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Lección 2 para el 13 de julio de 2024: UN DÍA EN EL MINISTERIO DE JESÚS.

¿Cómo sería un día en la vida de Jesús? ¿Y si le acompañásemos una semana completa? Marcos nos ayuda a vivir esta experiencia en la última parte de su primer capítulo (Marcos 1:16-45).

Acompañaremos a Jesús llamando a un grupo de pescadores a seguirle a tiempo completo; disfrutando de un ajetreado día de sábado; y, finalmente, veremos cuáles era sus costumbres cotidianas.

  • Actividades especiales:

    • Llamar discípulos. Marcos 1:16-20.

      • Marcos se caracteriza por su brevedad. Si no consultáramos los otros evangelios, podríamos llegar a conclusiones erróneas sobre este llamamiento.
      • Esta no era la primera vez que estos hombres se encontraban con Jesús. Como seguidores de Juan el Bautista, habían oído sus palabras acerca de Jesús, y lo habían seguido. Los primeros en hacerlo fueron Andrés y Juan, seguidos de sus respectivos hermanos (Juan 1:35-42).
      • Jesús predica desde la barca de Pedro, y luego se realiza una pesca milagrosa. Las redes de los cuatro hermanos casi se rompen por la cantidad de peces (Lucas 5:1-7). Mientras Jacobo y Juan reparan las redes, Pedro cae ante los pies de Jesús (Lucas 5:8-11).
      • Jacobo y Juan dejaron a su padre al frente del negocio familiar, y Pedro y Andrés dejaron su medio de vida para ser ganadores de almas. Al obedecer al llamado de Jesús, cambiaron su vida, y la vida del mundo entero.
  • Actividades en sábado:

    • Predicar en la sinagoga. Marcos 1:21-28.

      • Los evangelios dejan claro que acudir a la sinagoga el sábado era una costumbre de Jesús, no un hecho aislado (Lucas 4:16).
      • ¿Cómo reaccionaron las personas ante la predicación de Jesús? (Marcos 1:22).
      • Pero no todos estaban contentos. El enemigo decidió interrumpir el servicio, esperando anular la influencia de Jesús (Marcos 1:23-26). Una rápida intervención hizo que las personas quedasen aún más influenciadas por Él (Marcos 1:27-28).
      • Tres hechos destacan de esta historia:
        • Había un demonio en la iglesia. Hay «cizaña» en la iglesia, y no podemos distinguirla (Mateo 13:24-30).
        • El demonio sabía quién era Jesús, y buscó la forma de neutralizar Su influencia.
        • Jesús le ordenó callar. No era el momento para declararse abiertamente como el Mesías.
      • Marcos 1:29-34.
        • Mientras preparaban la mesa, le hablaron a Jesús de la suegra de Pedro, atacada por fiebre (Marcos 1:30). Una vez sanada, esta mujer se dedicó a servir a los convidados (Marcos. 1:31). Los beneficios que Jesús nos imparte provocan en nosotros el deseo de compartirlos con los demás.
        • El milagro del endemoniado fue el tema de conversación en muchos hogares de Capernaúm. De modo que, al acabar las horas sagradas del sábado, puesto el sol, trajeron a muchos enfermos a Jesús para que los sanase (Marcos 1:32-34).
        • ¡Qué alegría! ¡Qué gritos de alabanza resonaron en la casa de Simón! Y no solo los sanados alababan, Jesús mismo se regocijaba en traerles sanidad.
  • Actividades cotidianas:

    • Orar y predicar. Marcos 1:35-39.

      • Jesús no actuaba por propia iniciativa. Como era habitual, había ido primero a hablar con su Padre para que le dijese qué tenía que hacer aquel día (Marcos 1:35; Juan 8:28).
      • Cada día Jesús acostumbraba a buscar a Dios en oración, y nos invita a imitarle (Marcos 6:46; Lucas 3:21; 5:16; 9:18; 11:1; 18:1). Ante situaciones especiales, dedicó incluso noches enteras a la oración (Lucas 6:12-13; Mateo 14:21-23).
      • ¿Acaso no debemos nosotros, como Jesús, buscar cada día a Dios en oración para conocer su voluntad? Ante situaciones especiales, ¿no Lo buscaremos especialmente en oración?
    • Sanar y respetar la Ley. Marcos 1:40-45.

      • El leproso, asilado de todo contacto humano por su enfermedad, hincó sus rodillas ante Jesús, suplicándole sanidad (Levítico 13:45; Marcos. 1:40).
      • Jesús toca al leproso y, por tanto, se vuelve inmundo. Pero, en vez de recibir la inmundicia del leproso, el leproso recibió la sanidad de Jesús.
      • Al acudir a Jesús con nuestros pecados e inmundicias, Él no se apartará de nosotros. Nos dará perdón y sanidad, haciéndonos limpios como Él.
      • Tras sanarle, dio dos órdenes con doble propósito (Marcos 1:44):
        • Mostrarse a los sacerdotes: Demostraba su respeto por la ley; y daba oportunidad a los sacerdotes para aceptarle como Mesías
        • Callar: Impedía que los sacerdotes se predispusieran contra el leproso; y evitaba despertar en las multitudes la expectación mesiánica

Para meditar:

«La vida terrenal del Salvador no fue una vida de comodidad y devoción para sí, sino que Él trabajó con esfuerzo persistente, fervoroso e infatigable por la salvación de la perdida humanidad. Desde el pesebre hasta el Calvario, siguió la senda de la abnegación y no procuró estar libre de tareas arduas y duros viajes, ni de trabajos y cuidados agotadores. Dijo: “El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20:28). Tal fue el gran objeto de su vida. Todo lo demás fue secundario y accesorio. Fue su comida y bebida, hacer la voluntad de Dios y acabar su obra. En esta no hubo amor propio ni egoísmo». (Elena G. White, El camino a Cristo, página 78).

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España