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Lección 6 para el 11 de febrero de 2023: “ACUMULEN TESOROS EN EL CIELO”.

Jesús nos enseñó: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mateo 6:19-20).

¿Cómo hacernos tesoros en el cielo? Aprendamos del ejemplo de los que lo hicieron y de los fallos que cometieron en el proceso.

  • Acumulando tesoros en el cielo:

    • Noé: creer lo imposible.
      • Debido a la maldad reinante, Dios decidió el fin de la humanidad (Gn. 6:5-8), y mandó a Noé construir un arca (Gn. 6:13-19). Noé tuvo que tomar varias decisiones que demostraron dónde quería hacer su tesoro:
        • Creer lo imposible: La lluvia no era necesaria entonces; no existía (Gn. 2:6). Los científicos aseguraban que era imposible que el agua cayera del cielo.
        • Obedecer a Dios: Dedicó su vida y sus recursos a la construcción del arca; y a amonestar a sus conciudadanos para que abandonasen el pecado.
    • Abraham: obedecer por fe.

      • El primer acto de fe de Abraham fue abandonar lo que tenía (sus “tesoros en la tierra”) a cambio de lo que se le prometía (los “tesoros en el cielo”).
      • A pesar de la promesa de heredar una tierra, la única tierra que llegó a poseer fue un pequeño campo en Macpela (Gn. 23:17-20). Sin embargo, nunca dejó de obedecer a Dios, esperando de Él una mejor posesión (Heb. 11:8-10).
      • El mayor tesoro que Abraham tuvo en esta tierra fue un carácter semejante a Jesús. Por ello, fue considerado por sus contemporáneos como un “príncipe de Dios” (Gn. 23:6).
    • Moisés: rechazar el mundo.

      • ¿A qué renunció Moisés? ¿Qué obtuvo a cambio? (Hebreos 11:24-25).
      • Como hijo de Hatshepsut, Moisés era el sucesor de Tutmosis II y, por tanto, el próximo faraón de Egipto.
      • Dado que en aquella época Egipto era el imperio más importante de la tierra, Moisés renunció al puesto más elevado que alguien podía tener en esos momentos.
      • Sin embargo, renunció a toda gloria y placer mundanal, escogiendo obedecer al llamado divino de liberar al pueblo de Israel de la esclavitud.
      • Consideró las promesas de Dios como “una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa” (Hebreos 11:26 NVI).
  • Fallar y volver a empezar:

    • Lot: dejar el mundo atrás.

      • Cuando Abraham propuso que se separasen, Lot puso su mirada en los “tesoros en la tierra”, y codició la llanura del Jordán (Gn. 13:8-13).
      • Aunque nunca se apartó de Dios (Pedro lo llama “justo” en 2ª de Pedro 2:7), su espiritualidad y la de su familia se vieron gravemente afectadas por la vida en Sodoma.
      • Tras la intercesión de Abraham, Dios libró a Lot, a su esposa y a sus hijas de la destrucción de Sodoma, indicándole que debía renunciar al mundo y huir al monte (Gn. 18:22-33; 19:15-17).
      • Tras muchas dudas, finalmente decidió dejar el mundo atrás y vivir del modo que Dios le había indicado (Gn. 19:30).
    • Jacob: arrepentirse y seguir.

      • Durante toda su vida, Jacob anheló la bendición. Su pensamiento estaba en los “tesoros en el cielo”. Sin embargo, decidió alcanzarlos por su propio esfuerzo (Gn. 27:33-35).
      • Tras 20 años de trabajo y engaños, Jacob seguía sufriendo por los remordimientos de su insensata acción. Cuando se encontró con Dios, peleó con todas sus fuerzas para obtener el perdón y la bendición (Gn. 32:22-30).
      • Después de esta experiencia, su vida ya no fue la misma. Ya no confiaba en sí mismo. Al igual que Abraham e Isaac, la única posesión en esta tierra fue la tumba de Macpela (Gn. 49:29-31). Sabía que era extranjero y peregrino en esta tierra (Heb. 11:13).

Para meditar:

“El hacer tesoros en el cielo proporcionará nobleza al carácter; fortalecerá la benevolencia y estimulará la misericordia; cultivará la simpatía, la bondad fraternal y la caridad. Unirá el alma del hombre con Cristo con eslabones que nunca podrán romperse. Podéis haceros tesoros en el cielo, siendo ricos en buenas obras—ricos en las cosas imperecederas y espirituales”. Elena G. White (Nuestra elevada vocación, 8 de julio).

“Nadie puede acumular tesoros en el cielo sin descubrir que de esa manera se enriquece y ennoblece su vida en la tierra”. Elena G. White (Ser semejante a Jesús, 28 de junio).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

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Revista Adventista de España
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