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Con esta intrigante declaración comienza este interesante capítulo: “La gran controversia entre Cristo y Satanás, sostenida desde hace cerca de seis mil años, está por terminar”. Mientras Cristo intercede a favor del hombre, Satanás redobla su esfuerzo por conseguir que el hombre ignore a Dios hasta que sea demasiado tarde. Satanás está tranquilo cuando el hombre es indiferente a las cosas espirituales. Como gran estratega, actúa para que la indiferencia nunca abandone a la iglesia.
Elena White declara: “Cuando ve al ministro de Dios escudriñad las Escrituras, toma nota del tema que va a ser presentado a la congregación, y hace uso de toda su astucia y pericia para arreglar las cosas de tal modo que el mensaje de vida no llegue a aquellos quienes está engañando precisamente respecto del punto que se ha de tratar. Hará que la persona que más necesite la admonición se vea apurada por algún negocio que requiera su presencia, o impedida de algún otro modo de oír las palabras que hubiesen podido tener para ella sabor de vida para vida”.
Los mejores agentes de Satanás: los cristianos calumniadores y manipuladores
Bien sabe el enemigo “que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras serán vencidos por sus ataques”. Fijaos bien en esta afirmación: “Siempre ha habido una categoría de personas que profesan santidad, y que, en lugar de procurar crecer en el conocimiento de la verdad, hacen consistir su religión en buscar alguna falta en el carácter de aquellos con quienes no están de acuerdo, o algún error en su credo”. Elena White concluye: “Son los mejores agentes de Satanás. Los acusadores de los hermanos no son pocos”. Para descubrir a los que actúan de esta manera, se nos da un consejo: “Su conducta se parece a la de Satanás, el odioso calumniador, “el acusador de nuestros hermanos”. (Apc.12:10).
No tenemos que dejarnos arrastrar por los que así actúan. Sabemos que “parte de su plan consiste en introducir en la iglesia elementos irregenerados y faltos de sinceridad, elementos que fomenten la duda y la incredulidad y sean un obstáculo para todos los que desean ver adelantar la obra de Dios y adelantar con ella. Muchas personas que no tienen verdadera fe en Dios ni en su Palabra, aceptan algún principio de verdad y pasan por cristianos. Así se hallan en condición de introducir sus errores como si fueran doctrinas de las Escrituras”.
Estrategia de confusión
Otra de sus estrategias de gran éxito consiste en afirmar que “no importa lo que los hombres crean” y es por ello que abundan las teorías contradictorias sobre la fe religiosa. Su objetivo es que la gente quede confusa para que no pueda descubrir la verdad tal y como está revelada en la Biblia. Lamentablemente muchos son los que usan la Biblia para sus propios fines manipulando parcialmente pasajes para que digan lo que ellos quieren oír sin permitir que la Palabra hable libremente. Elena White afirma: “Toda la Biblia debería serle dada al pueblo tal cual es”.
La Biblia revela el Plan de Salvación
Es importante entender que la Biblia es un regalo de Dios para los hombres. En ella el plan de Dios para la salvación del hombre ha sido claramente revelado. El Señor dijo al profeta Habacuc: “Escribe la visión para que se pueda leer corrientemente” (Hab.2:2). Lo cierto es que “ninguna iglesia puede progresar en santidad si sus miembros no buscan ardientemente la verdad como si fuera un tesoro escondido”. Cuando la tradición o la especulación humana toma el lugar de la Palabra de Dios, la iglesia cae en la esclavitud del pecado, aunque pretenda ser libre.
En este siglo, la investigación científica se ha vuelto una trampa para muchos que no se ven capaces de armonizar sus nociones científicas con las declaraciones de las Sagradas Escrituras. El conocimiento humano es limitado e imperfecto y “son muchos los que dan por hechos científicos lo que no pasa de ser meras teorías y elucubraciones” exigiendo que todo lo bíblico sea probado por sus conceptos científicos. Los que dudan de las narraciones del Antiguo Testamento y del Nuevo, dan a menudo un paso más y, arrastrados por la incredulidad, llegan a dudar de la existencia de Dios. Es así como muchos se alejan de la fe y procurando hacerse más sabios que su Creador, olvidan su propia pequeñez y pierden de vista la gloria, la majestad y el poder de Jehová que ha sido claramente revelado en su Palabra.
No seamos sabios en nuestra propia opinión
Frente a las verdades claras y contundentes de la Biblia, hay quienes toman la actitud de vivir con humildad la espiritualidad de las enseñanzas bíblicas. Mientras, otros, buscan “fábulas” que resulten agradables a los que están dispuestos a creer cualquier cosa. Los que se comportan de esta manera, siendo “demasiado sabios en su propia opinión como “para escudriñar las Santas Escrituras con contrición y pidiendo ardientemente a Dios que les guíe, no tienen escudo contra el error”. Es triste pensar que la verdad ha estado siempre al alcance de todos mediante su Palabra, pero muchos han descuidado su estudio por comodidad o conveniencia.
Las mejores trampas de Satanás
Entre las trampas más temibles del gran seductor figuran las enseñanzas engañosas y los fementidos milagros del espiritismo. Al rechazar la verdad, muchos resultan presa fácil para el engaño. Elena White también habla de otro terrible error: “Es el de la doctrina que niega la divinidad de Cristo… esto contradice las declaraciones más positivas de nuestro Salvador respecto a sus relaciones con el Padre, a su divino carácter y a su preexistencia”. Ella afirma que “esta teoría no puede ser sostenida sino violentando el sentido de las Sagradas Escrituras del modo más incalificable. No solo rebaja nuestro concepto de la obra de redención, sino que también socava la fe en la Biblia como revelación de Dios”.
Este tema le preocupaba a la escritora puesto que concluye esta idea diciendo: “Si los hombres rechazan el testimonio que dan las Escrituras inspiradas acerca de la divinidad de Cristo, inútil es querer argumentar con ellos al respecto. Ningún argumento, por convincente que fuese, podría hacer mella en ellos… Ninguna persona que haya aceptado este error, puede tener justo concepto del carácter o de la misión de Cristo. Tampoco del gran plan de Dios para la redención del hombre”.
Otros errores peligrosos que expone Elena White en este capítulo son el de creer que Satanás no es un ser personal o que la segunda venida de Cristo se realiza a la muerte de cada persona. Que los milagros no existen o que no es necesario orar. “Innumerables son las doctrinas erróneas y las ideas fantásticas que imperan en el seno de las iglesias de la cristiandad. Es imposible calcular los resultados deplorables que acarrea la eliminación de una sola verdad de la Palabra de Dios”.
Estudiar la Biblia con oración, confianza y humildad
Muchos que hubieran creído si se les hubiera presentado con claridad las sencillas y preciosas verdades de la Biblia han caído en el escepticismo por la forma en la que se les presentaron estos errores. Esto es lo que Satanás buscaba y lo que ha conseguido. La duda está de moda hoy y muchos son los que miran la Palabra de Dios con la misma desconfianza con que fue mirado su Autor. Muchos critican lo que no entienden y otros “se deleitan en buscar en las Sagradas Escrituras algo que confunda las mentes de los demás”. Hay quienes también critican y argumentan por el mero gusto de discutir y, después, por mantener su posición. Todos ellos “se cierran las puertas del paraíso”.
Hay que ir a la Biblia con espíritu humilde. Lo esencial para entender nuestra redención ha sido revelado con claridad. Hemos de entender que nuestra inteligencia limitada no nos hará nunca descubrir las profundidades de Dios. Confiemos en Aquel que nos mostrará su voluntad a medida que ese conocimiento sea para nuestro bien. “Dios ha dado pruebas evidentes para la fe. Él no quitará jamás todas las excusas que pueda haber para la incredulidad. Todos los que buscan motivos de duda los encontrarán”.
La fe es una elección
La fe es un camino. La duda es otro. Uno se alimenta de la Palabra y el otro de los pensamientos humanos. Los dos se fortalecen a medida que se estimulan y nuestra decisión es clave para que uno crezca más que el otro. “No hay más que una línea de conducta que puedan seguir los que desean sinceramente librarse de las dudas. No pongan todo en tela de juicio y de entregarse a cavilaciones acerca de cosas que no entienden. Presten atención a la luz que ya está brillando en ellos y recibirán aún más luz”.
Se nos advierte que Satanás puede presentar una impostura tan parecida a la verdad, que engañe a todos los que no quieren creer la verdad. Pero también se nos dice que “no puede de ningún modo retener en su poder una sola alma que desee sinceramente y a todo trance conocer la verdad. Cristo es la verdad y “la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo” (Jn.1:9). El espíritu de verdad ha sido enviado para guiar a los hombres en toda verdad”.
Elena White concluye este capítulo con la siguiente declaración: “Nadie que no ore puede estar seguro un solo día o una sola hora. Debemos sobre todo pedir al Señor que nos dé sabiduría para comprender su Palabra. Y mientras estemos en guardia contra los engaños de Satanás debemos orar con fe diciendo: “No nos dejes caer en tentación”.
Autor: Óscar López. Presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.