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¿Alguna vez te han hecho una pregunta sobre ciencia y fe, y tu pensamiento ha sido: “¿Y AHORA QUÉ DIGO?”. Esta serie te ofrece respuestas, una visión sobre los orígenes que no te enseñarán en clase, pero que también está basada en la ciencia.

1. Presentación.

Mi nombre es Ronny Nalin. Tengo un doctorado en geología y creo que existo porque Jesucristo diseñó y creó el universo, la Tierra y los seres vivos.

2. ¿Cuál es su razón principal para creer lo que dice la Biblia acerca de los orígenes?

Cuando miro la trayectoria de la historia descrita en la Biblia, me muestra de manera consistente un origen en el que un Dios poderoso establece un sistema cuidadosamente planeado y regulado. Y entonces llegan el conflicto y la degeneración que hacen que el sistema pierda su equilibrio, seguidos de una intervención que promete la restauración y brinda a los individuos una elección y un papel que desempeñar. Encuentro evidencias de todos estos elementos: poder, orden, diseño, interrupción, lucha, promesa y elección, en el mundo que me rodea y en mi experiencia personal. De modo que el relato bíblico de los orígenes es como una serie de movimientos que me han permitido resolver el cubo de Rubik y que dan sentido a todo un conjunto de diferentes piezas de la realidad.

3. ¿Qué ha aprendido sobre Dios en su campo de trabajo?

He aprendido que Dios es grande. La escala y el poder de los procesos geológicos son insondables desde la perspectiva humana. Y sin embargo, la tierra es solo un objeto minúsculo en el cosmos. Sé que los astrónomos tendrían ejemplos aún más impresionantes de procesos grandiosos, pero aquellos que afectan la corteza terrestre, aquellos que podemos tocar y experimentar en primera persona… Y la textura del mundo es tan rica, desde la estructura subatómica, a los isótopos, los minerales, los afloramientos, las formaciones, las cuencas, las placas, los exoplanetas; cada nivel tiene tanto detalle, tanta complejidad, que siempre queda más para aprender. Solo un Dios grande puede proporcionarnos un lienzo tan ilimitado como este.

4. Para muchos geólogos, las grandes formaciones geológicas, como las altas cordilleras montañosas, son la evidencia de procesos geológicos lentos trabajando durante millones de años. ¿Cómo y cuándo cree que se formaron?

Este tipo de elementos, como las cadenas montañosas o las depresiones oceánicas, de hecho, incluso los continentes y los mismos fondos oceánicos, son elementos a gran escala y se entienden mejor cuando se tiene en cuenta cómo se formaron la corteza y el manto de la tierra y como se comportan en condiciones de estrés. Así que, cuando observo la Tierra en su conjunto, veo huellas de diseño en el hecho de que sea un planeta rocoso con agua líquida en su superficie y con atmósfera. Todos estos elementos hacen posible la vida en el planeta. Creo que esa organización específica tuvo lugar durante una semana de la creación reciente. Sin embargo, no sé si los materiales de los que está hecha la tierra o incluso el planeta en un estado deshabitado ya existían antes de esa semana de la creación. Si nos referimos a la configuración de los continentes y cómo se movieron las placas en el pasado, a esto se le llama tectónica de placas. Hoy en día la deformación de la corteza en procesos como colisión o subducción, se cree que ocurre a una velocidad muy baja, de milímetros por año, por lo que para ajustar los grandes movimientos de las placas en un corto periodo de tiempo se requerirían tasas tectónicas catastróficas, tal vez durante el diluvio. Algunos creacionistas han explorado esta posibilidad con modelos numéricos, pero ciertamente es un área en la que hay mucho por hacer y que se encuentra en el límite, diría yo, de la ciencia convencional. Por mi parte, me mantengo alerta y tengo un gran interés en esta área de investigación aunque no soy especialista en geología estructural. Por otro lado, cuando hablamos del relieve y las múltiples formas esculpidas en el paisaje moderno como cañones, terrazas y valles, es menos iconoclasta y más aceptado que existen procesos rápidos e incluso catastróficos que podrían crear estas formas del terreno a velocidades mucho más rápidas que los movimientos tectónicos.

5. ¿Qué evidencias de procesos geológicos catastróficos rápidos se pueden encontrar en el registro geológico?

Hay muchos. Los más populares son, sin duda, los impactos meteoríticos. Algunos de los impactos más grandes han dejado huellas de impacto detectables así como depósitos generados por la colisión del asteroide con la corteza terrestre. Sin embargo, desde la perspectiva del registro sedimentario, no creo que los procesos relacionados con estos impactos sean la evidencia más significativa de procesos catastróficos, me decantaría más por los depósitos de transporte masivo y los flujos de gravedad. ¿Qué es esto? Se trata de procesos de movilización y transporte de grandes volúmenes de sentimientos, normalmente impulsados por la gravedad, que pueden tener desencadenantes instantáneos como los terremotos, y viajar largas distancias en periodos de tiempo que van de minutos a horas o días. Pueden ocurrir tanto cerca de la superficie terrestre como bajo el agua. Obviamente, es más probable que ocurran en presencia de un gradiente topográfico como la transición de la plataforma al talud continental o en abanicos aluviales en las laderas de masas de tierra elevadas. Los eventos individuales varían en escala y en volumen según la cantidad de sedimento involucrado. Así, en el registro geológico los encontramos en distintas formas: desde estratos muy finos hasta lechos enormes, de decenas de metros de grosor y lateralmente continuos a lo largo de decenas de kilómetros, como las famosas megaturbiditas del grupo hecho en España. Algunas sucesiones sedimentarias se componen predominantemente de este tipo de depósitos y se está empezando a reconocer su importancia, incluso en los depósitos de grano fino que se conocen como turbiditas de baja densidad. Hay otros tipos de depósitos catastróficos comunes en el registro de rocas como los lechos relacionados con tormentas. Por lo tanto, una porción significativa del registro sedimentario es el resultado depósitos episódicos asociados a eventos específicos y no de una acumulación lenta y gradual de sedimento en el fondo.

6. ¿Se han encontrado y usado fósiles de homínidos para determinar el árbol evolutivo, desde los ancestros similares a los chimpancés hasta los humanos modernos?

Quisiera comenzar diciendo que desde la perspectiva del registro fósil, el modelo evolutivo de dos linajes progresivamente divergentes que comienza con un ancestro común y termina con los seres humanos en un lado y los chimpancés, nuestro grupo hermano, en el otro lado, es un concepto abstracto que no está respaldado por datos reales procedentes del registro fósil. Si echamos un vistazo al registro fósil de los chimpancés que debería documentar uno de estos dos linajes, vemos que en realidad es muy, muy escaso, solo consta de unos pocos dientes. Eso solo sería suficiente para señalar lo incompleto que es el registro de estas supuestas series evolutivas. Cerca de la supuesta bifurcación entre los dos linajes solo hay dos taxones, basados en restos extremadamente incompletos, y mucha incertidumbre sobre su supuesta relación con el linaje humano. Y luego, estratigráficamente más arriba, tenemos grupos de taxones cuyos hallazgos se sitúan principalmente en el linaje de homininos, la rama que supuestamente se dividió y condujo a los seres humanos. Ahí tenemos formas distintas que en su mayoría muestran signos de bipedismo, incluidos los australopitecos, y muchas especies del género Homo. Sin embargo, la relación entre estas diferentes formas está lejos de ser entendida y ha sido muy cuestionada. Además, existen discontinuidades morfológicas reales o distribuciones en mosaico entre los taxones y también hay intervalos estratigráficos con muy pocos fósiles de homininos, como por ejemplo el Pleistoceno inferior. Todo esto contribuye a hacer que el relato evolucionista de la evolución humana este en gran medida sin resolver y, aún más, muy mal documentado en lo que respecta al registro fósil, especialmente en sus supuestas etapas iniciales.

7. ¿Cómo explicamos el descubrimiento de fósiles similares a los humanos desde una perspectiva bíblica?

