Lección 11 para el 14 de septiembre de 2019
Como cristianos, nuestra vista mira más allá del horizonte de este mundo. Anhelamos el momento de la Segunda Venida de Jesús y la resurrección de los muertos. Anhelamos también el momento en el que Dios hará justicia y establecerá un mundo mejor.
Pero no solo hemos de vivir en la esperanza, debemos compartirla y actuar en consecuencia.
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La esperanza anhelada
- Cuando el pueblo de Dios se ve rodeado de opresión e injusticia clama a Dios: “¿Hasta cuándo?”.
- ¿Hasta cuándo debían soportar la esclavitud de parte de los egipcios? ¿Hasta cuándo debían soportar el cautiverio del poder de Babilonia? ¿Debían soportar la tiranía de Roma, hasta cuándo? “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Apocalipsis 6:10).
- Vez tras vez, Dios ha intervenido. Sin embargo, sigue existiendo la opresión y la injusticia. ¿Hasta cuándo?
- Sigamos anhelando y clamando hasta el momento en que Dios ejecute finalmente su justicia
(Lucas 18:1-8).
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La esperanza activa
- Podemos pensar que, como cuando Jesús venga terminará con la pobreza y la opresión, no es necesario que hagamos nada ahora por remediar estas situaciones.
- Sin embargo, se nos pide que vivamos en este mundo con justicia. Es nuestro deber preocuparnos por aquellos que necesitan nuestra ayuda, y suplir sus necesidades según nuestras posibilidades.
- Recuerda: si quieres vivir con Jesús por la eternidad, debes vivir hoy como Él vivió (Hechos 10:38).
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La esperanza de la resurrección
- La resurrección de Jesús nos asegura nuestra propia resurrección. En la resurrección, la muerte será destruida. El mal, que causa la injusticia, la pobreza y la opresión, será derrotado.
- Ayudemos a los demás dándoles la esperanza de la resurrección.
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La esperanza del juicio
- Sin esperanza de justicia, sin esperanza de juicio, sin esperanza de que las cosas se hagan bien, nuestro mundo sería un mundo absurdo.
- Las injusticias cometidas en este mundo no caen en el olvido. Un día, Jesús pondrá todas las cosas en orden. Él “pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27).
- Ésta es una buena noticia para todos los que padecen a causa de las injusticas cometidas en este mundo.
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La esperanza de un mundo mejor
- Dios enjugará nuestras lágrimas y nos consolará. Él sanará las heridas causadas aquí por el sufrimiento (Apocalipsis 22:2).
- Cuando ahora compartimos unas palabras amables, un plato caliente, ayuda médica, ropa o consejos con aquellos que lo necesitan, estamos anticipando la gloriosa esperanza de un mundo mejor.
- Reflejemos hoy el amor abnegado que Jesús manifestó cuando estuvo aquí, y que manifestará el día que enjugue cada una de nuestras lágrimas.
Para meditar:
“Aférrate del bienestar, de la fe, de la esperanza que Dios te ha dado por su Palabra. Nunca te desanimes… Debemos “aferrarnos” y vivir a la altura de toda la luz que hemos recibido del cielo. ¿Por qué? Porque Dios desea que nos aferremos fuertemente de la verdad eterna, y actuemos como su mano ayudadora, para comunicar la luz a aquellos que no se han dado cuenta del amor que siente hacia ellos…
Hemos de esperar vigilantemente la venida del Señor… Cada momento ha de ser fielmente empleado”. Elena G. White (Hijos e hijas de Dios, 10 de diciembre).
Mira aquí el comentario de la E.S. de esta semana
Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Photo by Alexandre Croussette on Unsplash