La adoración a Dios es más que un momento u oración, es la dedicación integral de la vida a la misión.
“No seremos capaces de adorar a Dios en las ocasiones más sublimes si no hemos adquirido el hábito de adorarlo en las más simples” (C. S. Lewis).
El pastor Michael Ryan, quien por algunos años sirvió como director de Misión Global de la Asociación General, la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, tenía como una de sus obligaciones visitar los países más desafiantes del mundo para la predicación del evangelio. Cierto día, estaba visitando algunos pioneros de este ministerio en el territorio en el que predominaba una de las mayores religiones no cristianas del mundo. Esa era la primera vez en la historia que un grupo de 23 creyentes predicaba en ese lugar.
Al iniciar la reunión, él se dio cuenta de que solo 22 de ellos estaban en la sala. Entonces, el director de Misión Global de ese país comenzó a contar el motivo. Él dijo: «Hay 17 personas que ahora estudian la Palabra de Dios y oran a Jesús como su Salvador debido a nuestro hermano. La fe prospera en esta gran ciudad del norte del país. Pero los fundamentalistas radicales descubrieron su trabajo y lo azotaron severamente. Nuestro hermano está en la UTI con huesos quebrados y decenas de puntos». Él continuó: «Yo lo visité hace dos días. Aunque está débil, su fe es fuerte. Repetidamente, él me preguntaba: “¿Quién mantendrá la llama del evangelio encendida en esta ciudad?”».
Dios no me pide éxito, me pide fidelidad
En la reunión de la mañana siguiente, un joven vestido con una vieja camisa verde se levantó y dijo: «Voy a continuar el trabajo de nuestro hermano en esa ciudad». Inmediatamente, se formó un círculo de oración alrededor de él.
El encuentro terminó a mediodía. Las despedidas llenaron el ambiente. El pastor Ryan vio al joven con la vieja camisa verde desteñida parado a la sombra de un pequeño árbol. Él estaba atando una caja de cartón hecha jirones a su bicicleta vieja y gastada. El pastor se acercó y le dijo: «Supongo que usted va a volver a recoger sus cosas antes de ir para el norte». «No», -respondió él, alegremente-, «esto es todo lo que tengo».
Entonces, el pastor Ryan dijo: «Sepa que estaré orando por su seguridad y su éxito». Oyendo eso, con gentileza, el joven respondió con estas inolvidables palabras: «Pastor, siempre debo tener en mente que el Señor no me pidió que tuviera éxito; me pidió que sea fiel».
Allí había un joven con una camisa verde, vieja y desteñida y con una Biblia bien marcada, dirigiéndose a un lugar que se parecía mucho a un foso de leones. Él estaba a segundos de partir con su vieja y gastada bicicleta por muchos kilómetros, con zapatos que tenían agujeros en dos dedos, para llevar el nombre del precioso Señor Jesús.
Fidelidad en la misión
Escuchar historias como esta me lleva a hacerme las siguientes preguntas: ¿Cómo alguien es capaz de tomar ese tipo de decisión? ¿Cómo alguien es capaz de sacrificar su vida por la causa de Dios a ese punto? Lo que usted acaba de leer no es una historia sobre cómo dar estudios bíblicos, ni sobre ofrendar para mantener misioneros. Esta historia es sobre la disposición de dedicarse a la causa de Dios al punto de hacer sacrificios personales extremos y, si fuera necesario, entregar la vida por la verdad que profesamos. Yo creo que ese tipo de entrega y fidelidad es la que nos espera en los últimos días de la Tierra. Por eso, las preguntas anteriores son tan importantes.
Adoración según la Biblia
Una de las formas de encontrar tales respuestas es considerar de qué trata la historia de esos misioneros o cuál es el tema principal de esta historia. ¿Qué respondería? Piense un poco. Algunos pueden decir: «Pastor, el tema principal es la participación misionera, la entrega completa por la causa, o la disposición de sufrir por la proclamación de la verdad». Ninguna de estas respuestas es incorrecta. Estas historias tienen todos esos aspectos, pero el punto principal de todos estos temas puede resumirse en la palabra: «adoración».
No es posible esa participación misionera, la entrega completa a la causa de Dios o la disposición de sacrificarse por ella sin la comprensión de lo que significa la adoración. La comprensión de lo que significa adorar y cuál es la manera bíblica de hacerlo es el punto más importante para vivir la fidelidad a la altura de esos misioneros.
Ejerce pensamientos positivos adecuados
Algunas veces, en la vida cristiana, pensamos así: «¿Tengo que dejar de comer eso que tanto me gusta solo porque hace mal?». Pero cuando entendemos la adoración, empezamos a pensar así: «Voy a alimentarme de la manera que le agrada a Dios porque quiero que mi cuerpo esté completamente disponible para la adoración a mi Dios». En lugar de pensar: «¿Solo tengo la parte de la noche libre y tengo que salir a dar estudios bíblicos a la gente?», pensaremos así: «Voy a usar mis dones al máximo para adorar a mi Dios y ser usado por él en la salvación de las personas». No pensaremos: «¿Tengo que entregar dinero a la iglesia?», y sí: «Voy a adorar a Dios con los recursos financieros que él colocó en mis manos».
El tema de la adoración es importantísimo en la experiencia cristiana genuina. En este momento, renueve su compromiso y decisión de que Dios es el único digno de adoración.
Autor: Josanan Alves de Barros Júnior está formado en Teología. Es el actual director del departamento de Mayordomía Cristiana de la sede sudamericana de la Iglesia Adventista.
Publicación original: Lo que motiva la verdadera entrega