Lección 6 para el 5 de noviembre de 2022: ÉL MURIÓ POR NOSOTROS.
Jesucristo vino para redimir a la humanidad; para revelar el verdadero carácter amante de Dios; para derrotar a Satanás; para probar que Adán podría haber vivido sin pecar; … ¿Para qué más vino Jesús?
El sacrificio de Jesús como «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn. 1: 29) va mucho más allá de su muerte en la cruz, y tiene sus antecedentes mucho más atrás que sus pocos años de ministerio.
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El Cordero de Dios:
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- La Biblia presenta a Jesús como sacrificado, o inmolado, “desde el principio del mundo” (Ap. 13: 8). Esto no significa que Jesús murió cuando el mundo fue creado, sino que –como dice Pedro– fue “destinado” para ofrecerse como sacrificio antes de que el hombre pecase (1P. 1: 20).
- Al igual que el cordero pascual era separado y apartado el día 10 para ser sacrificado el día 14, Jesús estuvo preparado desde el principio para el momento en el cual tuviese que ser sacrificado.
- Gracias a esa preparación anticipada, Dios pudo enseñar los rudimentos de la salvación a través del sistema de sacrificios, y ofrecer así esperanza y salvación aún antes de que se consumase el sacrificio de Jesús en la cruz.
- Jesús anunció por primera vez su muerte en la cruz durante una conversación privada con Nicodemo (Jn. 3: 14-15).
- Más tarde, durante su último año de ministerio, anunció tres veces a sus discípulos que debía morir: Mateo 16:21-23; Marcos 9:30-32; Lucas 18:31-34.
- El anuncio de Jesús chocaba frontalmente con su concepto del Mesías triunfante, y les impidió entender lo que se les anunciaba: que debía morir para salvar a la humanidad.
- El camino a la cruz estuvo sembrado de humillación y agonía, que Jesús soportó voluntariamente (Filip. 2: 8).
- Después de inspirar a los hombres para que crucificasen al Salvador, Satanás los instigó para que le tentasen a descender de ella para salvarse (Mt. 27: 42).
- ¿Podría Jesús haber descendido de la cruz y salvarse? Sí. Pero sabía que su salvación hubiera sido la perdición de la humanidad. Decidió morir para salvar incluso a aquellos que le estaban pidiendo (sin saberlo) que no les salvase.
- Con las palabras “consumado es”, Jesús anunció la victoria sobre el mal y el pecado.
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El significado de Su sacrificio:
- Murió por mí.
- Ninguno de los millones de animales sacrificados desde el pecado de Adán y Eva hasta el 14 de nisán del año 27 d.C. podía quitar el pecado (Heb. 10: 1-4).
- La muerte de Jesús fue única e irrepetible. Suficiente para perdonar cualquier pecado, tanto de los que se cometieron antes de ella, como de los que se cometieron después (Heb. 9: 24-28).
- Suficiente para perdonar mi pecado (Hch. 10: 43).
- Murió por mí.
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El poder de la cruz.
- ¿En qué consiste el poder de la cruz?
- Es la revelación suprema de la justicia de Dios contra el pecado (Ro. 3: 21-26)
- Es la revelación suprema del amor de Dios por los pecadores (Ro. 5: 8)
- Es la gran fuente de poder para romper las cadenas del pecado (Ro. 6: 22-23)
- Es nuestra única esperanza de vida eterna (1Jn. 5: 11-12)
- Es el único antídoto contra una futura rebelión en el Universo (Ap. 7: 13-17)
- ¿En qué consiste el poder de la cruz?
Para meditar:
«Cuando Cristo exclamó: “Consumado e”, los mundos que no habían caído quedaron asegurados. Por ellos se libró la batalla y se ganó la victoria. En lo sucesivo, Satanás no tuvo lugar en los afectos del Universo. El argumento que había presentado (que la abnegación era imposible para Dios y, por lo tanto, era injusto que la requiriera de sus inteligencias creadas) fue respondido para siempre. Los reclamos de Satanás quedaron de lado para siempre. Se garantizó la lealtad eterna del Universo celestial […]
Mira al Calvario. Cristo murió por ti, ¿y qué mayor evidencia del amor de Dios podríamos encontrar que la que nos fue dada en la vida, muerte e intercesión de Jesús?». Elena G. White (Elena White, The Review and Herald, 12/3/1901 y 5/5/1891).
«La perfección angélica fracasó en el cielo. La perfección humana fracasó en el Edén […] El plan de salvación, que hace manifiesta la justicia y el amor de Dios, provee una salvaguardia eterna contra la defección en los mundos que no han caído, tanto como entre aquellos que serán redimidos por la sangre del Cordero. Nuestra única esperanza es la perfecta confianza en la sangre de Aquel que puede salvar hasta lo máximo a todo el que se acerque a Dios, mediante él. La muerte de Cristo en la cruz del Calvario es nuestra única esperanza en este mundo, y será nuestro tema en el mundo venidero». (Elena G. White, Nuestra elevada vocación, 8 de febrero).
Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática