Lección 10 para el 5 de marzo de 2022: JESÚS ABRE EL CAMINO A TRAVÉS DEL VELO.
Hebreos presenta a Jesús como nuestro precursor y representante. A través de Él podemos llegar a Dios. Esto estaba representado en el Santuario, en sus servicios y en sus festividades.
Al estudiar su tipología, podremos comprender más plenamente la labor que Jesús, desde su ascensión, ha estado realizando por nosotros ante el Padre en el Santuario Celestial.
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Cómo llegar a Dios.
- Tres veces al año debían los israelitas presentarse ante Dios en su santuario (Éx. 34:22-23). Estas festividades apuntaban a momentos específicos en los que Jesús, nuestro representante, se debía presentar ante la presencia del Padre en nuestro lugar:
- Fiesta de las semanas (Pascua): Jesús murió el día que se sacrificaba la pascua, en el momento del sacrificio vespertino (Jn. 18:39; Lc. 23:44-46); Jesús resucitó el día que se presentaba la gavilla mecida (primicia) y se presentó ante el Padre para recibir su aprobación (Lv. 23:10-11; Jn. 20:17).
- Fiesta de las primicias (Pentecostés): Tras su ascensión, Jesús fue exaltado, inauguró el Santuario Celestial, y envió al Espíritu Santo (Hch. 2:33).
- Fiesta de la cosecha (Cabañas): En su Segunda Venida, Jesús nos llevará al lugar que nos prepara, y nos presentará ante Dios (Jn. 14:2-3; 1Ts. 4:17; Ap. 22:3-4).
- Tres veces al año debían los israelitas presentarse ante Dios en su santuario (Éx. 34:22-23). Estas festividades apuntaban a momentos específicos en los que Jesús, nuestro representante, se debía presentar ante la presencia del Padre en nuestro lugar:
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Impedimentos para acercarnos a Dios:
- Miedo ante Su presencia.
- Pablo hace una descripción muy gráfica del momento en el que Dios se mostró a Israel en Sinaí para hablarles cara a cara (Heb. 12:18-21).
- Faltándoles, la fe, pidieron que Moisés mediara entre Dios y ellos (Dt. 5:27). Pero este no era el plan original de Dios. Dios quería que su pueblo se acercase a Él y compartiesen su santidad, su misericordia y su compasión (Éx. 19:13b; 34:6-7).
- Un velo impenetrable.
- El Santuario estaba rodeado por un perímetro de seguridad humano (los levitas), para que el pueblo no muriese por la cercanía directa de Dios. Nosotros, como sacerdotes, somos los intermediarios entre Dios y aquellos que aún no le conocen.
- Un velo limitaba al adorador el acceso al Santuario (solo se podía entrar de día). Un segundo velo limitaba el acceso al tabernáculo a aquellos que habían entrado en pacto especial con Dios (sacerdotes). El tercer velo impedía el acceso directo ante Dios a todos, excepto al sumo sacerdote.
- Jesús es el Velo que permite que Dios viva en nosotros sin que seamos consumidos (1Co. 3:16).
- Miedo ante Su presencia.
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Quitando los impedimentos:
- El camino nuevo y vivo.
- Jesús es el Velo abierto que crea un camino nuevo que nos da acceso a la presencia misma de Dios.
- Este camino nuevo es el nuevo pacto concertado a través de la sangre de Jesús (Mt. 26:28).
- Antes de la muerte de Jesús, Satanás estaba delante de Dios para acusarnos continuamente (Zac. 3:1). Pero, tras su ascensión, Jesús comenzó su ministerio sumo sacerdotal en el Santuario Celestial. Entonces, Satanás fue arrojado definitivamente del Cielo, y Jesús se colocó ante el Padre, no como nuestro acusador, sino como nuestro abogado defensor (Ap. 12:7-11; 1Jn. 2:1).
- Llegar a Su presencia.
- En contraste con la manifestación divina del Sinaí, entre oscuridad y tinieblas, Pablo nos transporta a otra manifestación divina, gloriosa, llena de luz: el monte de Sion; la Jerusalén Celestial; el coro de ángeles alabando; Dios en su trono haciendo justos a los “primogénitos” que compró con su sangre; y a Jesús, nuestro mediador (Heb. 12:22-24).
- Y no es solo una visión futura, que apunta al momento en el que celebraremos con Jesús la fiesta de las Cabañas en el Cielo mismo, sino que es algo actual, presente. ¡Ya estamos allá! ¡Ya hemos llegado a la presencia de Dios!
- Tenemos allá a nuestro representante. Vivamos, pues, cada día caminando “como viendo al Invisible” (Heb. 11:27).
- El camino nuevo y vivo.
Para meditar:
“La intercesión de Cristo por el hombre en el santuario celestial es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la cruz. Con su muerte dio principio a aquella obra para cuya conclusión ascendió al cielo después de su resurrección. Por la fe debemos entrar velo adentro, “donde Jesús entró por nosotros como precursor”. Hebreos 6:20. […] Jesús abrió el camino que lleva al trono del Padre, y por su mediación pueden ser presentados ante Dios los deseos sinceros de todos los que a él se allegan con fe”. Elena G. White (El conflicto de los siglos, pg. 479).
Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática