Skip to main content

No sería demasiado atrevido afirmar que la votación sobre la ordenación de la mujer al ministerio pastoral ha suscitado casi tanta (quizá más) expectación que la propia elección del presidente mundial de la Iglesia Adventista para el próximo quinquenio 2015-2020.

El contexto:

Ya en la 59 Asamblea Mundial de la Asociación General se acordó que se estudiase el asunto durante el quinquenio 2010-2015 lo que dio lugar a las múltiples comisiones de estudio sobre la teología de la ordenación. La decisión de permitir un voto en la asamblea actual se acordó por la Junta Directiva de la Asociación General en la sede central de la iglesia, durante el Concilio Anual 2014. Es un debate que lleva décadas en la iglesia y que ha amenazado con dividir a la denominación, según afirman personas que defienden ya sea una u otra postura.

Con 243 votos a favor y 44 en contra, y al final de una deliberación que llevó todo el día, la Junta Directiva acordó incluir la siguiente pregunta en la agenda del 60º Congreso de la Asociación General 2015:

VISTO, que la unidad por la cual Jesús oró es de vital importancia para el testimonio de la Iglesia Adventista, y;

“CONSIDERANDO, que la Iglesia Adventista del Séptimo Día busca involucrar a cada miembro en su misión mundial de hacer discípulos de Jesucristo entre las personas de cada nación, cultura y etnia, y;

“CONSIDERANDO, que diversos grupos designados por la Asociación General y sus divisiones han estudiado con detenimiento la Biblia y los escritos de Elena White en relación con la ordenación de las mujeres, y no han llegado a un consenso respecto de la afirmación o negación unilateral de la ordenación ministerial de las mujeres, y;

“CONSIDERANDO, la Iglesia Adventista del Séptimo Día afirma que “Dios ha ordenado que los representantes de su iglesia de todas las partes del mundo, cuando estén reunidos en un Congreso de la Asociación General, tengan autoridad”

“SE ACUERDA, que la Junta Directiva de la Asociación General pida a los delegados que, en su responsabilidad sagrada ante Dios durante el Congreso de la Asociación General 2015, respondan la siguiente pregunta: 

“Después del estudio con oración sobre la ordenación a partir de la Biblia, los escritos de Elena G. White y los informes de las comisiones de estudio, y; 

“Después de la consideración cuidadosa de lo que es mejor para la iglesia y el cumplimiento de su misión, 

“¿Es aceptable que las juntas directivas de las divisiones, según lo estimen apropiado en sus territorios, hagan provisión para la ordenación de las mujeres al ministerio evangélico?”

Un poco de historia:

Según los archivos de la iglesia, la discusión respecto de la ordenación de las mujeres comenzó hace más de 130 años, y se ha intensificado a partir de la década de 1970, en especial donde los miembros están pidiendo un cambio, lo que incluye los Estados Unidos, partes de Europa y el Pacífico Sur. Los Congresos de la Asociación General de 1990 y 1995 votaron en contra de propuestas que habrían permitido la ordenación de las mujeres, y desde entonces la cuestión no ha regresado a la agenda del congreso.

Sin embargo, en la 59ª Sesión de la Asociación General 2010 en Atlanta (Georgia, Estados Unidos), un delegado del estado de Pennsylvania (Estados Unidos), preguntó a los líderes de la iglesia que si las mujeres no pueden ser ministras ordenadas, ¿cuál es entonces la teología de la ordenación de la denominación?

Esa pregunta llevó a un compromiso de los líderes de la Asociación General de abrir la discusión y designar a la Comisión de Estudio sobre la Teología de la Ordenación, o TOSC. Se le pidió entonces a la comisión, compuesta por 106 miembros, que analizara con detenimiento la ordenación y brindara información para ayudar a que la Asociación General decidiera cómo tratar la cuestión.

La respuesta de la TOSC fue un informe de 127 páginas que fue la base de la discusión.

El informe, que reconoció que los integrantes de la comisión —que provenían de diversas partes del mundo y se reunieron en cuatro ocasiones, en cada una de ellas durante varios días— no lograron llegar a un acuerdo sobre la posibilidad de apoyar o no la ordenación de las mujeres.