Al clasificar cosas, las personas tienden a dividirlas en diferentes grupos según su propensión a resaltar las similitudes o las diferencias entre los elementos. Y lo mismo ocurre en la paleontología, donde hay un cierto grado de arbitrariedad al decidir cuánta variación justifica el establecimiento de un taxón separado. De modo que tenemos a los “divisores”, que son aquellos que se enfocarían en las características inusuales para establecer nuevas especies, y tenemos a los “agrupadores”, aquellos que aceptarían un alto grado de variabilidad intraespecífica como explicación para nuestro amplio rango anatómico. En lo referente al registro fósil de los homininos, ha habido mucha tensión entre los divisores y los agrupadores. Sin embargo, en las últimas dos décadas sí que se han descrito algunos fósiles que, según la mayoría de los expertos, representan un morfotipo lo suficientemente distinto como para garantizar el establecimiento de una nueva especie. Se trata de las especies que mencionabas antes, como Homo floresiensis y Homo naledi, pero también australopitecinos como Australopithecus sediba. Por lo tanto, la imagen que obtenemos al observar el registro fósil de los Homo o de los australopitecinos es una imagen con un grado significativo de variabilidad y con poblaciones que coexistieron pero muestran rasgos distintivos. También hay algunos ejemplos de alta variabilidad morfológica dentro de la misma población. La mayoría de los creacionistas interpretan esta diversidad como algo que ocurrió en un contexto post-diluvio, cuando la población se dispersó por la tierra. Los posibles mecanismos responsables de este rango de fenotipos incluyen las respuestas a las condiciones ambientales, efectos relacionados con el pequeño tamaño de las poblaciones y la hibridación entre diferentes tipos.

8. Usted estudia la piedra caliza que tuvo que tardar millones de años en formarse, ¿cómo encaja esto en el corto periodo de tiempo del registro bíblico?

Las calizas, o las rocas carbonatadas para ser más genéricos, son un tipo de roca fascinante. Debido a que se encuentran en la interfaz de procesos químicos, físicos y biológicos, muchas veces podríamos decir sin miedo a equivocarnos que los carbonatos crecen en lugar de ser depositados, porque la precipitación del carbonato puede estar mediada por los organismos. Muchos organismos tienen esqueletos calcificados que van desde el minúsculo nanoplancton hasta los moluscos más conocidos como las ostras y las almejas. A veces, los niveles de producción de estas fábricas biológicas son tan importantes que se puede construir toda una estructura hecha de carbonato, como los arrecifes de coral. Sin embargo, también es cierto que tras la muerte y la fragmentación, las partículas esqueléticas de carbonato se comportan como otros granos y clastos, y pueden ser desplazadas y apiladas por las corrientes y otros procesos físicos. Finalmente, los carbonatos también pueden precipitar directamente desde la columna de agua sin la mediación directa de los organismos y, en este sentido, representan un tipo de roca química. Así, cuando se encuentran grandes acumulaciones de carbonatos en el registro geológico que se interpretan como de un origen biológico, eso supone un problema para una cronología corta, especialmente si estas estructuras se formaron en el mismo lugar en el que se encuentran y no son el resultado del transporte, porque su crecimiento requeriría tiempo. Este problema no siempre tiene una solución fácil, pero es algo que me anima a estudiar más y no a alejarme de la investigación. En lugar de dar por sentado la suposición gradualista de una cronología larga, de millones de años, o la formación lenta para algunas de estas estructuras, siempre estoy atento a características que apunten a procesos más rápidos para el origen de las calizas, incluyendo la precipitación química de cementos y micrita, que es un sedimento fino de color verde compuesto de cristales de calcita muy pequeños. Una y otra vez se ha demostrado que resulta fructífero abordar un problema desde diferentes perspectivas. Por lo tanto, aunque no tengo todas las respuestas, creo que puedo contribuir con sugerencias originales y desempeñar un papel constructivo dentro del amplio tejido de la comunidad científica geológica.

Ronny Nalin es profesor de Geología en la Universidad de Loma Linda y subdirector del Geoscience Research Institute. Tiene un doctorado por la Universidad de Padova y publica regularmente artículos sobre sedimentología y estratigrafía en revistas especializadas.

Un material producido por HopeMedia España (https://hopemedia.es/), con la financiación del Faith and Science Council y la colaboración del Geoscience Research Institute GRI (https://www.grisda.org/).

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