Skip to main content

Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? (Génesis 4:9)
Someteos unos a otros en el temor de Dios. ( Efesios 5:21-27)

Descarga el .pdf de hoy aquí: 2 Fraternidad en la familia
Descarga el pdf de toda la Semana de oración aquí: Semana de Oracion Online Mayo 2020 – VIVE LA FRATERNIDAD

INTRODUCCIÓN

“Hogar”, “matrimonio”, “familia” son palabras que deberían transmitir siempre lo más bello, lo más sublime.

  • El hogar. El término hogar proviene del vocablo latino focāris que significa “lugar donde se enciende el fuego”. ¡Lugar cálido, de vínculos profundos!
  • El matrimonio. Gn 2:24 describe la unión esposa-esposo empleando la frase “una sola (en hebreo: ’eḥad) carne”. ’Eḥad designa una “unidad compuesta” donde la relación es simétrica (Dt 4:6 menciona que Dios mismo es ’eḥad). ¡Espacio de completa armonía!
  • La familia. Las Escrituras revelan que el hogar, el matrimonio, la familia es un lugar realmente especial. Noemí ayuda a Rut a formar un nuevo hogar: “¿no he de buscarte un hogar (en hebreo: nȏaḥ), para que estés bien?” (Rt 3:1). El término nȏaḥ designa un “espacio donde el amor permanece para siempre”, un “lugar de seguridad”, un “lugar de descanso”. ¡Es interesante que Dios creó (Gn 1-2) un tiempo de descanso (el sábado – cuando Dios y la humanidad descansa) y también un lugar de descanso (la familia – donde Dios y la humanidad descansa)! ¡Por estos motivos el “vínculo de la familia es el más estrecho, el más tierno y sagrado de la tierra”![1]

DESARROLLO

1. FRATERNIDAD “TÓXICA”

“¿Acaso soy yo guarda de mi hermano?” (Gn 4:9) indica una fraternidad “tóxica”. Revela un grado extremo de rebelión contra Dios, un alejamiento y extinción total de la fraternidad y un predominio del egoísmo que congela el amor fraternal y enciende el odio. Caín insinúa que él no es el responsable de la seguridad y del bienestar de su hermano. Intenta calmar desesperadamente su conciencia, su remordimiento. Escoge la indiferencia, la exclusividad, la envidia, los resentimientos, la rivalidad, las contiendas fraternas etc. ¡Actitudes que niegan la fraternidad tan presentes en la actualidad!

¡Matrimonio “tóxico”¡ Esta realidad presente resulta de la interpretación androcéntrica del término “cabeza”. Todavía muchos esposos, obsesionados con el poder, defienden la doctrina del matrimonio jerárquico con el relato de Efesios 5:21-27.  Reflejo del dualismo propio de las teorías antropológicas y de la cosmovisión griega (utilizado posteriormente por la patrística como base hermenéutica para la interpretación del texto bíblico), “cabeza” designa una autoridad jerárquica o poder como mando. Es la expresión del  poder sacralizado (patrimonio exclusivo de la masculinidad), del poder estructural de dominación piramidal: orden-obediencia, autoridad-subordinación, superior-súbdito, mando-sumisión. El marido “cabeza” es un ser/monarca inigualable al que la esposa queda en una posición de subordinación no solo en el orden de hacer y de la obediencia incondicional, sino en el orden de ser (subordinacionismo antropológico).

2. FRATERNIDAD “TÓNICA”

“¡He aquí, cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía!” (Sal 133:1). Es agradable cuando los hermanos asumen las obligaciones de la hermandad; cuando se tratan con cordialidad, cortesía y con mutuas manifestaciones de amor; en el momento en el que se mantienen siempre más cerca de Dios y unos de otros; cuando no se detienen en las divergencias grandes o pequeñas; en el instante en el que se perdonan por las palabras o por los actos que destruyen la fraternidad; cuando juntos siempre protegen, demuestran lealtad y se preocupan desinteresadamente por sus padres. “Añadid a vuestra fe el poder; (…) a la piedad, fraternidad; y a la fraternidad, amor” (2 Ped 1:5-7). ¡Son maneras de hacer brillar la fraternidad!

 El “matrimonio tónico” se caracteriza por una comprensión bíblica de la relación y del significado de los siguientes conceptos de Efesios 5:21-27:

  • Someter

El verbo “someterse” del versículo 22, omitido en los manuscritos griegos más fiables, tiene un contexto inmediato: “Someteos unos a otros” (v. 21). Pablo socava el concepto de subordinación unilateral e introduce el modelo cristológico – absolutamente revolucionario para esa cultura jerarquizada -, el de sometimiento mutuo, voluntario entre el esposo y su esposa.

