Foto: (cc) Bryan Minear/Flickr. Esquina: Miguel Ángel Núñez.
Los conceptos errados se van transmitiendo de generación en generación de tal modo que terminan enquistándose y haciéndose parte de la cultura, al grado de que resulta muy difícil separar el mito de la realidad. En muchos casos, es más fácil seguir el error que intentar verificar la verdad de un asunto.
Hace 28 años que trabajo como orientador familiar, como parte de mi ministerio. En todo ese tiempo he atendido a miles de parejas y vez tras vez me convenzo de que muchas de las crisis matrimoniales que existen en hogares cristianos, se deben, fundamentalmente a las enseñanzas erradas que se han transmitido, en la iglesia y los hogares, de generación en generación. Esas falsas creencias han producido miles de desavenencias y tristezas, que podrían haberse evitado, si se estudiara con cuidado la Palabra de Dios.
Muchas de estas interpretaciones erróneas se han convertido en una especie de “vacas sagradas” que no pueden ni siquiera mencionarse, porque son inmediatamente atacadas como si se introdujera apostasía o errores garrafales, sin darse el tiempo suficiente para analizar la validez de dichos planteamientos.
Lo único que sé es que mantener en la mente dichas ideas distorsionadas, no ha traído más paz a los matrimonios, sino que ha generado un caos, donde las separaciones, las desavenencias, las tristezas, las frustraciones, han tomado el lugar de la armonía y la unidad que debería existir en un hogar cristianos. No nos equivoquemos, LAS IDEAS ERRÓNEAS pueden destruir cualquier matrimonio, porque a mediano y largo plazo, distorsionará el verdadero sentido de la relación matrimonial.
Una de estas enseñanzas erradas, repetidas hasta la saciedad por varones que no se atreven a pensar distinto, en parte por complejos adquiridos, y en parte, porque pensar de manera errónea trae comodidad es:
El esposo como cabeza de la esposa y de la familia
En NINGUNA PARTE DE LA BIBLIA se dice explícitamente que el varón es la última autoridad o jefe de una mujer. Decirlo y afirmarlo de esa manera, lo único que trae es infelicidad, maltrato y abuso.
El origen de esta idea nació en la secta de los arrianos, quienes negaban la deidad de Jesucristo y lo subordinaron a Dios. A partir de esta idea, les resultó sencillo derivar en el concepto de que la mujer debía subordinarse al varón, de la misma manera en que Cristo se “subordinaba” al Padre.
Por siglos se siguió con esta interpretación errónea, y tomando textos fuera de contexto se enseñó que el hombre es CABEZA de la mujer, y de allí se derivó la idea de que es el que manda, el que tiene la última palabra, el responsable de tomar las decisiones de la familia, el sacerdote del hogar (imagen que no aparece en ningún texto bíblico), el que dicta las normas, el encargado de las finanzas familiares, el que provee el sustento, el último responsable ante Dios por su hogar y la única persona llamada a resolver los conflictos familiares. Sin darse cuenta, la cultura le impuso al varón una carga que en ninguna parte de la Biblia se sostiene.
He escuchado más de alguna vez a varones que con voz dulce y melosa le dicen a sus esposas que ellas deben someterse porque Dios los eligió a ellos como cabezas, para darle un tinte más cristiano, sostienen que han pedido la dirección divina y están llenos del Espíritu Santo, lo que debería significar un ¡gloria a Dios! ¡Mi marido está santificado! Todo, para lograr, con el cariño y la espiritualización el mismo objetivo, mantenerse como el jefe y a la mujer sometida.
Efesios 5:23 y 1 Corintios 11:3
Son éstos los versículos que se usan para justificar la supuesta jerarquía del varón sobre la mujer, extrañamente, haciendo doctrina sólo en base a dos textos aislados de su contexto histórico y lingüístico.
Lamentablemente cuando se hace el análisis se lo hace a partir de lo que significa la expresión en castellano, sin considerar el significado del original, error típico de quienes no entienden que la traducción de la Biblia es siempre una interpretación.
Pablo, que era judío y pensaba como tal, utilizó el griego koiné de su tiempo para transmitir sus ideas. La expresión que utiliza en griego para cabeza es kephale, que significa “origen, fuente o procedencia”. NUNCA en griego, dicha expresión tuvo un sentido jerárquico o señaló la acción de gobernar.
Si Pablo hubiese querido expresamente señalar autoridad o liderazgo, como es lo que transmiten quienes hacen un análisis sexista de estos textos hubiera utilizado otras expresiones que si tenían esa connotación en griego, como archon, que significa “principal o jefe”; o oikodespotes, que es nada más que padre de familia o patriarca del clan; o hegeomai, que significa líder, el que va delante o el que tiene autoridad sobre… Pero, no usó ninguna de esas expresiones que sí tenían un significado directamente vinculado con liderazgo, acción de gobernar o jerarquía. Ese es un detalle demasiado importante como para dejarlo a un lado.
¿Qué quiere decir exactamente Pablo en estos versículos?
NO QUIERE DECIR que en la relación varón-mujer, o esposo-esposa exista una relación de jerarquía, ni una linea de mando ni algún orden de autoridad. Si Pablo lo señalara violaría dos principios bíblicos fundamentales:
a. Uno el que dice que Dios es cabeza de Cristo, lo que implicaría que Dios toma decisiones por Cristo, ni mucho menos que Dios es superior a Cristo. Eso anularía el principio de que ambos son uno, iguales y co-eternos.
b. Por otro lado, violaría el principio de Pedro de que es menester obedecer a Dios antes que a los hombres, porque estaría poniendo a los varones por sobre Dios en las vidas de las mujeres.
La expresión “cabeza” que Pablo está usando enfatiza, en la relación Dios-Cristo, es que la Palabra (Jesús) salió de Dios, que Dios creó todo por medio de su hijo. Cristo y Dios son co-eternos, trabajan en armonía (Juan 1:1-3). Sugerir que Dios es superior a Cristo o que Jesús nació de Dios, es caer en la herejía arriana.
Del mismo modo, de la Palabra (Cristo), salió el ser humano (Adam, en término genérico), porque Dios dijo: “Hagamos al ser humano (Adam) a nuestra imagen y semejanza” (Génesis 1:27).
Cristo intervino en la creación del primer ser humano, y de éste último se generó la primera mujer, no señalando algún tipo de inferioridad, sino simplemente, denotando que eran ambos, varón y mujer, de la misma esencia.
Cristo, por otro lado, es la cabeza de la iglesia, no en sentido jerárquico, y que incluye varones y mujeres, sino que utiliza la palabra kephale, para expresar que DE o DESDE Cristo se origina y funda la iglesia.
En suma, todo es cuestión de orígenes, lo que expresa en una de sus acepciones, la expresión kephale.
El hecho de que la mujer haya sido formada del costado (no de una costilla como dice la traducción, sino del costado como dice el hebreo original), indica que ambos varón y mujer, comparten la misma ESENCIA y SUSTANCIA. Eso implica que ontológicamente tienen la misma esencia, son iguales, y sustancialmente idénticos, es decir, son Adam (Génesis 5:2), “seres humanos”.
Es lo que pretende aclarar Pablo en 1 Corintios 11:11 y 12, donde Pablo expresa un gran “pero”, pero que es obviado y extrañamente no citado por quienes abogan por la sumisión de la mujer: “En el Señor”, dice Pablo, expresando que las ideas anteriores no son “en el Señor”, sino que proceden de la cultura de su tiempo. En el Señor, “ni el varón es sin la mujer ni la mujer es sin el varón”, con lo cual tira por tierra cualquier argumento de superioridad o inferioridad.
Luego, en el versículo 12, su argumentación final es que si bien es cierto la primera mujer Dios la formó desde el primer hombre, también es verdad que todos los hombres nacen de la mujer y todo, finalmente, procede de Dios.
Es evidente en la Biblia que Dios nunca, insisto NUNCA delegó en el varón algún liderazgo sobre la mujer.
Si alguien persiste en esta idea, que no tiene asidero bíblico, sino que expresa una jerarquización sexista y que desconoce el texto bíblico original sería bueno que explicara los siguientes versículos, que anulan cualquier concepto de jerarquía o sumisión:
1 Timoteo 5:14: “Quiero pues, que las que son jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen la casa; que ninguna ocasión den al adversario para maldecir”. Es decir, que las mujeres jóvenes se casen, pero las manda a gobernar sus casas, no a buscar maridos para que las gobiernen.
Apocalipsis 1:6: “Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre: a él sea gloria e imperio para siempre jamás”. Eso incluye a varones y mujeres convertidos, no sólo varones.
Romanos 14:12: “De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios razón de sí”. Eso implica que varones y mujeres son responsables de sí mismos ante Dios. Si se validara el modelo de “varón sacerdote” o “varón superior” o “varón que gobierna”, entonces, la mujer no tendría que dar cuenta, porque sería subordinada.
Conclusión
La Biblia es clara. Lamentablemente, la lectura sexista no nos permite ver lo que es evidente en el texto bíblico.
-Dios no crea seres humanos de primera y segunda categoría.
-Dios no hace a seres humanos para ser subyugados ni sometidos.
-Cristo libera y restaura, eso incluye, volver al plan original de Dios, de varones y mujeres, que actúan en mutualidad, y no de manera jerárquica.
Dios nos guíe para hacer caso a su Palabra, y no a una cultura que nos ha enseñado lo contrario a la voluntad de Dios.
¡Muy bien!
En la parte de arriba han puesto la foto de una persona distinta al autor, se os ha colado.
Por otro lado, muchas gracias Miguel Ángel por escribir este artículo y gracias también al que decidió incluirlo en la revista. Tenemos que seguir en esta línea.
Mil disculpas, toda la razón. Ya hemos cambiado la imagen del autor en la web, pero en la revista PDF ya enviada es imposible. Anotaremos una fe de erratas en el próximo número en PDF indicando correctamente la autoría. Sentimos el error.
El esposo es la cabeza de la familia, como Cristo es la cabeza de la iglesia, y cualquier actitud asumida por la esposa que pueda disminuir su influencia y degradar su posición digna y responsable, desagrada a Dios. Es deber de la esposa renunciar a sus deseos y voluntad, en favor de su esposo. Ambos tienen que saber renunciar a sus gustos, pero la Palabra de Dios da la preferencia al criterio del esposo. Y la esposa no perderá dignidad al ceder así a aquel a quien ella eligió por consejero y protector. El esposo ha de mantener su posición en la familia, con toda mansedumbre, y sin embargo con decisión.—Joyas de los Testimonios 1:106 (1862).{1MCP 169.1}
La idea que Dios creo una familia acéfala y que ese mismo criterio debe existir en la iglesia no tiene asidero bíblico, es solo una nueva visión de interpretar las Escrituras …
Este orden debe mantenerse tanto en el hogar como en la iglesia de Dios ……..
ESTO ES LO QUE SIEMPRE HA ENSEÑADO LA IASD…CBA “Las casadas estén sujetas.
Pablo coloca a las mujeres en una posición de subordinación con relación a sus
esposos (cf. 1 Ped. 3: 16). La ética de las relaciones cristianas en la familia
puede percibirse con claridad sólo cuando se entiende que diferencia y
subordinación de ninguna manera implican inferioridad. La sumisión que se
ordena a la esposa es del tipo que sólo puede darse entre iguales; no es una
obediencia servil sino una sumisión voluntaria en los aspectos en los cuales el
hombre ha sido puesto por su Hacedor como la cabeza (cf. Gén. 3: 16). Toda la
comunidad necesita tener una cabeza para existir en forma organizada. Aun en
nuestra era de libertad, en la cual se insiste en la igualdad entre hombres y
mujeres, el hombre que no asume con amor la dirección de su familia es
menospreciado por los hombres y las mujeres. Este principio de sumisión es
permanente; pero su aplicación específica puede variar a lo largo del tiempo de
acuerdo con las costumbres y conciencia sociales. Cf. 1 Cor. 11: 3, 7-9; Col.
3: 18; 1 Tim. 2: 11-12; Tito 2: 5.”
¡Excelente! ¡Dios no hace acepción de personas!
Paz a usted, querido hermano. Pero yo aquí difiero un poco o un mucho, ya que menciona en su articulo que en ninguna parte de la biblia comenta que haya jerarquías. Es verdad que no está escrita la palabra como tal; sin embargo jerarquía significa grado de personas, valores, conceptos dignidades y/o poderes. Entonces ¿Dios es igual a Jesús?, ¿el hombre es igual a Dios o a Jesús? ¡Por supuesto que no! La interpretación que el hombre le ha dado es equivocada. Es muy diferente, con todo el respeto que usted me merece; y efectivamente como usted lo menciona en su articulo, son las costumbres, la imposición del hombre y de alguna religión, para ser exactos, la religión CATOLICA, por conveniencia, porque solo así podía someter a sus congregantes y le dio resultado. A ello se sumaron otras religiones, aunque no fue para siempre su gran mentira. Gracias a Dios hubo interés por parte de pastores, ministros y colaboradores que, por inspiración de nuestro Creador, pudieron darle la interpretación correcta. Pero en sí, lo que influyó en gran manera fue la ignorancia, la apatía y las conveniencias del hombre.
Ahora eso de que el hombre es cabeza de la mujer depende mucho de la interpretación que cada persona o individuo le quiera dar. Pero si realmente nos interesa lo que Dios nos dice en su bendita Palabra, no tenemos porque sentirnos inferiores. Si pensamos que sujeción significa obedecer todo lo que nuestro esposo, lideres, gobernantes o llámese como se llame, nos diga que hagamos, y lo hacemos sin ningún criterio cristiano, estamos pensando como “mundanos”, como personas sin juicio ni criterio, como “ovejas”.
Que la paz de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Saludos.
No entiendo como publican este tipo de fábulas en la Revista Adventista, ideas contrarias a las más claras declaraciones de la Biblia y el Espíritu de Profecía. Ciertamente Jesús está a las puertas. El Amor de Dios se demuestra en subordinación voluntaria así como Cristo, al mismo tiempo el liderazgo se basa en amar y servir a quienes están bajo su ciudado.
Estimado hermano:
Le agradecemos su aportación y mensaje, y sobre todo su perspectiva de las Escrituras. Y le instamos a seguir profundizando en ellas, para que no sea ni su punto de vista ni el nuestro el que impere en el pueblo de Dios, sino que se haga la voluntad de Dios. Necesitamos estudiar más las Escrituras y mirar con mucho más amor del que tenemos para suplir las necesidades de nuestro prójimo, acercarnos a los dolientes, a los que sufren y padecen para llevarles el agua de vida, la esperanza de un mundo mejor.
Le enviamos un saludo fraternal,
desde el Departamento de Comunicaciones de la Unión Adventista Española.
Hermano, debemos amar a Dios y al prójimo con todo nuestro corazón. Es por esto que no podemos ser desobedientes a los claros mensajes que hemos recibido y comenzar a confiar en las enseñanzas populares del mundo secular de hoy, donde se desprecia el orden establecido por Dios mismo.
El Señor ha constituido al esposo como cabeza de la esposa para que la proteja; él es el vínculo de la familia, el que une sus miembros, así como Cristo es cabeza de la iglesia y Salvador del cuerpo místico. Todo esposo que asevera amar a Dios debe estudiar cuidadosamente lo que Dios requiere de él en el puesto que ocupa. La autoridad de Cristo se ejerce con sabiduría, con toda bondad y amabilidad; así también ejerza su poder el esposo e imite la gran Cabeza de la iglesia.—El hogar adventista, 191, 192 (1894). – {1MCP 168.4}
Estimado hermano:
Estamos de acuerdo, debemos amar a Dios y a nuestro prójimo; y sobre todo ser obedientes a Dios. Pero cuando dijo Dios que el varón sea cabeza de la mujer, estaba hablando de la familia. En una familia “normal”, él debe ser el cabeza de familia (NO DE LA MUJER). Debe ser el sacerdote de su hogar, como Cristo lo fue de su iglesia.
Pero no podemos olvidar que en nuestra sociedad, la familia “normal” es un fenómeno en extinción. Existen familias desestructuradas en las que falta alguno de los cónyuges por la razón que sea, las familias destrozadas en las que el varón ejerce demasiado bien su papel de cabeza y anula al resto de sus componentes, marcando de por vida a su progénie, familias singles, familias en las que solo la mujer es el “pegamento” que une a la familia porque su esposo está demasiado ocupado… etc. Entiendo que “la cabeza de la familia” debe ser el sacerdote de su hogar. Desgraciadamente en la sociedad en la que vivimos, no siempre coincide con el varón.
Debemos tender a la familia ideal proyectada por Dios. Pero el mensaje de amor debe primero congraciarse con las familias monoparentales, singulares y desestructuradas que hay en nuestra sociedad.
Decir que solo el varón debe ser cabeza de familia, es alejar al resto del mensaje de amor.
Un abrazo,
Reciba las bendiciones del Dpto. de Comunicaciones de la Unión Adventista Española.
Hermano, vivimos en un mundo imperfecto y Dios siempre nos ayuda a pesar de las peores adversidades, confiamos en que Él suple y provee en las situaciones familiares más complejas, como por ejemplo los huérfanos y viudas que siempre se mencionan en la Palabra como una de las grandes preocupaciones de Dios.
«Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,»
Efesios 5:22-25
Respecto a las relaciones familiares ideales de la Palabra, esta es muy clara en que cabeza se refiere a autoridad, pero no autoridad mundana opresiva, si no que responsabilidad en cuanto al cuidado y amor, esa es la parte que muchos olvidan, no es autoridad porque si, si no que se llama a actuar como el Salvador, !Que vara tan alta!. Si en una familia no está Jesús, independientemente del tipo de relaciones que hayan, solo habrán abusos y malos tratos, si en esa familia se encuentra Jesús, la bondad, el amor y la paciencia serán un sello divino, en ese contexto el orden familiar establecido por Dios es perfecto. Que el hombre sea cabeza de la mujer no significa que uno de los dos tenga mayor valor ante Dios, de la misma manera como Cristo siendo igual al Padre, de la misma substancia, se sujeta en obediencia al Padre. No hay envidia por parte del hijo, ni abuso por parte del Padre. Esta armonía y orden es parte del carácter divino. Fue Satanás quién no quiso sujetarse a Dios, si no que él introdujo el liderazgo como un medio de oprimir, él es rebelde desde el principio y Cristo contrastó su carácter viniendo a ser siervo de todos.
Un ejemplo práctico es una empresa, yo mismo tengo un jefe al cual debo sujetarme, pero de ninguna manera esa diferencia en autoridad significa que mi jefe sea un humano de primera categoría y yo de segunda. Ante los ojos del estado todos somos ciudadanos iguales.
La siguiente cita es muy clara al respecto, la hna White siendo mujer, indica que el varón tiene “derecho a ejercer la autoridad, pero esa responsabilidad viene acompañada de tener el carácter de Jesús.
Los maridos tienen que estudiar el modelo y procurar saber lo que significa el símbolo presentado en la Epístola a los Efesios, la relación que sostiene Cristo con su iglesia. En su familia, el esposo ha de ser como el Salvador. ¿Se destacará él en la noble virilidad que Dios le dio, y procurará siempre elevar a su esposa y a sus hijos? ¿Alentará en derredor suyo una atmósfera pura y dulce? Mientras asevera sus derechos a ejercer la autoridad, ¿no cultivará tan asiduamente el amor de Jesús, para hacer de él un principio permanente que rija su hogar?—El hogar adventista, 102 (1894). – {1MCP 168.2}
Otro punto importante es que sujeción no significa entregar la voluntad ciegamente, solo Dios es nuestra Cabeza suprema.
Dios requiere que la esposa recuerde siempre el temor y la gloria de Dios. La sumisión completa que debe hacer es al Señor Jesucristo, quien la compró como hija suya con el precio infinito de su vida […]. Su individualidad no puede desaparecer en la de su marido, porque ha sido comprada por Cristo.—El hogar adventista, 101 (1894). – {1MCP 163.4}
Lamentablemente la iglesia de Laodicea tiene ideas mezcladas con el mundo, es imposible creer que no seamos fuertemente influenciados por los movimientos feministas, personalmente me costó entender el tema del liderazgo Bíblico porque siempre se me enseño que no podía existir igualdad si hay diferencias de autoridad.
Volviendo a la pregunta incial, y basándonos en un hogar donde se respetan los principios de amor cristianos: ¿es el hombre la cabeza de la mujer en el sentido de autoridad? ¿Si o No?.
Para mi la Biblia y la hna White son muy claras y directas en responder un SI. Por otro lado, el autor del artículo concluye con un NO.
Un abrazo y que Dios los guarde.
creo que Hola es el que vive su vida cristiana en FABULAS ……. y mas si tienes respeto a un profeta llamado Elena White, Débora , Ana. María y las hijas de Felipe……. Dios no autoriza a que tengas sometida a tu esposa……. como un ser inferior o infrahumano…… “HOLA” usas los mismos argumentos “bíblicos” que los esclavistas, racistas , supremacistas, antisemitas, no por que tu creas que son biblicos LO TIENEN QUE SER ….. Que Dios te bendiga y te de entendimiento “En Cristo no hay ni hombre ni mujer”
Espero que muchos varones los entiendan por que las mujeres ya lo entienden desde hace tiempo ( es un don de Dios a ellas)
por lo cual Ante Dios no hay diferencias A IMAGEN DE DIOS LOS CREÓ varón y varona / macho y hembra
Bendiciones a todas las anciana, pastoras , diaconisas y mujeres en general hermanas Dios esta a vuestro lado