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Lección 10 para el 5 de junio de 2021.

Hemos estudiado que el Pacto que Dios establece es un Pacto Eterno, para siempre. ¿Por qué, entonces, se habla de un Nuevo Pacto?

¿Qué diferencia a este Nuevo Pacto del Antiguo Pacto? ¿Cuáles partes del Pacto no cambian?

  • ¿Qué hay de ANTIGUO en el Nuevo Pacto?

    • El mismo Autor, la misma Ley.
      • Jeremías profetiza la celebración de un Nuevo Pacto entre Dios y su pueblo. Sin embargo, tiene varios elementos que permanecen inalterados:
        • El mismo Autor. Dios es quien promueve el Pacto.
        • La misma Ley. La Ley de Dios es la base del Pacto.
        • El mismo fundamento. Basado en el perdón de Dios y en su misericordia.
      • El “Nuevo Pacto” es, en cierto sentido, un “pacto renovado”. Es la culminación o el cumplimiento del primero.
    • La misma relación.
      • Aunque el pueblo de Israel había sido infiel, Dios quería restablecer nuevamente su relación con él. De esto trata el Nuevo Pacto: Dios quiere que volvamos a enamorarnos de Él.
      • Desea que renovemos nuestros pensamientos y nuestros sentimientos: Jeremías 31:33; Ezequiel 18:31; Ezequiel 36:26.
      • Sin embargo, éste tampoco es un propósito nuevo. Es la misma relación que Dios quería tener con su pueblo desde el principio: Deuteronomio 6:6.
    • El mismo propósito.
      • En el corazón mismo del pacto de Dios con Israel había un propósito definido: extender a todos los pueblos la invitación a participar de las promesas divinas.
      • En el Nuevo Pacto, este propósito tampoco cambia. La gracia de Dios, a través de la sangre de Jesús, sigue disponible para todo aquel que quiera recibirla (Romanos 3:21-24).
      • Los judíos que aceptaron a Jesús abrazaron el Nuevo Pacto y formaron el corazón de la Iglesia. Posteriormente, los gentiles, procedentes de todas las naciones, se unieron a este Pacto y fueron “injertados” en el verdadero pueblo de Dios (ver Romanos 11:1-24).
  • ¿Qué hay de NUEVO en el Nuevo Pacto?

    • Mejor pacto, mejores promesas.
      • El libro de Hebreos explica cómo se cumplió en Jesús la profecía del Nuevo Pacto de Jeremías 31:31-34, haciendo hincapié en las diferencias entre los dos Pactos.
      • ¿Por qué el Nuevo Pacto es mejor que el Antiguo?
        • En el Antiguo Pacto se mostraba la salvación a través de figuras y símbolos. En el Nuevo Pacto, se muestra la realidad misma: Jesús murió por nuestros pecados e intercede por nosotros ante el Padre (1Co. 15:3; Heb. 7:25).
      • ¿Por qué son mejores las promesas?
        • Aunque la salvación que se ofrece es la misma, el Antiguo se basaba en una promesa futura, mientras que el nuevo se basa en la promesa cumplida en Cristo (Heb. 9:11-12).
    • Mejor sacrificio, mejor sacerdocio.
      • Los sacrificios ofrecidos bajo el Antiguo Pacto no podían, por sí mismos, limpiar los pecados ni santificar a los oferentes (Heb. 10:1-4). Sin embargo, el sacrificio de Cristo, bajo el Nuevo Pacto, es suficiente para eliminar nuestros pecados y santificarnos (Heb. 10:10, 12, 14).
      • De igual manera, el Antiguo Pacto tenía sacerdotes imperfectos que debían ser renovados generación tras generación. Pero Jesús es hecho “sumo sacerdote para siempre” (Heb. 6:20).

Para meditar:

“La misma ley que fue grabada en tablas de piedra es escrita por el Espíritu Santo sobre las tablas del corazón. En lugar de tratar de establecer nuestra propia justicia, aceptamos la justicia de Cristo. Su sangre expía nuestros pecados. Su obediencia es aceptada en nuestro favor. Entonces el corazón renovado por el Espíritu Santo producirá los frutos del Espíritu. Mediante la gracia de Cristo viviremos obedeciendo a la Ley de Dios escrita en nuestro corazón”. Elena G. White (Patriarcas y profetas, pg. 342).

“Aunque este pacto fue hecho con Adán, y más tarde se le renovó a Abraham, no pudo ratificarse sino hasta la muerte de Cristo. Existió en virtud de la promesa de Dios desde que se indicó por primera vez la posibilidad de redención. Fue aceptado por fe; no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue llamado el Nuevo Pacto”. Elena G. White (Patriarcas y profetas, pg. 340).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España