuestra manera y en el día que mejor nos parece, que puede coincidir, o no, con el cuarto jueves de mes. Normalmente, escogemos un sábado para hacerlo todavía más especial. Cada uno puede hacerlo cuando guste. No recordamos la historia de EE. UU., sino la de Dios con su pueblo, registrada en la Biblia, y nuestra propia historia con Él.
A quienes argumentan que no se debe celebrar el Día de Acción de Gracias, porque es una tradición originada en los Estados Unidos y no tiene raíces bíblicas, les diría, además, que:
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La gratitud es universal y bíblica
Aunque el Día de Acción de Gracias como celebración tiene su origen en un contexto cultural específico (la historia de los peregrinos en Estados Unidos), el acto de dar gracias trasciende culturas y es profundamente bíblico. No tenemos por qué celebrar «Thanks Giving», sino nuestro propio «Día de Acción de Gracias», basado en dar las gracias a Dios por todas sus bendiciones.
- La Biblia nos enseña a dar gracias en todo momento y en todo lugar (1ª de Tesalonicenses 5:18), sin importar el contexto cultural en el que vivamos.
- Celebrar un día dedicado a la gratitud no implica adoptar toda la historia detrás de esa otra festividad similar.
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Podemos redimir la celebración con un enfoque bíblico
Muchos días festivos tienen orígenes culturales o seculares, pero los cristianos podemos reinterpretarlos y usarlos para glorificar a Dios.
- Por ejemplo, la Navidad o el Año Nuevo, aunque no son días establecidos en la Biblia, aun así son oportunidades para reflexionar sobre el amor y la obra de Dios.
- El Día de Acción de Gracias a Dios puede convertirse en una ocasión para honrar a Dios como la fuente de todas nuestras bendiciones y fortalecer los valores de gratitud y unidad.
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No es solamente una celebración de EE.UU.
El Día de Acción de Gracias puede parecer una tradición estadounidense, pero el concepto de dedicar un día para agradecer a Dios por sus bendiciones tiene paralelos en muchas culturas y también en el contexto bíblico:
- Ya vimos que los israelitas celebraban fiestas como la de los Tabernáculos o la de las Primicias (Levítico 23:9-21), que incluían agradecimiento por las cosechas y la provisión divina.
- En diversos países, se celebran días de agradecimiento por las cosechas o por la bondad de Dios, adaptando la festividad a sus propias tradiciones.
Celebrar un día para expresar gratitud no significa copiar otra cultura, sino enfocarse en el acto de agradecer, que es un mandato bíblico y un valor cristiano.
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Es una oportunidad para unir y edificar
Algunos podrían argumentar que no necesitamos un día especial para agradecer, ya que debemos hacerlo siempre. Sin embargo:
- Un día específico nos ayuda a enfocar nuestra atención como familia o comunidad, especialmente en medio de las distracciones del día a día.
- También puede ser una oportunidad para enseñar a los más jóvenes el valor de ser agradecidos y para reforzar relaciones familiares o comunitarias, lo cual está alineado con el llamado bíblico de amar y edificar a otros.
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El contexto cultural no invalidaría el principio espiritual
Celebrar algo con un enfoque cristiano no significa aceptar el trasfondo cultural. Los cristianos somos llamados a discernir lo bueno y lo edificante en cada cosa:
- «Examinadlo todo; retened lo bueno» (1ª de Tesalonicenses 5:21).
- Si una celebración fomenta valores bíblicos como la gratitud, la reflexión, la generosidad y la unidad familiar, entonces puede ser adaptada para glorificar a Dios.
Conclusión
El Día de Acción de Gracias puede ser reconvertido en el «Día de Gratitud a Dios» o de «Acción de Gracias a Dios», y visto como una oportunidad de alabar a Dios de manera especial por sus bendiciones. Lo importante no es el origen de la festividad, sino cómo los cristianos elegimos celebrar algo similar, con un corazón lleno de gratitud hacia Dios, enseñando a nuestras familias a valorar sus bendiciones y extendiendo ese agradecimiento a los demás.
Autora: Esther Azón, teóloga y comunicadora. Redactora y coeditora de revista.adventista.es
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