Lección 11 para el 13 de marzo de 2021.
Como si estuviésemos oyendo a Jesús mismo, Isaías nos invita a ir a los brazos divinos para calmar nuestra sed de salvación (Mateo 11:28; Juan 4:13-14); a compartir lo que tenemos con el necesitado (Lucas 6:35); y a disfrutar de la compañía del “Señor del sábado” (Mateo 12:8).
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El plan de redención:
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El alto precio de la salvación. Isaías 55:1-5.
- Dios pone a nuestra disposición la salvación sin pedir nada a cambio, y sin ponerle precio alguno.
- Sin embargo, debemos comprarla. No es algo sin valor. La salvación tiene un gran valor, costó un gran precio. Si la queremos, tenemos que valorarla, desearla, y pedirla (Hechos 16:30-31).
- Fue al precio de la muerte de Dios mismo que se consiguió nuestra salvación. Y Dios nos la ofrece como un regalo de amor (Romanos 6:23).
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Más allá de nuestra comprensión. Isaías 55:6-13.
- Nuestra mente no puede comprender el misterio de la salvación. Solo puede ser discernido espiritualmente (1ª de Corintios 2:14). Por eso, Dios nos da el conocimiento necesario para comprender los fundamentos de la salvación (1ª de Timoteo 2:3-4).
- Este conocimiento irá aumentando a través de nuestra relación diaria con Cristo (Colosenses 1:10; 2ª de Pedro 3:18). Pero aún así, no podremos llegar a comprenderlo plenamente. El plan de la redención será nuestro estudio por la eternidad.
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El ayuno:
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El ayuno que desagrada a Dios. Isaías 58:1-5.
- Esperaban recibir la aprobación divina por su ayuno (Is. 58:3). Sin embargo, recibieron una respuesta inesperada: “no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto” (v. 4).
- A través de su “religiosidad” esperaban ablandar el corazón de Dios y comprar su perdón. Pero Dios no estaba pidiendo nada de esto.
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El ayuno que agrada a Dios. Isaías 58:6-12.
- Curiosamente, lo que agrada a Dios no tiene nada que ver con dejar de tomar alimentos. Consiste en compartir lo que tengo, en preocuparme por las necesidades de los demás. En definitiva, es una forma de vivir.
- Cuando manifestamos en nuestra vida el amor hacia los demás, Dios se agrada de nuestro ayuno, nos pastorea, sacia nuestra alma y nos vigoriza (Isaías 58:11).
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El sábado:
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Deleitarse en Dios. Isaías 58:13-14.
- ¿Qué relación existe entre afligir el alma, ayudar a los demás y guardar el sábado?
- Los tres requieren concentrarse en Dios y en sus prioridades, y reconocer nuestra dependencia de Él.
- Los tres son maneras en las que buscamos la santidad al imitar a Dios, quien se humilló a sí mismo (Filipenses 2:8), demostró bondad abnegada (Hechos 10:38), y descansó y honró el sábado (Génesis 2:2-3).
- Además de ser un deleite, la observancia del sábado trae bendiciones especiales (v. 14).
- ¿Qué relación existe entre afligir el alma, ayudar a los demás y guardar el sábado?
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Para meditar:
“La salvación es un don gratuito, y sin embargo ha de ser comprado y vendido. En el mercado administrado por la misericordia divina, la perla preciosa se representa vendiéndose sin dinero y sin precio. En este mercado, todos pueden obtener las mercancías del cielo…
El Evangelio de Cristo es una bendición que todos pueden poseer. El más pobre es tan capaz de comprar la salvación como el más rico; porque no se puede conseguir por ninguna cantidad de riqueza mundanal. La obtenemos por una obediencia voluntaria, entregándonos a Cristo como su propia posesión comprada”. Elena G. White (Palabras de vida del Gran Maestro, pg. 88-89).
“[El tema de la redención] Será la ciencia y canción de los redimidos por los siglos sin fin de la eternidad. ¿Acaso no merece ser estudiado y meditado cuidadosamente ahora?”. Elena G. White (“La verdad acerca de los ángeles”, pg. 304).
“Las buenas acciones son una doble bendición, pues aprovechan al que las hace y al que recibe sus beneficios. La conciencia de haber hecho el bien es una de las mejores medicinas para las mentes y los cuerpos enfermos. Cuando el espíritu goza de libertad y dicha por el sentimiento del deber cumplido y por haber proporcionado felicidad a otros, la influencia alegre y reconstituyente que de ello resulta infunde vida nueva al ser entero”. Elena G. White (El ministerio de curación, pg. 199).
Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática