Lección 9 para el 27 de noviembre de 2021: “CUANDO TE CONVIRTIERES CON TODO TU CORAZÓN”.
La conversión implica dejar de huir de Dios y acercarnos a Él. El arrepentimiento es fundamental en este proceso.
¿Qué es el arrepentimiento?
Es reconocer nuestro pecado, sentir pena por él, pedirle perdón a Dios y dejar de hacer el mal.
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¿Qué parte tiene Dios en nuestra conversión?
- El anhelo de Dios.
- La frase idiomática hebrea mi-yitten que, literalmente, se traduce por “¿quién dará?” se usa en Deuteronomio 5:29, y equivale a nuestra expresión “ojalá” (ver Éx. 16:3). Representa un anhelo vivo, un deseo ferviente de que algo ocurra.
- El anhelo de Dios es que nos volvamos a Él, le temamos y le obedezcamos, porque eso es lo mejor para nosotros.
- Aunque tiene poder para obligarnos a hacerlo, nunca lo hará porque respeta nuestro libre albedrío. La decisión de responder positivamente al llamado del Espíritu Santo para convertirnos y cumplir así al anhelo de Dios es nuestra.
- La gracia de Dios.
- Dios es capaz de predecir con toda exactitud lo que ocurrirá con una persona (como Pedro; Mt. 26:34); con una nación (como Israel; Dt. 4:25-28); o incluso el devenir de los imperios mundiales en toda la historia de la humanidad (Dn. 2, 7).
- Sin embargo, ese pre conocimiento no invalida las decisiones individuales, nacionales o mundiales. Simplemente, Dios sabe qué decisiones se van a tomar. Pero insiste en invitarnos a tomar la decisión correcta, a arrepentirnos y a buscarle.
- La gracia de Dios es suficientemente abarcante como para perdonar a todo aquel que se arrepienta y desee volverse a Él.
- El anhelo de Dios.
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¿Qué debemos hacer nosotros?
- Arrepentirnos, convertirnos y obedecer.
- Deuteronomio 30:1-3 delinea perfectamente los pasos a seguir por nuestra parte:
- ARREPENTIRNOS: Sentir profunda tristeza por haber pecado
- CONVERTIRNOS: Literalmente, “volvernos”, dejar de alejarnos de Dios y acercarnos a Él
- OBEDECER: Abandonar el pecado y actuar de acuerdo a la voluntad divina
- Aunque ninguno de estos pasos tiene poder para perdonar nuestros pecados, o para restaurar nuestra relación con Dios, con ellos le damos a Dios la oportunidad de perdonarnos, transformar nuestras vidas y ser aceptados como sus hijos e hijas.
- Deuteronomio 30:1-3 delinea perfectamente los pasos a seguir por nuestra parte:
- Regresar a Dios de todo corazón.
- Previendo la desobediencia futura de Israel, y que tendría que castigarles con el destierro, Dios no quiso dejarles sin esperanza (Deuteronomio 29:24-28).
- Para recibir nuevamente las bendiciones y regresar a la tierra prometida, solo debían desearlo de todo corazón. Es decir, un arrepentimiento sincero y un deseo ferviente de volver a Dios y obedecerle.
- Cuando nuestra alma anhela a Dios, Él cambia nuestro corazón, realiza una “circuncisión del corazón” (Dt. 30:6). Hace de nosotros nuevas criaturas deseosas de servirle (2Co. 5:17-18).
- Arrepentirnos, convertirnos y obedecer.
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El llamado al arrepentimiento en el NT.
- El arrepentimiento y el evangelio están íntimamente ligados (Mr. 1:15). Después de todo, ¿de qué serviría nuestro arrepentimiento si Jesús no hubiese muerto por nuestros pecados, para otorgarnos el perdón
- Somos pecadores y, por ello, debemos arrepentirnos de nuestros pecados, cambiar nuestras costumbres pecaminosas y tomar la decisión de apartarnos de ellas. Dios nos dará un nuevo corazón (Sal. 51:10).
Para meditar:
“Ni siquiera podemos arrepentirnos sin la ayuda del Espíritu de Dios […] El arrepentimiento proviene de Cristo tan ciertamente como el perdón.
[…] Su amor nos atrae a él. Si no resistimos esta atracción, seremos conducidos al pie de la cruz arrepentidos por los pecados que crucificaron al Salvador. Entonces el Espíritu de Dios produce por medio de la fe una nueva vida en el alma. Los pensamientos y los deseos se sujetan en obediencia a la voluntad de Cristo. El corazón y la mente son creados de nuevo”. Elena G. White (El Deseado de todas las gentes, pg. 147).Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática