Skip to main content

Lección 9 para el 2 de marzo de 2024: ¡BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!

Los salmos nos hablan de los sentimientos de sus autores, y de su relación con Dios. Pero no se limitan a eso.

El Espíritu Santo inspiró a sus autores para que expresasen con claridad diversos aspectos esenciales del Plan de Redención.

Gracias a Salmos podemos ver cómo Dios había dispuesto los acontecimientos de la vida, muerte, resurrección, ascensión y glorificación de nuestro Señor Jesucristo, el Mesías, nuestro Salvador.

  • El Pastor (Salmo 23).

    • Al componer sus salmos, David se veía a sí mismo, y al pueblo de Israel, como ovejas bajo el cuidado personal del Pastor divino (Salmos 23:1-4).
    • ¿Qué relación existe entre Dios (nuestro Pastor) y nosotros (ovejas de su prado)?
      • Dios es nuestro Creador (Salmos 95:6-7)
      • Dios es nuestro Salvador (Salmos 28:9)
      • Dios es nuestro Guía (Salmos 78:52)
      • Nosotros le alabamos (Salmos 79:13)
    • Jesús es el Buen Pastor. Nosotros le pertenecemos porque Él nos creó, nos salvó y nos guía (Juan 10:4, 11-12).
    • Cuando entramos en una relación íntima con Él, reconocemos su voz y formamos parte de su rebaño (Juan 10:4-5, 16).
  • El Mesías sufriente (Salmo 22).

    • Salmo 22 es una predicción de los sufrimientos del Mesías. Se cumplió exactamente en la crucifixión de Jesús.
    • A pesar del rechazo de su pueblo, y del sufrimiento al que fue sometido, Dios convirtió a Jesús en la «piedra angular» del Templo espiritual (Salmos 118:22; Efesios 2:20-22; 1ª de Pedro 2:4).
    • Si nos dejamos caer sobre esta «piedra» seremos quebrantados, y alcanzaremos salvación; pero, si lo rechazamos, seremos desmenuzados, y estaremos perdidos (Lucas 20:17-18)
  • El Hijo de David (Salmos 89 y 132).

    • Dios hizo un pacto con David y lo declaró «primogénito», es decir, el mayor entre los reyes de la tierra (Salmos 89:27). Prometió bajo juramento que la descendencia de David se sentaría para siempre sobre el trono de Israel (Salmos 89:3-4).
    • Sin embargo, Dios rechazó a su ungido y le quitó el reino (Salmos 89:38-39). ¿Por qué?
    • La parte humana del pacto fracasó (Salmos 132:11-12). Sin embargo, Dios mantuvo su pacto (Salmos 89:30-37). Jesús, el hijo de David, el ungido, se ciñó para siempre la corona real (Salmos 132:17-18).
  • El Rey Eterno (Salmo 2).

    • En la resurrección, Dios declaró a Jesús su Hijo engendrado (Salmos 2:7; Hechos 13:32-33). Esta expresión indica que Jesús asumía el pacto davídico y se convertía en Rey Eterno (Salmos 2:8-12).
    • Satanás había deseado usurpar el trono, acusando a Jesús de ser un Rey injusto. Pero, a partir de la resurrección, Jesús se sienta nuevamente en el trono de Dios (Salmos 110:1). Una vez demostrada la falsedad de las acusaciones, Jesús es adorado en Cielo y Tierra, a la espera de la destrucción final del pecado y la rebelión.
    • ¿Cómo es el reinado de Jesús? Es fuerte, quebranta con vara de hierro (Salmos 2:9; 89:13); es justo y misericordioso a la vez (Salmos 89:14); es protector para sus súbditos (Salmos 89:18).
  • El Sacerdote celestial (Salmo 110).

    • Un juramento establece a Jesús como rey (Salmos 132:11), y un juramento lo establece como sacerdote (Salmos 110:4).
    • Como miembro de la tribu de Judá, Jesús estaba excluido del sacerdocio. Sin embargo, Dios mismo lo declaró sacerdote según un ministerio superior (y anterior) al sacerdocio levítico (Hebreos 7:14-15).
    • ¿En qué aspectos es superior el sacerdocio de Jesús?
      • 7:21. Se basa en un juramento
      • 9:24. Ejerce su ministerio en el Santuario Celestial
      • 7:23-24. No está afectado por la muerte
      • 7:25. Su intercesión y salvación es continua
      • 7:26. Es perfecto y compasivo
      • 6:20. Puede representarnos directamente ante el Padre

Para meditar:

«Después de la caída del hombre [Cristo] vio a sus ovejas condenadas a perecer en las sendas tenebrosas del pecado. Para salvar a estas descarriadas, dejó los honores y la gloria de la casa de su Padre. […] Se oye su voz que las llama a su redil: “Y habrá un resguardo de sombra contra el calor del día, y un refugio y escondedero contra la tempestad y el aguacero”. Su cuidado por el rebaño es incansable. Fortalece a las ovejas débiles, libra a las que padecen, reúne los corderos en sus brazos, y los lleva en su seno. Sus ovejas lo aman». (Elena G. White, Patriarcas y profetas, pg. 169).

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.