La TOSC produjo tres declaraciones separadas para resumir las posturas de los miembros. Esas posturas fueron entonces explicadas ante la Junta Directiva en tres presentaciones a cargo de tres estudiosos diferentes; las declaraciones también fueron impresas en el informe de la TOSC.

Una posición, denominada “Declaración No. 1”, dijo que solo los hombres pueden ser ordenado dentro de la iglesia mundial. La Declaración No.2 dijo que las entidades responsables por la contratación de pastores deberían tener la posibilidad de tomar sus propias decisiones sobre la posibilidad de ordenar a las mujeres como ministras. La “Declaración No. 3” dijo que la decisión debería ser dejada al liderazgo “del nivel que corresponda” para determinar si la ordenación “podría ser apropiada para esa zona o región”.

A mitad de la tarde y del proceso, Ryan, moderador del debate, invitó Jan Paulsen, ex-presidente de la Asociación General, a hacer una declaración. Paulsen instó a los delegados a votar “Sí”, diciendo que era una cuestión de confianza. Dijo que los miembros de la iglesia tenían que confiar en que sus contrapartes en otras divisiones sabían qué es mejor y lo que sus iglesias locales necesitan.

Ryan también invitó a Ted N. C. Wilson a hacer una declaración. Wilson no recomendó un voto “Sí” o “No”, se limitó a decir: “Mis opiniones son bastante bien conocidos y creo que se basan en la Biblia.”

La sesión del miércoles comenzó con un acuerdo de los delegados para poner fin a la discusión e iniciar el proceso de votación a las 4:30 pm. Al acercarse el momento, varios delegados instaron a Ryan a extender el tiempo de debate, pero Ryan declaró las solicitudes fuera de orden.

El secretario ejecutivo de la Asociación General GT Ng señaló durante las discusiones del miércoles que la Asociación General esperaba el pleno cumplimiento de todas las entidades de la iglesia del resultado obtenido. “Somos una iglesia”, dijo Ng.

Llegó la votación:

La cuestión era tan candente, que se hizo previsión para dedicar un día completo al debate sobre la ordenación. Ninguna comisión de nombramientos estuvo trabajando en ese día. Todas las tareas se suspendieron para garantizar el máximo de asistencia y representatividad a la hora de votar.

Las discusiones de todo el día, que se inició a las 9:30 am y se interrumpieron para el almuerzo durante dos horas al mediodía, se detuvieron casi una docena de veces para orar. Los participantes se dedicaron a la oración silenciosa, por parejas, y en grupo. Las visitas fueron más numerosas durante esta Sesión y se llenaron las salas de oración especiales organizadas por la Asociación Ministerial de la Asociación General y el departamento de Ministerios de la Mujer.

Después de dedicar un día completo al debate, en algunos momentos muy emocional y con varias llamadas de atención al orden, especialmente al público que llenaba las gradas superiores y que no eran delegados, finalmente se procedió al voto secreto sobre si cada división puede o no autorizar la ordenación de la mujer en su territorio.

Se utilizó un sistema de voto secreto que, según dijeron los oficiales de la Asociación General, ofrecía el proceso de votación más justo y seguro posible. Las papeletas fueron impresas en un papel especial, cortado al tamaño de media hoja de papel de carta, y se dividen por la mitad. Una mitad contenía la palabra “Sí”, impresa en cinco idiomas, y la otra la palabra “No”, también en cinco idiomas. Los idiomas son Inglés, español, francés, alemán y portugués.

El sistema de votación secreta fue preparado con suficiente antelación a la sesión de la Asociación General como respaldo en caso de que el sistema de votación electrónica no funcionase, dijo el subsecretario Myron Iseminger, cuyo sector supervisa la votación en las sesiones de la AG. El sistema de voto electrónico, que debutó en la sesión de la AG, resultó problemático, y los delegados votaron el domingo no usarlo más.

“Desde el principio teníamos un plan de respaldo en caso de que el voto electrónico no funcionara”, dijo Iseminger.

La decisión por la mayoría de los delegados ha sido: NO a la libertad de cada división para decidir sobre la ordenación de la mujer al ministerio pastoral en su territorio.

  • Total de votos: 2.363 votos.
  • A favor (SÍ): 977 votos.
  • En contra (NO): 1.381 votos.
  • Abstenciones: 5 votos.

Reacciones tras la votación:

Como indica la editorial de esta revista, la madurez con la que la gran mayoría actuó tras la votación muestra que, independientemente del resultado, la iglesia mantiene el espíritu correcto en sus decisiones y convivencia.

Ryan, quien dio a conocer los resultados finales del voto, amonestó fuertemente a un grupo de asistentes en el Alamodome que irrumpieron en aplausos al resultado.

“No hay nada de triunfo sobre esto”, dijo. “No hay ganadores ni perdedores.”

Erton Köhler, presidente de la División de América del Sur, se hizo eco el sentimiento de Ryan de que esto no era una contienda política.

“Mi expectativa para la iglesia no es tener ganadores ni perdedores, sino que cada uno puede sentir la decisión de Dios y puede hacerla suya”, dijo a la Revista Adventista.“Que todos tengan la humildad de reconocer que Dios puede manifestar su voluntad de una manera que difiere de la opinión personal.”

Jerry Page, director de la Asociación Ministerial, también habló de la humildad. “Si tomamos tiempo en oración, humilde confesión, el arrepentimiento, y el servicio a los demás, podemos avanzar en lugar de dar vueltas y yendo hacia atrás debido a los conflictos”, dijo.

Lisa Beardsley-Hardy, directora del departamento de educación, dijo que esperaba que los delegados mostrasen respeto hacia los demás.

“Mi esperanza y deseo es la tolerancia a favor de nuestros hermanos y hermanas que se enfrentan a desafíos en el ministerio que difieren del resto en todo el mundo”, dijo. “La paciencia es un don que sólo puede venir de Dios, no para mantenernos como  rehenes entre nosotros, ni para abandonar el cuerpo cuando algo nos ofende.”

Ted N. C. Wilson también comentó: “Ahora es el momento de unirnos bajo el estandarte ensangrentado de Jesucristo y de su poder, no nuestro poder”, después de que los votos fuesen contados en las mesas en la parte delantera del estadio Alamodome. “Ahora es el momento de unirnos en nuestra misión como la iglesia de Cristo”. Dio las gracias a los delegados por la “manera cuidadosa y en oración en la que abordaron el tema” durante seis horas de debate.

“Hemos tratado de ser transparentes, honestos y reflexivos, y también hemos tratado de asegurar la privacidad de los votos en lo mejor de nuestra capacidad”, dijo Nancy Lamoreaux, directora de información de la Asociación General y organizadora de la logística de la votación.

Wilson, quien abrió la sesión de la mañana con un llamamiento a todos los miembros de la iglesia a acatar el resultado de la votación, subrayó entonces y después de la votación que las decisiones tomadas por la Asociación General en sesión llevan la máxima autoridad en la Iglesia Adventista.

Algunas declaraciones tras la votación:

“Dios regala a todos los creyentes dones espirituales únicos para llevar acabo la misión de la iglesia y para edificar y construir el cuerpo de Cristo. La ordenación no es un criterio para la superdotación. Añoro que la iglesia pueda mantener su atención claramente en el hecho de que el Espíritu Santo, en el libro de los Hechos, fue derramado sobre los hombres y las mujeres. Los dones del Espíritu en 1 Corintios 12 pertenecen a hombres y mujeres. Así que la ordenación no es un criterio para el servicio, testimonio o proclamación. Realmente creo que ahora tenemos que centrarnos en la maximización de los dones de todos los miembros de la iglesia, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, que se unan para centrarse en la misión de la iglesia. Tenemos que pasar de nuestras discusiones sobre la ordenación a centrarnos en cómo alcanzar un mundo perdido para Cristo” – Mark Finley, evangelista y editor de la Adventist Review.

“Los miembros de la División de América del Norte están decepcionados de forma natural por el voto, pero estamos muy comprometidos públicamente y en privado con nuestra iglesia a nivel mundial y para continuar con nuestros esfuerzos de cooperación para ser una bendición en la iglesia mundial. Nuestra intención es ser una parte de ese movimiento final que acelera el día cuando Jesús venga” – Daniel R. Jackson, presidente de la División de América del Norte.

“Hoy América del Norte enfrenta una decepción para muchos, muchos miembros y para las mujeres que están en el ministerio. Para aquellos que no creen que este fue el voto correcto, quiero desafiarles a pensar en Josué y Caleb, que se adelantaron y después no pudieron ir a la tierra prometida y se mantuvieron fieles al pueblo de Dios” – Don Livesay, presidente, Unión de los Lagos, NAD.

“Vamos a mantener la predicación, y vamos a seguir elevando a Jesús.” – Elizabeth Talbot, The Jesus 101 Biblical Institute.

“Nuestra misión es más grande que cualquier problema que pueda surgir en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en cualquier momento de nuestra vida como iglesia. Debemos permanecer unidos. La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene una misión y una agenda para terminar la obra que el Señor nos dejó. No debemos permitir que cualquier cuestión nos divida” – Blasious Ruguri, presidente de la División África Este-Central.

Para completar el panorama tras la votación, hay que mencionar dos reacciones más. La Unión de los Países Bajos hizo la siguiente declaración en su web oficial:

“Los delegados de los municipios holandeses a finales de 2012 decidieron ordenar ministras en nuestro país, en igualdad de condiciones que sus colegas hombres. Este acuerdo entró en vigor en junio de 2013 en adelante. Lac decisión tomada en la Sesión por la Asamblea de la Asociación General no cambia el voto de Holanda.

En los Países Bajos, las pastoras serán ordenadas en el futuro. Damos gracias a Dios porque Él llama a los hombres y mujeres a su servicio. Queremos confirmar que, como iglesia, de todo corazón haremos la imposición de manos”.

La División de Norte América, quizá la principal propulsora de la ordenación de la mujer, realizó la siguiente declaración oficial al respecto del resultado:

La División Norteamericana (NAD) de la Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce el voto que se adoptó en la 60ª Sesión de la Asociación General, no permitiendo que las regiones mundiales puedan decidir si permiten o no la ordenación de la mujer. Tras mucha oración, estudio y discusión, los delegados votaron no aprobar la moción por 1381 votos frente a 977.

La directiva de la NAD se siente triste por este voto, pero respeta la decisión del cuerpo mundial en sesión administrativa y estamos comprometidos en continuar la cooperación y hermandad con la iglesia mundial. Mientras que el voto de hoy no permite que cada división de la iglesia ordene mujeres al ministerio del evangelio, continuamos siguiendo la normativa de la Asociación General al comisionar pastoras autorizadas, y ordenando mujeres como ancianas y diaconisas.

Muchas personas en la NAD han sopesado el debate que precedió al voto, y algunas de esas conversaciones han estado cargadas de emociones. El presidente de la NAD, Daniel Jackson, compartió su deseo con la división después del voto: “Pedimos a nuestros miembros que centren sus energías en lo que sí estamos de acuerdo, la misión de la iglesia. Dios ha nos ha llamado a servirle en el ministerio, ya sea que estemos reconocidos por la iglesia o no. La NAD reconoce que cada persona sin importar su raza, edad, o género tiene un papel vital que desempeñar a la hora de compartir el evangelio con el mundo. Permanezcamos unidos como familia que le une el amor y la gracia de Jesucristo. Aunque podamos estar en desacuerdo sobre diferentes perspectivas en el ministerio, estemos de acuerdo en la necesidad de alcanzar a todo el mundo con el mensaje de esperanza y salvación, y una nueva vida en Jesús. Continuaremos con nuestra intención de poner a tantas mujeres en el ministerio pastoral como sea posible. Afirmamos el importante papel que desempeñan a la hora de alcanzar a todos los hijos e hijas de Dios. Pedimos a todos los miembros de la Iglesia Adventista que continúen orando pidiendo a Dios que nos guíe mientras avanzamos en la misión.”

Revista Adventista de España