  • Cabeza
  1. a) Como función de liderazgo servicial. Con el fin de superar el dualismo griego y llegar a la noción de un solo cuerpo, Pablo define la responsabilidad del esposo en términos del modelo cristológico. El esposo ha de estar dispuesto a considerar el papel de siervo, como lo hizo Ser “cabeza” de la mujer, no es sino colocarse a su servicio; no implica desigualdad, ni justifica la superioridad del varón en el matrimonio; designa una función de liderazgo servicial, dentro de un marco de sumisión mutua y de dignidad igual; el marido es el primero en servir (concepto de jerarquía invertida).
  2. b) Como poder del ágape. Pablo indica que el marido, para ejercer de “cabeza”, necesita el amor (ágape) de Cristo! ¡”Cabeza” es el poder del ágape en acción! Los maridos deben amar como Cristo ha amado: “hasta el fin (gr. “telos” – grado extremo, más alto – Jn 13:1). Cristo amó a la iglesia ofreciéndose él mismo por ella! Es donarse a sí mismo. El amor del marido hacia su esposa se mide por este grado superlativo del ágape de Cristo. ¡Ágape es el poder supremo para el servicio y no para dominar! Cuando la esposa decide unirse voluntariamente a este poder, ella tiene el mismo poder.
  3. c) Como fuente y vínculo de unión. Pablo asigna al marido otra responsabilidad inaudita: debe amar a su esposa como a su mismo cuerpo (v. 28). Ella es una compañera idónea para él; carne de su propia carne. Ella no es propiedad del marido, no es la esclava del poder masculino. Como el hombre es fuente de donde vino la mujer, ella está hecha de la misma sustancia que él. En el hecho de salir del varón se pone de relieve la unidad; están unidos indisolublemente. Los dos forman una realidad única.

3. “NO ESCONDAS LA CABEZA COMO EL AVESTRUZ” Y LA FRATERNIDAD

Cuando alguien esquiva las confrontaciones con la realidad, solemos decirle: “No escondas la cabeza como el avestruz”. De esta forma perpetuamos la idea de que el avestruz esconde la cabeza en la arena por ser cobarde. Sin embargo, las investigaciones recientes de los zoólogos desmienten rotundamente este mito.

Los avestruces cavan un agujero en la arena y colocan los huevos. Durante la incubación deben girarlos usando sus picos para evitar el sobrecalentamiento. Pero cuando se acerca algún depredador, el avestruz realiza un gesto impresionante. Inclina la cabeza introduciéndola en la arena, abre sus alas sobre el nido y su cuerpo permanece inmóvil. De esta forma, busca mimetizarse con los arbustos cercanos y confundir a su depredador. Contrariamente a su injusta reputación, en una situación de máximo peligro, ¡el avestruz defiende, cuida y protege a riesgo de su propia vida el nido y a sus futuros polluelos!

Este ejemplo pone de manifiesto lo que realmente es la fraternidad auténtica, ser “guarda de mi hermano” o “cabeza” de alguien.

CONCLUSIÓN

  • Cualquier teoría que hace que Dios sea el arquitecto de una relación jerárquica y asimétrica entre el hombre y la mujer, es incompatible con la perspectiva de la revelación divina.
  • La interpretación jerárquica del código familiar de Efesios 5:21-33 no es bíblica porque no hace justicia al contexto bíblico de equidad entre hombre y mujer.
  • Para construir una relación equitativa entre hombres y mujeres en la cultura posmoderna, necesitamos dar un trato igualitario y valorizar la femineidad, para así transcender los modelos ideológicos
  • Es primordial que la ética igualitaria bíblica se afirme cada vez más hasta terminar por vencer el pensamiento jerárquico que en realidad se excusa en Dios para justificar el abuso de poder.
  • En las Escrituras no hay indicios de superioridad-inferioridad ontológica, intelectiva o de ningún otro tipo. Hombre y mujer son iguales en naturaleza y dignidad, independientemente de su función. Este es un modelo equitativo porque ambos reflejan la imagen divina.

CAMBIO DE PARADIGMA

  • No defender, promover, justificar: La doctrina del matrimonio jerárquico; la subordinación unilateral; la tradición exegética que defiende con textos bíblicos estructuras androcéntricas, tabúes religiosos, actitudes, gestos y comportamientos tradicionales estereotipados; interpretaciones descontextualizadas y reduccionistas; las relaciones asimétricas de poder.
  • Defender, promover, justificar: La salida del marco androcéntrico y de la teología jerárquica; la exegesis coherente, respetuosa con los dos géneros; la interpretación del concepto de “cabeza” a la luz del principio de jerarquía inversa y liderazgo servicial expresado en Mateo 20:25-28; la implementación de una antropología teológica inclusiva; el sometimiento voluntario/mutuo; la restauración de la igualdad hombre-mujer según el plan inicial de Dios en la creación.

ORACIÓN

1. AGRADECIMIENTO

  • Por el regalo divino de la fraternidad, del hogar y del matrimonio.

2. PETICIÓN

  • La fraternidad como vocación a realizar de cada familia.
  • Manifestar el afecto y el cariño en el ámbito familiar.

NOTAS: 

[1] Ellen G. White. El hogar cristiano, 14

Autor: Ciceroni Comanescu, pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España. 

Revista Adventista de España