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Lo que trae a Dios de vuelta10 días de oración 2023. Día 4 – Lo que trae a Dios de vuelta

«Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado». (1 Reyes 18: 30).

Cuando dejó de llover

El ambiente de aquel fatídico día estaba cargado, aunque un inquietante silencio había envuelto al Monte Carmelo. En tiempos anteriores, este monte boscoso era exuberante, verde y hermoso. Recibía abundantes lluvias y era considerado un lugar sagrado, de bendición y fertilidad (Elena G. White, Profetas y Reyes, p. 144). Pero todo había cambiado. Lo que antes era verde ahora estaba quemado y desnudo, resultado de una dolorosa sequía de tres años y medio (1 Reyes 17: 1; 18: 1; Santiago 5: 17). Así es como Elena G. White describe a Israel en esta época:

«Pasó un año, y aún no había llovido. La tierra parecía quemada como por fuego. El calor abrasador del sol destruyó la poca vegetación que había sobrevivido. Los arroyos se secaron, y los rebaños vagaban angustiados, mugiendo y balando. Campos que antes fueran florecientes quedaron como las ardientes arenas del desierto y ofrecían un aspecto desolador.

»Los bosquecillos dedicados al culto de los ídolos ya no tenían hojas; los árboles de los bosques, como lúgubres esqueletos de la naturaleza, ya no proporcionaban sombra. El aire reseco y sofocante levantaba a veces remolinos de polvo que enceguecían y casi cortaban el aliento. Ciudades y aldeas antes prósperas se habían transformado en lugares de luto y lamentos. El hambre y la sed hacían sus estragos con terrible mortandad entre hombres y bestias. El hambre, con todos sus horrores, apretaba cada vez más». (Elena G. White, Profetas y Reyes, p. 91)

La sequía interna

Tal vez la sequía espiritual, que dejó al pueblo de Dios sediento de alma y agotado de fe, fue aún más profunda que la terrible y omnipresente sequía física que se apoderó de la nación. Israel estaba gobernado por el malvado rey Acab y su esposa, Jezabel. La novia sidonia de Acab había contribuido a debilitar su lealtad a Dios. Fue en medio de esta catastrófica apostasía espiritual que Dios llamó al profeta Elías. Sobre Elías, Elena G. White escribe «Entre las montañas de Galaad, al oriente del Jordán, moraba en los días de Acab un hombre de fe y oración cuyo ministerio intrépido estaba destinado a detener la rápida extensión de la apostasía en Israel». (Elena G. White, Profetas y Reyes, p. 87.2).

Elías reconstruye el altar

Después de que los profetas de Baal y Asera no consiguieran que sus dioses enviaran fuego, fue «a la hora de la ofrenda del sacrificio de la tarde» (1 Reyes 18: 36) cuando Elías llamó al pueblo y reconstruyó el altar roto al Dios verdadero. En un sentido muy real, Elías no solo estaba llamando a la nación de vuelta al altar de la adoración verdadera; más bien, ¡estaba llamando a la nación de vuelta al altar de la adoración regular y sistemática del Dios verdadero! El altar de adoración corporativo de Israel estaba roto, pero los altares personales y familiares de Israel se habían roto mucho antes.

Lo que trae a Dios de vuelta

Fue la restauración de la adoración verdadera y sincera lo que movió a Dios a responder en el Carmelo. El primer acto de reavivamiento espiritual nacional de Elías fue reconstruir el altar roto. Si su altar de adoración personal o familiar está roto, reconstrúyalo y deje que el fuego de la presencia de Dios consuma a todos los que se reúnen para adorarle.

Hablemos con nuestro Dios, de vuelta.

Tiempo de oración (30-45 minutos)

Oración a través de la Palabra de Dios – 1 Reyes 18: 30

«Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado».

«El pueblo se acercó a Él»
Jesús, fue tu Espíritu Santo el que convenció los corazones de los israelitas en el Monte Carmelo mientras Elías reconstruía el altar. De la misma manera, te pedimos que hoy convenzas nuestros corazones. Muéstranos nuestros pecados, para que podamos encontrar el perdón y la gracia para vencer en Jesús. Acércanos a Ti, revela la belleza de tu santidad a nuestros corazones, y danos un anhelo por Ti como nunca antes hemos tenido. Amén.

«Reparó el altar del Señor»
Padre nuestro, somos culpables de descuidar el tiempo regular contigo -la adoración regular- ya sea individualmente o como unidad familiar. Danos un nuevo corazón, una nueva mentalidad, y llévanos a restablecer tiempos regulares de adoración y devoción contigo. Ayúdanos a ser intencionales y consistentes. Vigoriza nuestra fe para que podamos vivir la verdadera religión a través de tu presencia en nosotros. Amén.

Más sugerencias de oración

  • Agradecimiento y alabanza: Dad gracias por las bendiciones específicas y alabad a Dios por su bondad.
  • Confesión: Dedicad unos minutos a la confesión privada y a agradecer a Dios su perdón.
  • Guía: Pedid a Dios sabiduría para los desafíos y decisiones actuales.
  • Nuestra iglesia: Orad por las necesidades de la iglesia regional y mundial (ver la hoja separada con los pedidos).
  • Pedidos locales: Orad por las necesidades actuales de los miembros de la iglesia, la familia y los vecinos.
  • Escuchar y responder: Dedicad tiempo a escuchar la voz de Dios y responded con alabanzas o cantos.

Sugerencias de alabanzas

Himnario adventista: Desciende, espíritu de amor (#198); Ando con Cristo (#380); Al andar con Jesús (#488); He decidido seguir a Cristo – 281; Pronto yo veré a Jesús – 324

Autor: Dwain N. Esmond, Ph. D (estudiante), es autor, editor y ministro ordenado. Sirvió como vicepresidente de servicios editoriales para la Review and Herald Publishing Association antes de unirse al Patrimonio de Elena G. White en 2015 como director/editor asociado. Ha dirigido varias publicaciones, incluyendo 11 años como editor de la antigua revista juvenil Insight Magazine.

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